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"Las iniciativas de eLearning aportan sobre todo flexibilidad y versatilidad a los procesos formativos"

Entrevista


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Entrevista a Francisco García Peñalvo, Director del Grupo de investigación en interacción y eLearning de la Universidad de Salamanca
¿Cualquier materia se puede aprender a través de un entorno virtual de formación? ¿Para qué niveles de formación la metodología on-line se ha presentado como la más adecuada? ¿Y para qué contenidos es más idónea?

En principio cualquier materia es susceptible de aprovechar las ventajas de una formación online, otra cosa es que se pueda o se deba cursar 100% online, aunque para estos casos siempre se puede plantear un enfoque mixto presencial/online. Las materias que mejor se prestan a la formación online son las de carácter teórico en cualquier ámbito, y aquellas materias prácticas que sean susceptibles de ser realizadas o seguidas mediante simulaciones, aplicaciones software o materiales de los que el alumno puede disponer fácilmente. En este sentido, un aspecto importante a valorar es la inversión económica necesaria para simular procesos y prácticas que se dan en la naturaleza o en el contexto de un laboratorio. Lo bueno de una metodología de formación online es su flexibilidad y versatilidad, de forma que a la hora de plantear el diseño instruccional de una actividad formativa siempre se puede encajar para maximizar sus beneficios, teniendo en cuenta que el objetivo no es la formación online, sino el aprendizaje de los alumnos. Esto permite que se pueda emplear para cualquier nivel de formación, adaptándola a al nivel de madurez de los alumnos. A pesar de ello, es cierto que los mejores resultados de la formación online se obtienen con alumnos que presentan un mayor grado de madurez y, sobre todo, con una elevada motivación. Este perfil encaja fundamentalmente con los contextos formativos de postgrado y formación permanente.

¿Qué ventajas destacaría de la formación virtual respecto de la presencial (desde el punto de vista de profesores, estudiantes y responsables de formación de las empresas)?

Las iniciativas de eLearning aportan sobre todo flexibilidad y versatilidad a los procesos formativos, al eliminar o reducir las dependencias de coincidencia espacio-temporales entre los actores implicados en la formación, y al dotar de las herramientas adecuadas para maximizar la interacción entre todos ellos, bien entre pares, bien en grupo, a la par que permiten disponer de los mecanismos necesarios para poder monitorizar el aprendizaje de cada uno de los alumnos. Desde el punto de vista del profesor, suponen una gran ventaja en relación con la consecución de los objetivos propuestos, pudiendo llevar la acción tutorial hasta niveles que en la formación presencial resultan inviables en cuanto el número de alumnos crece ligeramente; además, permiten contar con las herramientas necesarias para que toda la actividad quede registrada, facilitando la evaluación continua de las competencias y destrezas que se pretendan acreditar. Desde el punto de vista del alumno, la docencia online constituye una excelente oportunidad de continuar formándose a la vez que desarrolla otras actividades, con independencia de su localización geográfica. Por último, los responsables de formación de las empresas encuentran en la docencia online una magnífica oportunidad para formar a más personas en menos tiempo, con una menor pérdida de productividad y, por consiguiente, con mayor posibilidad de obtener un buen retorno de la inversión realizada. Una ventaja añadida para todos los actores de este tipo de procesos formativos es la inmediata actualización/distribución de contenidos y/o actividades, sin más que cambiarlos en la plataforma de referencia. Así pues, no sólo hablamos de formación "más rentable” en términos económicos, sino de formación "más eficiente”, que es en realidad la principal ventaja de esta modalidad formativa.

¿Qué perfil de estudiante responde más positivamente a este tipo de formación y por qué?

El perfil de una persona madura y motivada, que decide formarse o aprovechar la oportunidad que le dan de formarse para promocionar en su vida profesional (formación continua o permanente), o bien para enriquecerse con nuevos conocimientos que le hagan crecer como persona (formación vocacional).

