Hace unos años la Formación Profesional era una rama secundaria del árbol del sistema educativo. Su prestigio social y los presupuestos públicos dedicados a la FP lo corroboraban. En la actualidad, la FP empieza a considerarse como el tronco central de la educación desde donde puede crecer no sólo el sistema de formación, sino también la economía, el equilibrio social y la integración sociolaboral de la inmigración.
La FP empieza, además, a ser un ejemplo para las otras ramas del sistema educativo, respetada por su proximidad al sector productivo, por la aplicabilidad de sus contenidos y, como consecuencia, por la alta y en muchas ocasiones cualificada inserción laboral de sus ex alumnos.
De todos modos, hay mucho que hacer en el árbol de la educación y en el bosque de la sociedad para que todo vaya adecuadamente.
Por ejemplo, en el campo de la información y la orientación académica y profesional y en las aspiraciones de padres y madres, entre los que la FP sigue siendo, en muchas ocasiones, relegada a una segunda opción ante los estudios universitarios, como si FP y Universidad fueran incompatibles.
Por ejemplo, en el estímulo de la movilidad de los estudiantes mediante becas y el esfuerzo por la especialización por parte de algunos institutos, o bien la creación de ciclos con mayor contenido común y menor especialización que permitan, a posteriori, elegir a conciencia a los alumnos.
Por ejemplo, en la complejidad burocrático-logística para realizar la Formación en el Centro de Trabajo que sólo unos institutos, unas empresas y una administración más flexibles podrán superar. ¿Están los centros educativos organizados de acuerdo con las empresas y viceversa?
Por ejemplo, fomentando que la apuesta por la Formación Profesional no sea sólo individual, sino que las empresas que tienen necesidad de mano de obra o de motivación de sus empleados, también apuesten por la FP en el marco del estímulo de la Formación Continua.
La apuesta por la FP es una gran inversión a medio y largo plazo, como ya se está observando por los resultados. En el Estado español. Las raíces del sistema educativo (educación primaria) están bien integradas en el territorio (a pesar de los avisos ciertos de la OCDE), pero el tronco de la FP es aún demasiado estrecho en relación con las ramas universitarias que crecen desigualmente y, a veces, sin podar, y de las ramas de la Formación Continua, que están poco desarrolladas.
Ahora ya conocemos el árbol. Deberíamos observar a los Jardineros.
Enric Renau
editor
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