Hacer grupos de trabajo con los amigos, seleccionar temas de interés, determinar un formato radial, televisivo o impreso, definir roles de los participantes y producir distintas piezas audiovisuales no es una clase, es una dinámica de trabajo. Estas prácticas que expresan las experiencias, aprendizajes, inquietudes y comprensiones de estudiantes de cuarto grado de primaria de un colegio oficial de Bogotá, no es sólo un ejercicio de imitación de los programas que ven o escuchan, son sin duda una prueba de que los Medios de comunicación deben implicarse en la educación porque son los grandes socializadores de nuestra cultura, con cubrimiento e incidencia mayores que los de la familia o la escuela. Tal hecho, a la par que ha modificado nuestras formas de entretenimiento e información, también ha cambiado nuestras maneras de concebir el saber y el conocimiento. Ya no basta con saber leer y escribir, sino que, estamos obligados a conocer, desarrollar y dominar otros medios de comunicación mas centrados en la imagen, lo audiovisual, la multimedia, lo interactivo 1. Para hacerlo es indispensable acercar a docentes y estudiantes al conocimiento tanto del lenguaje como del discurso audiovisual que aunque cotidiano no es comprendido en su complejidad, pero si contribuye en gran medida en la configuración de intereses, deseos, costumbres e imaginarios de todos los individuos.
Pero, ¿Cómo lograr la implicación de los medios en la escuela? Incorporando al currículo formal las estrategias y dinámicas propias de los medios para conocer los aspectos mas relevantes de la cultura mediática. Saber por qué, para qué y cómo se realizan estos productos, proveerá tanto a docentes como estudiantes y padres de familia de elementos para leer, comprender y asumir una postura más allá del simple consumidor desprevenido. De igual manera fortalecerá la cultura escolar integrando otros lenguajes y logrando mejores resultados en el aprendizaje.
La idea de trabajar con medios de comunicación que inicialmente se tomaron como auxiliares de la enseñanza y que hasta los años 70 llevaron el nombre de comunicación educativa (Torres:1999), se ha convertido hoy en día un lenguaje determinante en el trabajo pedagógico al definir la integración entre información, tecnología, educación y cultura. Trabajar con niños y jóvenes "sobre", "a través" y "con" los medios y modernas tecnologías electrónicas de comunicación (Sierra, 2003:). hará del ambiente escolar un escenario más atractivo para todo aquel que circule allí.
El papel de los profesionales de la educación en esta implicación es de un rol de altísima responsabilidad porque los docentes orientan y acompañan los procesos de encuentro con el conocimiento en el ambiente escolar. Un conocimiento que está mediando por el lenguaje audiovisual, el cual deben conocer, descifrar, criticar, proponer y emplear en la práctica cotidiana.
Un docente que se mueva con una competencia en medios hace de la práctica con ellos en el aula una comunicación alternativa que modifica en algún sentido las realidades prefabricadas, cuestiona el statu quo y marca una diferencia cualitativa respecto a los productos que únicamente poseen finalidad mercantil y/o de entretenimiento, con otros productos que representen intereses distintos.
Involucrar a los estudiantes no solo en la lectura de los distintos medios, sino en su propuesta y producción, busca compartir, abrir caminos a la reflexión, apoyar la recuperación de la experiencia, relacionar texto y contexto, jugar y gozar la expresión, respetar al otro y permitir la riqueza de la comunicación cotidiana. Su implementación facilita al individuo la comprensión de diferentes procesos, acompaña el aprendizaje y ofrece recursos para leer su contexto social y realidad .Es así como los productos audiovisuales no deben estar en manos únicamente de otros ajenos a los intereses de la Escuela, desde la Escuela también es posible entregar a los medios y a las comunidades una propuesta que establezca una interlocución y forme en la actitud crítica y ciudadana.
Involucrar los medios de comunicación en la escuela analizando su discurso, comprendiendo sus intenciones, manejando sus formatos y colocándolos al servicio de la comprensión, el conocimiento y la participación, incursiona en lo alternativo. Vista esta dinámica como un camino que posibilita procesos de comunicación no lineales, sirve para explicar también, las relaciones sociales alternativas a partir de las cuales el sentido del circuito de la comunicación y sus elementos hacen meritorio la participación del ser humano en sociedad.
Recordemos que el aprendizaje en una capacidad biológica de los seres vivos que puede ser distinta en cada individuo y depende de la acomodación que se haga de la información nueva en la estructura cognitiva ya sea de manera memorística o significativa. De tal manera que es posible aprender de cualquier experiencia de vida, y hoy en día con más intensidad de aquellas que apelan a nuestros sentidos a partir de los medios de comunicación.
Bibliografía
1.Vásquez, Fernando. La cultura como texto.2004. U. Javeriana.