¿En qué ámbito está más implantada o es más sencillo implantar la formación virtual: en las empresas o en las instituciones educativas?

Depende de lo que entendamos por "implantar” la formación virtual. Si por implantación entendemos disponer de los medios tecnológicos para desarrollar una actividad de formación online, es evidente que el ámbito académico, y en especial las universidades, está mejor preparado, pues prácticamente todas las universidades cuentan con algún tipo de entorno eLearning. Si por implantar entendemos el uso, rendimiento y retorno que se está obteniendo de este tipo de formación, encontraríamos que ciertos sectores del mundo empresarial aventajan al universitario. En cuanto a su facilidad de implantación, el propio dinamismo de las empresas supone una gran ventaja a la hora de poner en marcha este tipo de iniciativas; sin embargo, las universidades cuentan con un mayor potencial para el desarrollo de grandes proyectos formativos de calidad, así como una necesidad de evolucionar o adaptar sus modelos formativos o sus "modelos de negocio” hacia modalidades online o mixtas (blended) para hacer frente a una demanda creciente en este sentido.

¿Cuáles son las diferencias en el desarrollo de e-learning para el ámbito corporativo (formación in-company) respecto del ámbito académico (formación desde la educación obligatoria hasta la postobligatoria?

En mi opinión son las mismas diferencias que se pueden observar cuando se desarrolla una actividad presencial en cada uno de estos ámbitos. El eLearning no es el fin sino la herramienta; por tanto, la clave está en el diseño instruccional de la actividad para maximizar el aprendizaje por todos los medios a nuestro alcance. De hecho, nuestro grupo de investigación desarrolla experiencias de formación como el Diploma de Formación Continua sobre la Tutoría Online (http://www.tutoron-line.info/) que en cada edición cuenta con inscritos procedentes tanto del ámbito académico como del ámbito corporativo, a quienes se forma conjuntamente, compartiendo objetivos, competencias y destrezas, sin ningún tipo de diferencias y sin que surja ningún tipo de inconveniente derivado de su diversa procedencia profesional o intereses.

El 96% de las universidades disponen de plataforma de docencia virtual, según el estudio "Las TIC en el sistema universitario español 2005-2006” de la CRUE. Pero sólo un 43% de los profesores y el 60% de los alumnos la utilizan. ¿Cuál debe ser la tendencia en el uso de los recursos virtuales en el ámbito universitario?

Claramente creciente, pues el contexto por un lado (la convergencia y definición del Espacio Europeo de Educación Superior), y la demanda por otro, así lo exigen. En este sentido, la asignatura pendiente de la Universidad Española, en general, es la definición de verdaderas estrategias para potenciar su uso por profesores y alumnos, y apostar decididamente por estos medios de eFormación, no como sustitutos de la formación presencial, sino como una opción más (incluso un complemento a la formación presencial), que permitiría definir la modalidad más adecuada a cada contexto; eso sí, para lograrlo es imprescindible invertir en los medios técnicos y humanos necesarios (estos últimos imprescindibles) para lograr acciones formativas de calidad.

¿Cómo se deben compaginar los sistemas presenciales con la formación virtual en este momento en que las universidades han apostado por la doble oferta presencial y virtual?

Utilizándolos en cada caso para maximizar el beneficio de la acción formativa, en función de sus características, público objetivo, etc. Son dos los contextos que permiten aprovechar una inversión de estas características en una Universidad: por una parte, al facilitar los medios para que las clases presenciales cuenten con entornos virtuales de apoyo y complemento, el modelo presencial se mantiene e incluso se refuerza, pero alumnos y profesores se van imbuyendo de este cambio de paradigma; por otra, las universidades pueden ampliar o redefinir sus ofertas de formación con modalidades mixtas u online según sus intereses y necesidades, lo cual contribuye a incrementar su ámbito de acción formativa, no sólo a alumnos distantes geográficamente, sino a profesionales o ciudadanos en general que, sin necesidad de abandonar su vida cotidiana para "volver a la universidad”, pueden seguir en contacto con la academia para mantenerse permanentemente formados. Ése es el auténtico reto de la formación en la llamada sociedad del conocimiento.

