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Formación, el único camino para avanzar

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Blanca Vilà. Directora Académica de CUIMPB-Centre Ernest Lluch
Toda empresa, organismo o institución desea contar con los mejores profesionales en todos y cada uno de sus puestos de trabajo. La importancia que tiene la selección de personal para la mayor parte de empresas se evidencia en el constante estudio y desarrollo de metodologías cada vez más fiables, con el fin de conseguir la mejor elección para el perfil deseado. Los departamentos de recursos humanos ocupan un lugar destacado en el organigrama de las grandes corporaciones, y las empresas dedicadas a la selección de profesionales suelen tener volúmenes de negocios cada vez más importantes. Y el modelo ha cambiado. Antes, en una sociedad más compacta y mucho más limitada, las formaciones eran finalistas y específicas. Había un momento para todo, y ese momento era iniciático. Hoy día, utilizando el concepto de "sociedad líquida” de Zigmunt Bauman, ya no hay protocolo alguno para ese aprendizaje. La formación ocupará toda la vida, en cuanto al tempo, y deberá ser, además, transversal y enriquecedora. Veamos.

Una de las frases que mayor fortuna ha hecho en el mundo de la economía y los negocios, bautizada ya como "El modelo de la reina roja”, se ha obtenido de Alícia a través del espejo y lo que se encontró allí, la novela infantil de Lewis Carroll. En un pasaje de la obra, la reina roja le dice a Alícia: ”(…)Aquí, como ves, se ha de correr a toda marcha simplemente para seguir en el mismo sitio. Y si quieres llegar a otra parte, por lo menos has de correr el doble de rápido…”. La frase no es baladí. Aplicada a la gestión de personal, significa que una vez conseguidos los objetivos de personal deseados, y contando con la plena satisfacción en la selección, las funciones del departamento de recursos humanos deben orientarse a incentivar y facilitar el reciclaje continuo de todos los profesionales. La vertiginosa evolución social exige una constante renovación, no ya para avanzar, sino para evitar quedarse atrás. Y ello implica para el área de recursos humanos una doble tarea de información y motivación.

En cuanto al profesional, la necesidad de formación continua debería estar integrada en el interés, no solamente laboral, sino también vital. La curiosidad, una característica innata en todas las especies, especialmente entre los individuos jóvenes, permite mantener despierta la mente y la ilusión por alcanzar nuevos retos. La formación continua permite abrir nuevos campos, adquirir o recuperar habilidades, contemplar perspectivas distintas, vislumbrar horizontes ignotos… y mantener la ilusión, el verdadero motor de toda innovación.

Albert Einstein dijo: "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. No se puede innovar si se mantienen siempre los mismos hábitos, procedimientos e inercias en la empresa. El enquistamiento se ha revelado como el peor enemigo de cualquier organización, porque conduce a la necrosis imaginativa y, a medio plazo, a la parálisis corporativa. La formación contínua facilita la sinergia entre el profesional y la empresa, permite la renovación y el crecimiento de la organización y mantiene el grado de satisfacción adecuado para asegurar el rendimiento óptimo durante todo el período de su relación laboral.
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