El sector de la educación y la formación es de una dimensión equiparable a los grandes ámbitos de actividad económica, en cambio, sus órganos gestores hace relativamente poco que han empezado a invertir en investigación de mercados y sociología aplicada.La atomización de los centros educativos, la coexistencia de varios sistemas educativos, el peso de lo público en la toma de decisiones y una elevada regulación pública no han fomentado el desarrollo de la investigación en el mercado educativo. Los valores de sus protagonistas, tampoco han ayudado.
De todas maneras, a medida que el sector se ha profesionalizado en cuanto a la gestión, que se ha liberalizado, que se ha internacionalizado y que la demografía ha modificado el volumen y el perfil de las cohortes de potenciales clientes, ha aparecido la necesidad de una especialización de investigadores para el sector de la educación y la formación.
Un sector con unos rasgos propios, con unos valores muy definidos, donde los trabajadores no tienen que cumplir objetivos económicos, sino sociales, donde los "clientes” son, a su vez, decisores, gracias al modelo teóricamente participativo, de toma de decisiones que hemos asumido como adecuado.
A pesar de ello, cada vez más, los centros educativos privados y públicos se preguntan por el perfil de su público objetivo. Cada vez más intentan comprender que diferencias, culturales, en valores y estilos de vida tiene el segmento de población al que se dirigen, respecto a otros segmentos. Padres y madres en el caso de las guarderías, la enseñanza obligatoria y hasta en la educación superior. Jóvenes que tienen que escoger en que universidad cursarán sus estudios de grado o que especialización de postgrado. Profesionales que querrán reciclarse o ampliar sus competencias específicas o transversales.
Hay cada vez más centros educativos que se preguntan por su posicionamiento en relación con una competencia que existe, se quiera o no. Por el valor de su marca, y por los atributos diferenciales de sus cursos con respecto a otra oferta.
Centros educativos que se preocupan por conocer la sensibilidad de la demanda a las variaciones de precio o a las modificaciones en cuanto a docentes, ubicación u otras características del producto educativo.
Organizaciones que necesitan conocer la satisfacción de sus usuarios y de sus clientes y que valoran el poder evaluar la calidad de sus servicios, equipos e instalaciones y profesionales.
Instituciones de formación que se plantean tener un plan de marketing, un plan comercial o un plan de comunicación. Que buscan optimizar su actividad publicitaria con un buen retorno de la inversión. Instituciones que se han volcado en su apuesta por la promoción vía Internet porque han comprobado su eficacia como canal.
Para dar respuesta a ello está la actividad de investigación de mercado y sociológica que realizamos desde 1995 en el Instituto DEP, consultoría especializada en el sector de la educación, la formación y el ámbito social, en general.
Enric Renau
Editor
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