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Formación Profesional: FCT, la formación que se realiza en centros de trabajo

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Andrés Villena y Sergi Reverte, Subdirector de FP y Coordinador de FP del centro IES-SEP Esteve Terradas de Cornellá de Llobregat (Barcelona)
Los Ciclos Formativos de la Formación Profesional específica incorporan en su currículum un crédito de formación en centros de trabajo. Este crédito pasa a ser una materia que se ha de evaluar y superar para poder obtener el título correspondiente. Los prolegómenos de esta decisión hay que buscarlos en la antigua Formación Profesional donde, de forma voluntaria, la mayoría de los alumnos realizaban las famosas prácticas en empresas. De la evaluación altamente positiva de esta experiencia y de la finalidad propia de la FP se produce, fundamentalmente, esta incorporación en los nuevos ciclos formativos, con aproximadamente un 20% de las horas totales del ciclo dedicadas a que los estudiantes realicen en un entorno laboral real, prácticas relacionadas con los estudios que cursan, más cercanas a la producción cuanto más avanza el tiempo que están en la empresa.

Para mejorar el sistema de coordinación de prácticas en empresas utilizamos herramientas de gestión y el soporte de una página web, haciendo más eficaz el trabajo de nuestros tutores y tutoras de prácticas. La planificación del programa de FCT se basa la actividad que pactamos con las empresas, donde unos tutores guiarán el proceso de aprendizaje de los alumnos y ayudarán al profesorado del centro a hacer un seguimiento y evaluación de los contenidos, actitudes y competencias profesionales adquiridas a lo largo del tiempo de estancia en el ámbito laboral.

Nuestro Instituto imparte estudios de Formación Profesional desde hace más de 30 años, en diferentes familias profesionales y goza por tanto de una dilatada experiencia.

Para que no quede ninguna duda, conviene dejar claro que la Formación en Centros de Trabajo es una magnifica herramienta de orientación profesional. No sólo por las realizaciones que ejecutan los alumnos sino porque conocerán a profesionales con experiencia que les van a formar e informar de las expectativas que existen en las diferentes especialidades que conforman una familia profesional y sobre todo van a poder experimentar, si realmente aquello para lo que se están preparando es su verdadera vocación o bien han de redirigir sus intereses hacia otros campos o sectores productivos.
Obviamente la FCT cumple otro objetivo fundamental para nosotros como es la inserción laboral. Los datos de nuestro centro son, que una vez finalizados los estudios (después de 6 meses), más del 90% de los ex-alumnos están trabajando, estudiando o ambas actividades simultáneamente, destacando de nuestras encuestas que el 50% trabajan en aquello para lo que habían estudiado. Sin duda unos resultados más que aceptables para unos estudios que todavía han de ganar más prestigio en nuestra sociedad.

Hemos destacado aspectos positivos e inmediatos de la FCT. Ahora nos gustaría hacer referencia a esta realidad que va tomando forma y que, a nuestro entender, va a proporcionar en el futuro un mayor avance de la Formación Profesional. Queremos evidenciar un acercamiento a las empresas y a los profesionales por parte de los Institutos que va más allá de las prácticas de nuestros alumnos, proporcionando un conocimiento de la realidad cambiante de los sectores productivos y sus necesidades actuales y futuras. Los centros de formación profesional, podemos ofrecer una valiosa colaboración, formando técnicos que respondan a las necesidades de las empresas. Abrir las puertas de los centros de formación también ha permitido que las empresas y sus personas entren en los Institutos, y cada vez más, nos ayudan impartiendo charlas, experiencias, aportando materiales y participando en la revisión de los programas de estudio. Es pues una relación en doble sentido que nos enriquece a todos y que culmina con un amplio desarrollo de alianzas y compromisos Escuela-Empresa que, como decíamos anteriormente, mejorarán notablemente la Formación Profesional.

Evitar la burocracia en el papel que desempeña el profesorado en la planificación, seguimiento y evaluación de las actividades a desarrollar, es un objetivo clave para poder dedicar más tiempo a trabajar conjuntamente con las empresas en la formación del alumnado. Favorecer una flexibilidad horaria para hacer las correspondientes visitas a las empresas, facilitar la gestión de los gastos que representa esta actividad, tanto para alumnos como profesores, y el reconocimiento de esta labor que exige mucha dedicación son algunos de nuestros retos.

Hay dos aspectos relacionados con la Formación Profesional que todavía nos gustaría destacar con el objetivo de iniciar un debate en el futuro. Por un lado, la adecuación de la actual oferta educativa a las necesidades de perfiles profesionales que necesita el mercado laboral, y por otro el necesario equilibrio entre tiempo de formación y eficacia de esta formación.

Las respuestas no son fáciles y seguro que generarían un amplio debate con multitud de matices y posibilidades. Es evidente que el alto número de estudios profesionales existente facilita la adaptación a las necesidades del entorno socio-económico, pero es más evidente que sólo en núcleos con alta densidad de población se acaban ofertando un número significativo de estos estudios. Por tanto, difícilmente se cumplirá que en cada población o área, más o menos amplia, se disponga de profesionales con formación en los diferentes ciclos. Además se observa que los alumnos que se matriculan en los ciclos formativos de grado medio no se trasladan, habitualmente, de su localidad de procedencia, formándose exclusivamente en aquellos cursos ofertados. Cabe por tanto, pensar en crear ciclos de con mayor contenido común de una profesión y menos especialización, aumentando las horas del ciclo, e incorporando materias como el idioma y la informática. En el otro aspecto que planteábamos, hay que asumir que los contenidos que se han de impartir en los ciclos formativos de Formación Profesional, como todo campo de estudio, siempre son y serán insuficiente. Por tanto deberíamos optar por definir cual es el papel a desarrollar por la Formación Profesional en su conjunto y de forma integrada, teniendo en cuenta en la planificación a la Formación Específica, como base de una enseñanza profesional y a la Formación Continua, que deberá completar la formación de las personas a lo largo de su vida laboral.

¿Esta formación la ha de realizar el trabajador, prácticamente por su cuenta, o bien conjuntamente entre Empresa y Escuela? No deberíamos seguir como hasta ahora, con poco tiempo dedicado a formación específica y aún menos a la continua que, sin duda, es un modelo a redefinir y, a nuestro juicio, fundamental para el desarrollo económico sostenido de nuestro país. Por supuesto, nosotros proponemos mejorar la formación de base en los institutos, pero al mismo tiempo aumentar la formación continua, estableciendo planes a medio y largo plazo que satisfagan las necesidades de las empresas y el desarrollo de las personas y su cualificación profesional.

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