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La denominación de las carreras de grado contendrá un título general y otro concreto de la universidad que lo imparta
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La denominación de las carreras de grado estará formada por un título general correspondiente a grandes campos o áreas de conocimiento y uno concreto de la universidad que lo imparta, de acuerdo con la propuesta del Ministerio de Educación y Ciencia para la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior. Por otro lado, el primer curso o etapa de todos los títulos de grado de un mismo campo incluirá conocimientos comunes para facilitar el cambio de carrera y reducir el fracaso escolar.
El Ministerio elaborará directrices generales por campos o áreas generales de conocimiento y el título preciso, con el correspondiente plan de estudios, dependerá de las universidades en el ejercicio de su autonomía. La comunidad autónoma deberá considerar pertinente el grado propuesto (que tendrá que cumplir unos determinados requisitos de calidad), aprobarlo y financiarlo. El Gobierno confirmará por último que la titulación cumple con las directrices generales y con la normativa y autorizará su inclusión en el Registro de Universidades, Centros y Títulos. "Las titulaciones aparecerán o desaparecerán en función de su conveniencia, de su utilidad, de su buen funcionamiento y de su evaluación", precisó Cabrera en el encuentro.
Incluir menciones (itinerarios, orientaciones o especificidades curriculares) en las carreras ya no sería un problema pues las universidades podrían precisar después de la denominación general, a continuación de los dos puntos, la titulación concreta de que se trate. Teóricamente, de esta forma sería posible un número ilimitado de titulaciones, pero en la práctica no -precisó Cabrera- porque para que un grado exista hace falta, en primer lugar, que se adecue a las directrices generales que dictará el Gobierno por campos de conocimientos.
Campos de conocimiento
El Gobierno elaborará en los próximos meses unas directrices genéricas por "grandes familias de conocimiento" para que las universidades diseñen posteriormente los planes de estudio de los títulos. Las universidades habrán de actuar en colaboración con las comunidades autónomas, que son a las que corresponde autorizar la implantación de enseñanzas.
A este respecto, el secretario de Estado de Universidades e Investigación, Miguel Ángel Quintanilla, que estas directrices generales podrían limitarse a media docena aproximadamente de grandes ramas de enseñanza. Quintanilla concretó que esos campos de conocimiento se corresponderán básicamente con las cuatro subcomisiones constituidas en el Consejo de Coordinación Universitaria (CCU) para la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES): Humanidades, Ciencias Sociales y Jurídicas, Enseñanzas Técnicas y Ciencias Experimentales y de la Salud.
Estructura del primer curso
El primer curso o la primera etapa de todos los títulos de grado de un mismo campo o familia de conocimiento incluirá una serie "muy elevada" de contenidos y competencias básicas comunes, con independencia de que cada uno de ellos contenga una especialización propia.
Esta estructura permitirá la movilidad entre estudios a partir del primer curso y modificar una primera elección de carrera, pues los alumnos podrán continuar en otro título de la misma familia, explicó la ministra de Educación y Ciencia, Mercedes Cabrera, en los Cursos de Verano de la Universidad Complutense.
"De esta forma, pretendemos mejorar la formación de acceso de los estudiantes universitarios y reducir las tasas abandono, que son muy elevadas", apostilló en la inauguración del encuentro "Construyendo el Espacio Europeo de Educación Superior: Situación actual, financiación, recursos y perspectiva".
En conferencia de prensa posterior, Cabrera matizó que se trata de una propuesta del Ministerio aún no definida completamente y que podría referirse a un curso completo común a varias titulaciones.
Evaluación posterior
Aparte del control inicial de adecuación a las directrices generales y requisitos de calidad, el Ministerio plantea una evaluación "ex post" (posterior) de cada grado, al cabo de cuatro o cinco años, para comprobar cómo funcionan, si cumplen ciertos requisitos y en qué deberían cambiar para mejorar. "Este tipo de evaluación ex post, al que no estamos acostumbrados, hará que no haya un número ilimitado de títulos (...) No ha de entenderse como una evaluación inquisitorial, sino para mejorar", aseguró Cabrera.
La diversidad que ya existe en estos momentos detrás de una misma titulación en las distintas universidades españolas es mucha. "Lo que queremos -concluyó- es que eso siga existiendo, pero que sea más transparente, más conocido, más fácilmente evaluable, y el mayor conocimiento, la mayor transparencia, la mayor información y la mejor evaluación sirvan para mejorar el funcionamiento de la universidad."
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