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Formación continua durante el periodo estival

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Ana Landeta, Centro de Estudios Financieros (CEF)
Las vacaciones de verano son perfectas para aprender a gestionar el tiempo
libre del que normalmente no disponemos durante el resto del año. Realizar un curso puede ser una alternativa más que interesante para nuestras vacaciones, ya que es una opción que nos permite aprender de una manera cómoda y rápida, aprovechando y diversificando nuestro tiempo libre, sin por ello renunciar a las actividades de disfrute y puramente lúdicas propias de las vacaciones.

El periodo vacacional es, de hecho, ideal para aprovechar todas las oportunidades que nos brindan las instituciones educativas para formarnos de una forma rápida, sencilla y compatible con el tiempo dedicado al ocio. Alejados del stress del día a día en nuestro trabajo, nos encontramos relajados y despejados, con la disposición idónea para aprender y retener conceptos sin demasiado esfuerzo, con lo que nuestra capacidad de aprendizaje se ve multiplicada. Aprendemos más y en menos tiempo.

Las acciones formativas orientadas a la adquisición de conocimientos que favorezcan nuestra actividad y desarrollo profesional son una alternativa válida que muchas personas contemplan cada vez más como una opción válida, interesante, productiva y rentable cuando disponen de tiempo libre u horarios más flexibles.

Los programas formativos que se imparten durante el período vacacional son perfectamente compatibles con los horarios de las jornadas intensivas de las empresas.

Las nuevas tendencias formativas están directamente relacionadas con la "especialización”, la "formación continua” e incluso con el "aprendizaje a lo largo de la vida”, por tanto, esta tendencia está cada día más consolidada entre nuestros hábitos, considerando este período como el óptimo para la adquisición de conocimientos estrechamente ligados a actividades profesionales específicas.

Estos nuevos hábitos y tendencias se tienen muy en cuenta a la hora de diseñar los planes de formación de verano desde los Centros de Formación. En este sentido, la oferta formativa veraniega está dirigida a colectivos muy amplios pero con intereses comunes, "la adquisición de nuevos conocimientos directamente relacionados con la actividad profesional”.

Desde las Escuelas de Negocio diseñamos estas acciones formativas con el objetivo de proveer a nuestros alumnos con cursos basados en esas necesidades formativas específicas.

Además que duda cabe que también es un buen ejercicio para la mente, que en estos días tiende a colgar el cartel de "cerrado por vacaciones” con demasiada ligereza. Nuestro cerebro necesita actividad y una acción formativa basada en el reciclaje profesional o la actualización de conocimientos nos puede ayudar a mantener esos "servicios mínimos" de vida intelectual. Dedicar un pequeño espacio de nuestro tiempo a la formación nos va a mantener la mente alerta y en "forma", para que la desconexión no sea tan drástica, algo que agradeceremos a la hora de la vuelta "al trabajo".

El verano nos ofrece múltiples posibilidades; hacer turismo, descansar, realizar actividades que no son demasiado viables durante el año. Aprovechemos sólo una pequeña parte de nuestro tiempo libre para formarnos ahora que podemos y no cargamos con el agobio de las obligaciones del día a día como durante el resto del año. Además, así volveremos en septiembre con la sensación de haber aprovechado el tiempo y con nuevos conocimientos que favorecerán nuestra actividad profesional.
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