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La asignatura denominada "orientación" para la carrera profesional que no existe

Artículo de opinión


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José Hernández. Director de la Escuela Universitaria de Hostelería y Turismo de Sant Pol de Mar (EUHT StPOL) (Barcelona)
La cuestión de la orientación de carrera profesional es una asignatura pendiente en el sistema docente español.

Es una obra de teatro con varios personajes protagonistas: la administración educativa, los enseñantes, los estudiantes, las asociaciones empresariales y profesionales, las familias y los medios de comunicación.

El argumento de esta pieza teatral es contundente. Nada menos que el enfoque de la carrera profesional de los jóvenes y su repercusión en la sociedad y presenta con claridad los tres momentos clásicos de la escena: problema-desarrollo -desenlace. Lo malo es que el tono de la obra y la sensación final son de un negativo impactante.

Los jóvenes no son adultos. Son personas en formación porque están en un proceso de maduración que los convertirá en adultos. Es una etapa de la vida necesitada de un apoyo constante que vaya abriendo las puertas que correspondan de la vida en cada momento y a cada individuo.

Es en esta etapa cuando los jóvenes tienen que tomar una de las decisiones más comprometida de su vida: elegir un desarrollo de vida profesional.

El proceso de elección debe comenzar en la etapa de la formación secundaria y nunca en los años de universidad, en los que ya tendrían que tener solucionado el tema y disponer así de la motivación necesaria para dedicarse a obtener la mejor preparación posible para su futuro cometido profesional.

Y es aquí donde los papeles de los agentes que intervienen quedan desdibujados, sin personalidad, sin garra.

La administración educativa no ha regulado un sistema de orientación profesional desde la enseñanza secundaria con contenido y con los agentes responsables con preparación y dedicación adecuadas. No pueden ser los mismos profesores que imparten las materias los encargados de una tutoría de orientación.

Las direcciones de los Centros escolares cubren el expediente invitando a profesores universitarios o profesionales varios a unas charlas de orientación. Es un procedimiento válido pero no suficiente.

Las asociaciones empresariales y profesionales son personajes pasivos en la obra de la orientación, cuando deberían ser protagonistas activos ya que las empresas y las organizaciones son los beneficiarios de la incorporación de talentos a sus equipos.

Las familias no presionan lo necesario a las Asociaciones de Padres escolares para que los centros o la administración educativa planifique, organice y gestione el desarrollo y la evaluación posterior de un proceso de orientación eficiente y eficaz.

Los medios de comunicación están más pendientes de ofrecer noticias de tipo amarillo y de matiz cuanto más negativo mejor, que de ejercer un deber de información objetiva de la realidad, de exponer las necesidades de los grupos sociales y de exigir a las autoridades las actuaciones -no políticas- más convenientes a la sociedad que administran.

Mientras tanto, los estudiantes suelen sobre llevar esta etapa tan importante y crucial de su vida rumiando en su interior sus ilusiones, metas y dudas o sacándolas en sus conversaciones con los amigos más íntimos. La familia en los menos de los casos tiene una influencia acusada y en los más suele ser esquivada por el joven.

De vez en cuando surge algún profesor en los centros que se preocupa por sus estudiantes y dedica tiempo extra a su apoyo.

Pero la conclusión es que tenemos pendiente, como sociedad, la asignatura de la orientación profesional no solo a nivel universitario para elegir la profesión sino en todo el circuito de niveles formativos de la estructura de educación española.

Quiero finalizar mi reflexión comentando el caso concreto de las profesiones denominadas turísticas.

El conjunto de actividades que incluimos dentro del Turismo (transporte, distribución, alojamiento, restauración y ocio) constituyen un escenario y un activo profesional estratégico de la juventud del siglo XXI en España.

Las tendencias mundiales de la globalización económica están reorientando los sectores productivos clásicos. Europa tiene que dejar que el sector primario y el secundario de la producción se desarrollen en regiones geográficas con unos costes más asequibles y se convertirá en una zona geográfica donde se potenciaran las actividades del sector terciario o servicios. Países como Suecia, Finlandia, Alemania yo otros del norte serán fuertes en productos de innovación y nuevas tecnologías y España tendrá un valor diferenciador en el Turismo que deberá gestionarse con una mejora sustancial. Esta planteamiento hace que el Sector servicios y especialmente el turístico necesite ya y con vistas a un futuro a corto, medio y largo plazo atraer talentos que lleven a cabo esa gestión de excelencia de un sector estratégico de futuro para el país.
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