Ante la disyuntiva de formación presencial, virtual o una combinación de las dos en lo que se denomina blended learning ¿Qué recomendaciones haría a la hora de decantarse por uno u otro método?

No creo que exista una receta mágica. En mi opinión esto es una gran ventaja para permitir que cada uno utilice estos medios en la medida en que le pueden beneficiar, volviendo a dos elementos ampliamente citados en la entrevista, la versatilidad y el no ver a las tecnologías como el fin del proceso formativo, sino como el medio para lograr las competencias y destrezas que se plantean en la acción formativa. En todo caso, será cada contexto formativo el que determine cuál es la opción más adecuada. Está claro que para una empresa con necesidad de formar a trabajadores que comparten la misma sede física y con una escasa cultura tecnológica, la formación online constituye una apuesta más arriesgada que un contexto de trabajadores con enorme dispersión geográfica y elevada cualificación tecnológica. Sin embargo, se han documentado ya enormes éxitos y grandes decepciones en contextos como los que se acaban de describir con unas y otras modalidades formativas. Es imprescindible estudiar muy bien en cada caso para qué se quiere capacitar, quiénes son los destinatarios y de qué recursos (materiales y humanos) se dispone, sin apostar ciegamente y a priori por un modelo formativo.

Las organizaciones educativas o las empresas de cualquier sector que desean implantar la formación virtual, se encuentran con la dificultad de escoger un modelo didáctico, una plataforma de pago o libre o desarrollar una propia. ¿Qué recomendaría tener en cuenta ante esta doble elección de método y recursos tecnológicos?

La decisión entre plataforma de pago o libre, a mi entender, es algo que afortunadamente va quedando en un segundo plano, centrándose más la cuestión en los servicios relacionados con la formación que necesita una entidad y en si dichos servicios los gestiona ella misma o los subcontrata a terceros. Elegir un camino u otro dependerá de la organización, la infraestructura y los intereses de la entidad. El desarrollo de tecnología propia en el campo de eLearning está más orientado al soporte de nuevos servicios competitivos que a intentar ofrecer la misma funcionalidad que ya presentan otras plataformas; en este caso, partir de una solución de software libre para, posteriormente, desarrollar sobre ella nuevas prestaciones, es una opción muy interesante que ya están explotando algunas empresas y universidades. El modelo didáctico podemos entenderlo como un elemento ortogonal a la plataforma tecnológica, siempre y cuando ésta reúna un conjunto mínimo de servicios y funcionalidades; además, es importante que el entorno permita desarrollar diferentes estilos de aprendizaje, de cara a ofrecer una mayor sensación de personalización; por último, es fundamental explotar las posibilidades que ofrece el aprendizaje colaborativo que, desde un punto de vista metodológico, constituye la base de teorías como el constructivismo social, aplicado en este caso a entornos eLearning. De las múltiples alternativas didácticas a disposición para el eLearning, la que está demostrando ofrecer peores resultados (y que es responsable, en muchos casos, de la mala prensa de la que goza el eLearning en determinados contextos, porque es la que "naturalmente” muchos asocian a esta modalidad formativa) consiste en la aplicación de una mal entendida educación a distancia con soporte web, que conduce al aislamiento del alumno, a la ausencia de acción tutorial continua y, por tanto, a un elevado índice de fracaso en las iniciativas de formación online que la ponen en práctica.


¿De qué depende el éxito o fracaso de un curso de formación virtual?

