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El presente del e-learning no parece tan brillante como su futuro… Un examen crítico al presente y al futuro de la formación on-line
Artículo de opinión
En los últimos años estas actividades las hemos desarrollado dedicando una atención especial a las nuevas tecnologías, estudiando y recogiendo lo mejor de la teleformación. Fruto de esta experiencia, un equipo de pedagogos y programadores informáticos de IngeCon, ha desarrollado el "Sistema VideoAula”, una herramienta sencilla e integral para el aprendizaje vía internet que representa la última generación de los sistemas de formación on-line.
E-learning, formación online, teleformación, formación virtual, aprendizaje a través de la WEB, todas estas denominaciones suelen utilizarse para definir la formación no presencial utilizando ordenador y el uso de internet. Estas modalidades ofrecen una funcionalidad indiscutible a los centros formativos, a los departamentos de formación de grandes organizaciones de todo tipo y a los sujetos que se forman.
Aunque no se han cumplido aún diez años del inicio del e-learning en España, la constatación de la realidad entre los usuarios y algunos estudios recientes señalan cierta preocupación en cuanto a su definitiva implantación. Estas dificultades contrastan con las enormes posibilidades que se le atribuyen y con las indudables ventajas que aporta.
EL PRESENTE DEL E-LEARNING NO PARECE TAN BRILLANTE COMO SU FUTURO…
Estamos ante un fenómeno relativamente nuevo y que implica tecnologías innovadoras, pero hay un hecho incontestable incluso prescindiendo de los datos coincidentes que aportan algunas conocidas investigaciones y estudios formales realizados en nuestro país en los últimos dos años: la gran mayoría de los entrevistados y encuestados prefieren la formación presencial antes que la modalidad de e-learning.
Todos los sectores implicados en la formación on-line, consideran que las ventajas de esta modalidad tiene enormes posibilidades de futuro. Pero el presente no es tan brillante como su futuro, son diversas las causas que no permiten su expansión definitiva. Es conocida la preocupación a propósito de la "brecha generacional” que provoca la escasa alfabetización digital en las población española mayor de 40 años. Los expertos en e-learning atribuyen las críticas a una generalizada falta de información sobre esta modalidad en la que se incluye a los propios gestores de formación. Creen que estos prejuicios caerán en el momento en que aumente su difusión y conocimiento.
Según parece, la mayor parte de partidarios del e-learning se encuentra entre las empresas proveedoras de cursos y plataformas y entre algunos de los directivos y gestores de las organizaciones y centros de formación que las han contratado. Entre los usuarios la opinión generalizada ante la teleformación es menos favorable y las razones que exponen deberían ser tomadas seriamente en consideración.
La vieja autoformación y las jóvenes tecnologías digitales
Es verdad que hay otras importantes utilidades en esta metodología, pero las principales ventajas que se le reconocen actualmente al e-learning como modalidad de formación son:
- Con un número considerable de usuarios, la teleformación puede resultar más económica que los programas presenciales.
- La modalidad de e-learning proporciona una amplia flexibilidad de adaptación a los ritmos, lugares y temporalidades de los aprendizajes.
Como vemos, también las más citadas y reconocidas ventajas tienen que ver con el ahorro de costes y la flexibilidad que aporta la no presencialidad y… ¡Son las mismas ventajas atribuidas a la formación a distancia tradicional!
Algo sucede en el mundo del e-learning que en lugar de remitirnos al futuro, nos remite a la lógica de la "formación a distancia” tradicional que, en gran medida, podría asociarse con el pasado. En realidad comparten el principio básico de la autoformación: depende de la iniciativa del formando, el material didáctico suele ser autosuficiente y el profesor no está presente como fuente informativa, un tutor actúa como orientador, solucionador de consultas y evaluador.
Es lógico que a la formación on-line se le exija algo más que la caracterice y diferencie de la formación a distancia tradicional, más allá de que las consultas al tutor se hagan a través del correo electrónico. El encuentro entre la vieja autoformación y las jóvenes tecnologías digitales había generado unas expectativas que, de momento, han quedado lejos de los resultados conseguidos. Se trata de una cuestión más pedagógica que tecnológica.
Veamos a continuación cuáles son algunas de las dificultades según las expresan quienes están directamente implicados. Nos ceñiremos especialmente a las cuestiones que más han destacado en un estudio realizado recientemente por IngeCon y en otros similares, los propios actores del proceso: profesores, usuarios, gestores de formación y pedagogos.
Modalidad fría y distante
Se considera que la dimensión relacional y social del e-learning resulta fría y distante de cara al alumno y que ello puede distorsionar la información puesta a su disposición y dificultar su comprensión.
La estrategia motivacional de la formación on-line, en contradicción con los paradigmas clásicos de la formación presencial ha renunciado en gran medida al factor humano entre los actores del proceso y está orientada primordialmente al trabajo individual. La falta de motivación, el trabajo en solitario y las extensas lecturas en la pantalla del ordenador, están en la base del alto número de abandonos del e-learning. En estas condiciones la labor de supervisión, estímulo y guía realizada por el tutor es fundamental y es uno de los aspectos más valorados en un curso on-line.
