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Impulsando la formación en la empresa
Artículo de opinión
Para el éxito de este propósito, los profesionales de Recursos Humanos necesitan contar con el resto de directivos de las organizaciones donde desarrollan su función. Sin esta alianza, el impulso de la formación continua en la empresa no sería posible.
En nuestra organización, la Fundación Servicio Valenciano de Empleo, FSVE, existe una apuesta decidida por la formación continua de sus empleados, destinándose cada año, un 2% de horas laborales a la mejora de competencias a través de acciones de formación.
Identificación de las necesidades de formación.
Analizar y transmitir las expectativas individuales y/o colectivas es la primera responsabilidad de los directivos de la FSVE, como actores en la concreción del Plan de Formación. El análisis se realiza en el transcurso de entrevistas informales y en las entrevistas de evaluación.
Detectadas las necesidades formativas, se trasladan al departamento de RRHH a través del modelo diseñado para tal fin y disponible en la Intranet de la propia Fundación, con el objeto de asegurar su máxima difusión y conocimiento en la organización.
Animar y seguir la política de formación
Animar e incitar a los trabajadores a que desarrollen sus competencias, propiciar las ganas de formarse, ayudarles a armonizar esas ganas con sus propias necesidades y con las de la organización, facilitando la transferencia de competencias al puesto de trabajo, es la vía más efectiva para que la formación no se convierta en una "obligación” sino en una oportunidad de desarrollo profesional.
La información debe fluir tanto en sentido ascendente como descendente. Ascendente para analizar las necesidades, evaluar la implicación en las acciones formativas, las potencialidades. Descendente para comunicar a los interesados los objetivos del plan de formación y el contenido de los cursos. Implica una actitud proactiva en la búsqueda de necesidades por parte de todo el personal.
Como primer paso, debe establecerse la adecuación entre la formación y las necesidades de la empresa y los individuos. La empresa, el futuro formado y los formadores tienen que estar de acuerdo sobre la finalidad de la formación y sobre las condiciones para su éxito. Por ello, es importante desarrollar un marco de colaboración que aborde los siguientes puntos:
- El problema a resolver
- El personal al que afecta (cantidad, nivel, experiencia).
- Los resultados esperados y los medios de evaluación.
- Los objetivos ( Competencias a adquirir).
- El dispositivo de formación (duración, a tiempo completo o parcial, pedagogía, formación externa o interna, etc.).
- Los elementos de gestión (limitaciones de tiempo y de planificación, presupuesto, etc.).
- Las condiciones de éxito.
Una máxima en todo este proceso es asegurar que la formación realizada corresponde a acciones útiles, utilizables y efectivamente utilizadas.
Un aspecto de crucial importancia en el desarrollo del Plan de Formación de la empresa está, no tanto en la adquisición de conocimientos y el saber hacer, sino en la posibilidad de aplicar estos conocimientos en la práctica profesional. La evaluación de las acciones formativas después de su realización es una de las tareas que debe realizarse en cada proyecto, de manera sistemática con el fin de examinar los siguientes puntos:
- Las adquisiciones (lo que ha aprendido)
- La opinión sobre el curso
- Los puntos que deben ser consolidados o profundizados
- Las medidas a adoptar para llevar a la práctica las competencias adquiridas
- La información que vale la pena transmitir a los compañeros o a otras personas que podrían sacar provecho del curso.
Cada año, la FSVE apuesta por la formación de calidad y la inversión en el desarrollo de sus activos más importantes, sus Recursos Humanos, para garantizar la mejora continua, el reciclaje profesional y la calidad del servicio que presta a sus clientes.
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