Todo éxito o fracaso de una acción formativa depende de una combinación de factores de muy diversa índole. Por simplificarlo en las causas más sobresalientes, yo lo enfocaría desde dos puntos de vista. El primero, el de la institución, que debe apostar por la iniciativa, poner los medios tecnológicos y fundamentalmente humanos, en forma de profesores y/o tutores online, así como concienciar a los receptores de la formación para que el retorno de la inversión sea el adecuado. El segundo, el del alumno, con su motivación y madurez para sobreponerse a las posibles barreras que se pueda encontrar (tecnológicas, aislamiento, pereza, desánimo, etc.), para lo cual contar con un buen equipo humano, tanto en el contexto de los tutores/profesores como en el del grupo de compañeros, se convierte quizás en la clave principal del éxito de una iniciativa online, por encima muchas veces de cualquier factor tecnológico. Nuestras acciones formativas online así lo ratifican (http://www.tutoron-line.info/, http://www.clayformacion.com/elearning) pues, al apostar por el factor humano como centro de la metodología docente, se están consiguiendo porcentajes de éxito superiores al 85% en cada edición de las mismas, conjuntamente con un muy elevado grado de satisfacción por parte de nuestros alumnos, así como un reconocimiento por parte de las instituciones cuyo personal hemos formado.

¿Cuáles son las principales líneas de investigación en e-learning que han abierto en el grupo de investigación? ¿Hacia dónde apuntarán las líneas de investigación en formación virtual en el futuro?

Nuestro grupo de investigación (http://grial.usal.es) de la Universidad de Salamanca conjuga líneas de investigación relacionadas con los entornos de eLearning -desde un punto de vista interdisciplinar que abarca desde cuestiones técnicas a aspectos pedagógicos, pasando por el apasionante campo de la teoría de la comunicación aplicada a la formación online- y elementos propios de la interacción persona-ordenador -como por ejemplo los sistemas colaborativos, sistemas adaptativos o sistemas móviles-. En el seno del grupo tenemos la suerte de contar con el apoyo y soporte de una empresa spin-off de la Universidad, Clay Formación Internacional (http://www.clayformacion.com), que nos ofrece una conexión muy importante con la realidad extra-académica y un lugar en el que realizar la transferencia tecnológica de nuestra investigación a la sociedad.

En cuanto a la las líneas futuras de investigación en entornos eLearning podríamos diferenciar dos bloques, con claras interconexiones en cuanto a nuestro grupo se refiere. El primero de ellos, relacionado con los aspectos pedagógicos de los procesos formativos online, muy orientados a la metodología de la tutoría online, el desarrollo de las redes sociales y el soporte de los porfolios basados en competencias y destrezas. El segundo bloque, con un enfoque más tecnológico, consiste en la investigación para lograr sistemas más usables, accesibles e inteligentes, que se adapten a las necesidades del usuario, con especial atención a la movilidad y los sistemas ubicuos aplicados a los sistemas de formación.

¿Existen datos sobre los resultados académicos obtenidos en la formación virtual comparables a los de la formación presencial?

No, al menos no me consta la existencia de estudios significativos que puedan servirnos de referencia. La mayor parte de los análisis que se están realizando hasta el momento estudian el ritmo de crecimiento del eLearning, las soluciones tecnológicas que se han estado implantando y otros aspectos más bien cuantitativos. Sin embargo, las encuestas realizadas por diferentes observatorios y agrupaciones de usuarios a los interesados no arrojan unas perspectivas muy halagüeñas. Incluso en EE.UU., donde la formación online cuenta ya con unos años de historia, existen estudios que ponen de manifiesto la desconfianza de los responsables de las propias instituciones académicas respecto a la formación online (Adams & DeFleur, 2005). Además, nos encontramos todavía en una fase de implantación del eLearning, casi en una fase experimental en muchas instituciones, lo cual dificulta la interpretación de los resultados académicos, puesto que en muchas ocasiones se equipara la formación a distancia con el eLearning y se contrapone a la formación "tradicional”, lo cual significa que todavía no existe una identidad propia para esta modalidad formativa.

