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¿Cuáles son los retos a los que debe hacer frente la prevención de riesgos laborales? ¿Hacia dónde evoluciona?
Artículo de opinión
Es evidente, como no existe mentalidad de prevención, la siniestralidad sigue siendo elevada.
También podemos decir que el envejecimiento de la población, la presión por la integración de las personas discapacitadas y sobre todo la integración de la población inmigrante, no facilita en gran medida a la implantación de las medidas preventivas, todo ello junto con la alta siniestralidad entre los jóvenes y la falta de mano de obra cualificada, pueden ser las claves para establecer urgentemente un cambio en la mentalidad.
Un cambio de mentalidad de todos, responsabilizar e implicar, tanto a la empresa como a los trabajadores.
Para empezar hay que integrar la prevención de riesgos en la gestión de la empresa, esto quiere decir implantar y asegurar una actividad preventiva de calidad que garantice protección y salud laboral, mediante la educación y formación constante y específica, sensibilización de la gravedad de los accidentes y de las enfermedades profesionales y difusión de las medidas correctivas y preventivas. Todo ello, no sólo para cumplir con la normativa legal vigente sino para que el trabajador esté bien, física y psicológicamente, y desempeñe su trabajo en las condiciones más optimas posibles.
Ha surgido una nueva cultura en la empresa, una cultura podríamos decir preventiva que va más allá del cumplimiento formal de ley, implicando a los sindicatos, delegados de prevención y trabajadores en general, mediante una formación específica, sobre todo en el momento de acceder a un nuevo puesto de trabajo, elaborando mapas de riesgos para los distintos puestos de trabajo, organizando simulacros de emergencias…..
Tenemos que decir que "la prevención no es fácil de implantar" puede que haya que fomentar, animar al trabajador, sobre todo en los puestos que se necesita una formación específica, mediante la concesión de primas, premios, compensaciones…. (una pequeña opinión). Todas esta medidas bien aplicadas podrían reducir los índices de siniestralidad.
En definitiva, hay que poner en práctica la información, formación y la integración de la prevención con el fin de reducir la siniestralidad.
Es muy importante promover las actuaciones de sensibilización en materia preventiva en todos los ámbitos y acciones especificas de formación tanto para empresarios como para trabajadores, así como reforzar la seguridad y salud, estableciendo y haciendo cumplir normas específicas, evitando y disminuyendo los fallos organizativos que son en buena parte el origen de los accidentes laborales.
Por ello, hay que empezar con una mayor formación a los empresarios, quienes además de contratar un servicio ajeno de prevención que se dedica al asesoramiento y al soporte técnico, en el caso de la mayoría de las Pymes, dependiendo del tamaño, la actividad y la magnitud del riesgo, deberían completar esta actividad con la existencia de un control que compruebe y asegure que lo fijado en el plan preventivo sea de ejecución práctica.
Reflexiones finales:
A largo plazo, la formación en materia de prevención tiene que iniciarse desde la etapa elemental, primaria de la enseñanza, para que sea permeable a lo largo de todo el ciclo formativo y proceso educativo, sólo así se podrá lograr una obsoluta concienciación de la materia preventiva a toda la población.
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