Exige más voluntad y compromiso que la presencial
También se aducen razones de cariz actitudinal, destacando la fuerza de voluntad que requiere la teleformación por parte del alumno. Se considera que exige mucha más dedicación, en términos de esfuerzo y motivación que la modalidad de formación presencial. Es un lugar común escuchar por parte de los usuarios reales y potenciales del e-learning, que la exigencia externa que impone la formación presencial hace que resulte más factible el seguir un curso y a la vez, a esta se la atribuye mayor prestigio social.
Carencias metodológicas
La calidad de la formación on-line no está a la altura del desarrollo general logrado en el aspecto tecnológico, porque no se han aplicado modelos pedagógicos específicos y en muchos casos, la formación on-line se queda en la mera trascripción digital del material didáctico de cursos presenciales. La debilidad de la nueva metodología que requiere la teleformación ha generado experiencias negativas provocadas por programas de baja calidad, que pueden ser un difícil obstáculo para la potenciación de la formación on-line.
Quien accede por primera vez a un curso on-line, tiene la expectativa de aprender de un modo práctico, interactuando con el ordenador, pero la limitación de los sistemas de transmisión, los elevados costes que suponen este tipo de diseños y la falta de profesionales realmente especializados para diseñar programas de teleformación con todos los requisitos de calidad pedagógica esperados, acaban produciendo decepción en los usuarios.
Ante la dificultad por conseguir alta calidad a través de la interactividad, la combinación de medios gráficos y visuales, tratando de hacer más "bonitos” los contenidos ha sido, en el mejor de los casos, el recurso utilizado. Por este camino la formación on-line se ha centrado casi exclusivamente en la lectura pasiva de documentos con más o menos animación y atractivo, proponiendo como "actividad” principal, tests de autoevaluación para comprobar la retención de lo que se ha leído.
A pesar del innegable potencial de los elementos multimedia como recursos educativos, sabemos que la mera lectura o visualización, aunque sea la de un material muy elaborado, no produce por sí sola aprendizaje profundo ni alta retención. Un texto con animación, no es capaz en muchos casos de mantener el interés del participante por sí sólo y resulta poco satisfactorio. Se ha buscado dar una respuesta más cuantitativa que cualitativa.
Después de experiencias negativas con cursos de este tipo, la gente sólo está dispuesta a seguir formándose a través de la modalidad e-learning si las circunstancias personales le impiden acudir a un curso presencial, cuando el precio es notablemente más bajo que un curso presencial o cuando lo impone la empresa o institución a la que pertenece.
UN NUEVO PARADIGMA: SESIONES PRESENCIALES ON-LINE
Además del cambio cultural y la mejora gradual de las deficiencias en la modalidad de e-learning comentadas en este artículo, nuevas aportaciones metodológicas y técnicas pueden cambiar esta situación. La mejora de los sistemas de telecomunicación, tanto en cuanto a su coste como a la velocidad y capacidad con que operen, traerá consigo parte de las soluciones a algunos de los actuales problemas. La banda ancha de internet ya permite la utilización de recursos que incluso han conseguido cambiar los antiguos conceptos de formación presencial o a distancia.
El Sistema VideoAula, del que hablamos al inicio de esta nota, es un ejemplo de estas nuevas herramientas de formación on-line. Utilizando tecnología streaming, en una ventana de la pantalla del ordenador se ve al profesor, quien transmite los conceptos y conduce la sesión en directo. En otra ventana contigua se ven las transparencias en Power Point con que presenta su materia como si se tratara de una sesión convencional. Además de ver y oír al profesor, los receptores pueden realizarle preguntas en el mismo momento en que se presentan sus dudas, saben que esta ahí y ahora. Es el profesor quien transmite los conceptos y conduce la sesión en directo permitiendo la interacción en tiempo real entre los participantes, a través de Chat escrito o por conversación oral sólo utilizando el ordenador.
Estas prestaciones superan ampliamente a los sistemas de videoconferencia, es decir que se trata de una plataforma tecnológica con todos los servicios y posibilidades para el control, la administración y gestión de cursos de un entorno e-learning. Incorpora material didáctico de todo tipo, apuntes, enlaces, ejercicios y documentos para el estudio, que el participante puede leer, archivar o imprimir. A diferencia de las sesiones presenciales, para quien no haya podido asistir a la sesión en directo, el sistema conserva la clase grabada íntegramente, de manera que se puede ver, o volver a ver cuando se quiera y participar en los foros que dan continuidad a las clases.
Dado que utiliza los mismos criterios que la formación presencial, favoreciendo que la interacción y la participación de los participantes resulten motivantes, según nuestra experiencia de los últimos tres años, esta metodología es ideal para la formación en grupos reducidos, de 15 a 30 personas, aunque tecnológicamente el sistema acepta muchos más. Su coste es similar al de la formación presencial, aunque evidentemente, el acento no está puesto en la cantidad sino en la mayor eficacia y satisfacción asociada al aprendizaje.
Como se puede constatar, algunas de las dificultades comentadas anteriormente del e-learning, se superan con este tipo de recurso, ya que favorece la comunicación y el intercambio entre los participantes, permite la conducción del aprendizaje por parte del experto y la tutoría inmediata de los individuos y del grupo sin renunciar a las principales ventajas de la formación on-line. Estos factores proporcionan a los participantes un intercambio muy dinámico y un aprendizaje en profundidad de los temas.
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