Se hace necesario, pues, el desarrollo de un modelo formativo específico para el eLearning, antes de que podamos establecer comparaciones en cuanto a resultados académicos y, lo que es más importante, en cuanto a la adquisición de competencias y destrezas por parte de quienes cursan iniciativas formativas en modalidad online. En realidad, el indicador determinante no es el porcentaje de éxito académico, sino la adquisición de estas competencias y el grado de aplicación eficaz a los contextos para las que se han adquirido. Esto supone también un cambio en la manera de evaluar los datos académicos, no sólo en la formación online, sino también en la formación presencial, que también habrá de adaptarse paulatinamente a este tipo de evaluación. Sólo entonces podremos establecer resultados realmente comparables.

Según datos del Observatorio Español de Internet 350.000 personas han realizado estudios por Internet (5%) y vaticina que en 5 años la cifra será de 5.000.000. Además la mitad de los cursos escogidos son universitarios. ¿Qué opina sobre esta previsión?

La presencia de Internet en nuestra sociedad es creciente e imparable. Internet se está consolidando como la fuente de consulta de conocimiento más inmediata y extendida; aprovechando esta circunstancia, y el hecho de que con las mismas destrezas en el uso de Internet como medio de información se puede acceder a la Red como medio de formación, cada día hay más ciudadanos preparados y dispuestos a dar ese salto de la "sociedad de la información” a la "sociedad de la formación”. Esto se traduce rápidamente en una importante demanda de servicios de formación que crecerá de forma exponencial en los próximos años, salvo que su confianza se vea traicionada reiteradamente por unos productos de calidad mediocre y unos resultados de aprendizaje insatisfactorios.

En el mundo universitario, el desarrollo del Espacio Europeo de Educación Superior implica necesariamente una apuesta por la incorporación de formación online como complemento a la formación presencial, así como por un catálogo de títulos que se impartirán en modalidad online o mixta. Esto se debe a dos factores principales: el primero, el cambio de la metodología docente hacia una metodología de aprendizaje más activa y centrada en el estudiante, que necesariamente debe encontrar soporte en las herramientas tecnológicas adecuadas; el segundo, la apuesta definitiva por la formación a lo largo de la vida, que obliga a una persona a actualizar su porfolio de competencias y destrezas no sólo durante su etapa como estudiante sino, al menos, durante toda su vida profesional. Con estas perspectivas, el profesional obligado a formarse demandará soluciones flexibles que le permitan compatibilizar sus intereses formativos con el desarrollo pleno de su profesión y con su vida personal.

Referencias:

Adams, J, & DeFleur, M. H. (2005). The Acceptability of a Doctoral Degree Earned Online as a Credential for Obtaining a Faculty Position. The American Journal of Distance Education, 19(2), 71-85.

Francisco José García Peñalvo es Licenciado en Ingeniería Informática por la Universidad de Valladolid y Doctor en Informática por la Universidad de Salamanca. Actualmente desarrolla su actividad académica como Profesor Titular del Departamento de Informática y Automática de la Universidad de Salamanca. Desde el punto de vista de investigación dirige el Grupo de investigación en interacción y eLearning de esta Universidad, contando entre sus principales líneas de investigación la Interacción Persona-Ordenador, el eLearning, la Ingeniería Web, la Arquitectura del Software, la Informática Educativa, y la Teoría de la Comunicación, habiendo publicado más de un centenar de artículos en revistas y congresos internacionales y participado en más de una veintena de proyectos de investigación. Desde el punto de vista docente, restringiéndonos a la actividad en posgrado, es profesor del Programa de Doctorado del Departamento de Informática (que cuenta con la Mención de Calidad de la ANECA desde el curso 2003-2004), del Máster Oficial en Sistemas Inteligentes de este mismo Departamento, del Programa de Doctorado Procesos de Formación en Espacios Virtuales de la Universidad de Salamanca, y es el Director del Experto/Máster en eLearning: Tecnologías y Métodos de Formación en Red. Por último, en relación con la actividad de gestión, actualmente es Vicedecano de innovación y nuevas tecnologías de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Salamanca.
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