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Varias carreras y títulos sin carrera
Editorial
Títulos e investigación. Un mejor trabajo y emancipación juvenil. Ciencia y prestigio. Hay varias carreras universitarias posibles y, probablemente, hay universitarios titulados sin carrera. Quien acceda a la Universidad que se haga su propio camino, su propia carrera. Para ello es necesario que haya distintas facultades e institutos para diferentes necesidades.
La preparación que brinda la educación superior puede ser de tipo profesional o de tipo académico. Se distingue entre estudios de pregrado, grado (carrera universitaria) y postgrado (Máster y Doctorado). Otra función importante, aparte de la enseñanza, en la educación superior, son las actividades de investigación en los distintos niveles del saber.
El papel jugado por la educación superior en la sociedad cambia según la cultura del país. Por ejemplo, en muchos países del sur de Europa se entiende que el estudiante va a la universidad para obtener un diploma que le asegurará un buen trabajo, mientras que en varios países del norte de Europa el período de estudios a la universidad es también un momento en el que el estudiante aprende a ser autónomo emocional y económicamente, aprende a mezclar con gente de diferentes orígenes, y se desarrolla como persona. En estos países, el estudiante estudia en una ciudad más bien lejos de su pueblo natal.
Estos párrafos anteriores han sido extraídos de la tan criticada y a su vez utilizada Wikipedia, como si yo fuese un estudiante de bachillerato algo desorientado e intentase conocer de qué va esto de la Universidad.
Títulos e investigación. Un mejor trabajo y emancipación juvenil. Ciencia y prestigio. Este sería el resumen de lo leído en la Wikipedia. Ello me llevaría a decir que hay varias carreras universitarias posibles y que, posiblemente hay universitarios titulados sin carrera.
Me refiero a la importancia de que quien acceda a la Universidad se haga su propio camino, su propia carrera. Me refiero, también, a lo necesario que haya distintas facultades y institutos para diferentes necesidades.
Por ejemplo, una parte muy importante de los alumnos -y sus padres, probablemente- han accedido a la Universidad porqué piensan que con esta inversión formativa accederán de una forma adecuada y competitiva a un mercado de trabajo exigente y, en muchos casos, dual. En este caso, mayoritario, la universidad tiene que estar muy atenta a las tendencias del mercado laboral, para insertar adecuadamente a contingentes que las empresas y las administraciones van a necesitar. Ésta sería la carrera laboral.
Por otro lado, hay estudiantes con vocación científica y ¡no está el horno para bollos!. Si queremos adentrarnos en la sociedad del conocimiento e impulsar polos científicos, el esfuerzo en cuidar a este colectivo minoritario se debería redoblar y no sólo en infraestructuras sino en promover una verdadera carrera científica.
Hemos leído anteriormente que también la universidad significa un espacio de emancipación, de madurez personal de muchos jóvenes que salen del nido y esto no sólo sucede en el norte de Europa. El Programa Erasmus simboliza la importancia de este aspecto. Es la carrera hacia la independencia individual.
Finalmente, la Universidad también es -o debería ser- el espacio donde se forjan los líderes políticos, sociales y emprendedores del mañana, por formación y por posición y las redes que en el futuro generarán grandes proyectos, amistades peligrosas y contactos inesperados. Es la carrera social.
La Universidad lo puede hacer todo, si sabe segmentar a quién se dirige en cada caso y cada centro debería escoger cuál es su apuesta: la ciencia, la inserción laboral, el prestigio, la formación cultural, etc.
Al fin y al cabo, si los y las mejores y peores científicos, empresarios, políticos, periodistas, profesores, arquitectos ingenieros o médicos, por poner algunos ejemplos, saldrán de esta institución de educación superior, vale la pena estar atentos hacia donde se encamina en este futuro algo desconcertante que se avecina.
Aprender a aprender no sólo es la recomendación para los estudiantes. Dirigentes de centros educativos, sindicatos y patronales, legisladores y gestores públicos deberían asumir que si quieren seguir ejerciendo un papel de liderazgo también tendrán que readaptar su papel.
Enric Renau
Editor
editor@educaweb.com
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