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Las nuevas profesiones
Artículo de opinión
Las estructuras económicas, sociales y los nuevos modelos de vida han propiciado una concepción distinta del trabajo, del ocio y de las relaciones familiares que, a su vez, han contribuido a fomentar la aparición de nuevas profesiones.
Pero, ¿a qué llamamos nueva profesión? ¿Qué requisitos debe cumplir una profesión para ser definida como nueva? Si nos centramos en la definición de Jacques Delors (según el Libro Blanco de la Unión Europea) podemos decir que las nuevas ocupaciones se caracterizan por cubrir necesidades sociales insatisfechas (como las derivadas del envejecimiento de la profesión o las migraciones), configurar mercados incompletos (como todas las profesiones relacionadas con el medio ambiente), tener un ámbito de producción o prestación localmente definido (como por ejemplo el turismo) y un alto potencial en la generación de puestos de trabajo.
Las nuevas profesiones son aquellas profesiones que aún no existen en número significativo en el país y en un periodo concreto, pero cuya demanda crece a unos porcentajes muy elevados.
De esta forma, podemos resumir que los nuevos yacimientos de empleo o filones de ocupación se refieren a aquellas actividades laborales que satisfacen nuevas necesidades sociales. Dentro de estos yacimientos podemos diferenciar cinco grandes ámbitos:
- conocimientos e información
- servicios a las personas
- mejora de la calidad de vida
- servicios medioambientales
- ocio y cultura.
Además, la estructura ocupacional de la sociedad moderna favorece que se dote de contenidos nuevos a las ocupaciones tradicionales y que se creen actividades formativas adaptadas a las nuevas profesiones y a las características de los trabajadores.
2. La formación y especialización de las nuevas profesiones
La creación de nuevos empleos en España es un tema relacionado directamente con la formación de los profesionales que ocupan u ocuparán estos nuevos puestos de trabajo. El sistema educativo está dando respuesta a esta demanda a través de las universidades y otros centros de educación superior, aumentando la oferta educativa con la aparición de nuevas familias profesionales dentro de la Formación Profesional (FP), cursos de especialización dentro de carreras universitarias, másters, postgrados y títulos propios que cada centro adapta a las necesidades propias de la Comunidad Autónoma.
De la misma forma, las metodologías se ajustan a este contexto con la introducción progresiva de las nuevas tecnologías y con la aplicación, cada vez mayor, de los entornos virtuales de aprendizaje.
Cuando nos fijamos en el futuro, los expertos señalan que la educación en los nuevos sectores emergentes se caracterizará por dotar de flexibilidad, polivalencia y especialización, así como por fomentar el reciclaje continuo y la formación a lo largo de toda la vida. De la misma forma, la formación continua será determinante, porque la deberán cursar los profesionales en activo para adaptarse a los cambios de la profesión y porque repercutirá en el trabajo del profesorado, que deberá reciclarse constantemente.
Por eso, podemos decir que los profesionales de la educación se enfrentan a un gran reto. Por un lado, deben formarse para conocer las nuevas profesiones y ser capaces de enseñar y orientar al alumnado en este nuevo contexto; y por el otro, deben adecuarse a las nuevas metodologías formativas, a las exigencias del mercado y de la sociedad.
En cuanto al papel orientador del profesorado y de la institución, éste no se debe limitar a informar sobre estas nuevas ocupaciones, sino que también debe orientar en función de las características personales y de las oportunidades del contexto (oferta y demanda, ocupabilidad…) hacia el descubrimiento de estos nuevos yacimientos.
Finalmente, como en todo proceso formativo, la familia también juega un papel relevante en el conocimiento de las nuevas ocupaciones. Informarse y dejar a un lado los prejuicios es fundamental para contribuir a la toma de decisiones sobre el futuro académico y profesional de los jóvenes.
3. Perspectivas y tendencias de futuro
Las nuevas profesiones nos permiten analizar cómo será el trabajo del futuro y qué tendencias creemos que seguirán las diversas áreas ocupacionales. La principal conclusión que podemos extraer es que la sociedad de la información determinará en gran medida las dinámicas laborales, esto es, saber navegar por Internet supondrá un elemento de exigencia para la mayoría de los empleos.
Como consecuencia de la introducción de las nuevas tecnologías, nuevos recursos y nuevas necesidades, se están generando nuevas funciones, que en gran medida pueden ser redefiniciones de funciones laborales tradicionales. Por ejemplo: la introducción de la informática en todos los sectores productivos y, progresivamente en los hogares, posibilita el teletrabajo, el análisis de información diversa, la asesoría, la consultoría, la asistencia técnica, la asistencia social, la coordinación, la dinamización, la formación, etc.
Además de influir en los sectores del mercado laboral, los expertos señalan que las nuevas tecnologías favorecerán que el trabajo sea más flexible, individualizado, en red, equilibrado con la vida personal y que incluya aspectos globales y locales.
Pero no todo el peso de las nuevas ocupaciones recae en las TIC pues, aunque vayan a tener representación en todos (o casi todos) los sectores del trabajo, el área de las ingenierías, el sector industrial, los trabajos relacionados con el medioambiente, los servicios, la construcción, etc. harán necesario que el mercado laboral y la formación académica se adapten.
De la misma forma, la inclusión de los nuevos sectores emergentes a la sociedad necesitará la aportación de la formación continua y la renovación profesional de los trabajadores en activo.
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Laia Mestres i Salud. Redacción de Educaweb.com
redac@educaweb.com
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