Creo que las universidades deben de amoldarse a la realidad laboral de hoy en día cuando ofrecen formación a sus alumnos. Esta realidad está cambiando constantemente, y tenemos que estar preparados para que nuestra enseñanza sea competitiva. Hay que formar a los alumnos para que puedan funcionar en un ambiente intercultural-global y puedan desenvolverse en otros idiomas, especialmente en inglés. La formación tiene que ser funcional y no sólo teórico, y tiene que ser internacionalizada. Se debe de crear comunidades globales en la misma universidad a través de acuerdos bilaterales que permiten que las clases sean multiculturales y que esta multiculturalidad aporte otras visiones del mercado profesional y que, a la vez, enriquezca la formación de los alumnos. Esta, en mi opinión, es la preparación que necesitan los alumnos para poder responder a las necesidades del mercado laboral de hoy en día.¿Es fácil este tipo de formación? Por supuesto que no, pero, a través de los profesores se puede mentalizar y enseñar a los alumnos la importancia de estar preparados para competir en un ambiente profesional cada vez más global y más móvil. Tenemos que estar dispuestos a ofrecer nuevas asignaturas, métodos de enseñanza y más oportunidades de obtener experiencia "in-company”. Ya no es suficiente que la universidad equipa a sus alumnos con habilidades académicas. Y no sólo la globalización está provocando esta necesidad de un cambio en la enseñanza, sino la tecnología también lo empuja. Cada vez más los alumnos tienen que aprender a trabajar en equipos puesto que hoy en día muchísimos trabajos en la empresa están basados en proyectos que requieren creatividad. Nuestros alumnos tienen que estar preparados para aportar contribuciones productivas a las empresas en donde vayan a trabajar. Así que la enseñanza tiene que estar preparada y organizada para incluir casos prácticos y formación fuera del aula. Esta formación podría ser en forma de visitas a empresas, conferencias y prácticas profesionales. Si están controladas y evaluadas académicamente, estas actividades dan un resultado muy positivo y contribuyen fuertemente a la formación de los alumnos. Por otro lado, no hay que olvidar estancias en universidades extranjeras como parte íntegra de la formación universitaria. No es ningún secreto que casi el 100% de los alumnos que han cursado estudios en otro país, vuelven con un idioma extranjero perfeccionado, y una visión y una mentalidad mucho más abiertas hacia no sólo los estudios sino hacia sus oportunidades profesionales.
