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El trabajo del futuro: una visión general
Artículo de opinión
La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, OCDE, ha hecho este trabajo recientemente, y lo ha divulgado a través de diversas publicaciones y soportes electrónicos. La conclusión de estos estudios de Observatorios laborales prospectivos es la misma: los trabajadores del conocimiento ya representan el 80% del empleo en los países avanzados, la sociedad de la información indica que en el futuro, el mercado de trabajo y la creación de riqueza se fundamentarán cada vez más en la información y su tratamiento aplicado, es decir, el conocimiento.
Estas consideraciones apuntan a un nuevo tipo de trabajo más cualificado, complejo y orientado al proceso de datos, en el que la navegación por el ciberespacio será un elemento de exigencia en todos los empleos. En cierto modo, los expertos apuntan a una sociedad de la información y del conocimiento, de contenido post industrial, como la que Daniel Bell, el prestigioso sociólogo británico, ya dibujó a finales de los años 60 del pasado siglo. Ese trabajo cada vez más cualificado y complejo también va a requerir un menor número de horas que en la actualidad, para obtener niveles de productividad muy superiores.
No cabe duda que el mercado de trabajo del futuro, y las nuevas profesiones y ocupaciones que vayan surgiendo, tendrán que ser cualitativamente distintas de las actuales, pero se empiezan a configurar a partir de buena parte de los avances que ya conocemos y con los que vamos conviviendo. Por citar algunos ejemplos, los estudios antes citados apuntan a la aparición de dos nuevos ámbitos de empleo, en cuanto al volumen de oferta realizado por las empresas, y que se concreta en los "telecomunicólogos”, profesionales especializados en la conexión extensa de ordenadores y diversos dispositivos electrónicos por medio de redes de telecomunicaciones, vía satélite, cada vez más complejas, rápidas y eficientes que transportarán la información, materia prima de los empleos y trabajos, a cualquier sitio del planeta, por recóndito que sea. Existirá igualmente un amplio volumen de oferta de empleo vinculada a los denominados "ingenieros moleculares”, especialistas en diseño y manipulación de nuevos materiales, desde las cerámicas y aleaciones especiales, hasta las fibras sintéticas. Dos ejemplos de lo que se avecina en el futuro, no tan lejano, por cuanto algunas de estas ocupaciones ya se consolidan como realidad en los países tecnológicamente mas avanzados en la actualidad.
Si se presta atención a las ocupaciones que van a tener una mayor demanda a nivel mundial, y se trata de realizar un análisis por grandes sectores y áreas de especialización, las tecnologías de la información, en sentido amplio, van a convertirse en el principal yacimiento de empleo en el futuro y se extenderán a la práctica totalidad de sectores. Como ya se ha señalado, habrá una oferta masiva vinculada a administradores y analistas de redes y comunicaciones, ingenieros especializados en software, administradores de bases de datos, programadores, especialistas en soporte de programación, digitalización de contenidos, entre otros. Esta área va a crecer de forma espectacular conforme los países en vías de desarrollo vayan incorporándose a los esfuerzos tecnológicos ya impulsados en Occidente, y sobre todo, por la necesidad de realizar una continua actualización de los equipos y procesos, aplicados tanto a la producción y el consumo, como al ocio y tiempo libre.
Un segundo espacio de nuevas ocupaciones se encuentra en el área prometedora de las ingenierías y sus distintas especialidades, muchas de ellas ya presentes en la actualidad. La biotecnología, combinando disciplinas como la industria química, alimentos, farmacia, va a constituir un yacimiento de empleo destacado, con numerosas profesiones y ocupaciones directamente relacionadas con la investigación y ciencia aplicada.
En tercer lugar, el área de la tecnología geoespacial, vinculada a especialidades profesionales como la ingeniería medioambiental, cartografía digital, fotometría, geocientíficos, ingenierías industriales y eléctricas, aeroespaciales, todo ello combinado con el conocimiento necesario de la informática, va a generar un volumen importante de ocupaciones nuevas vinculadas a los niveles más elevados de desarrollo e innovación.
Los sectores "tradicionales” también van a dirigirse hacia nuevas áreas profesionales con abundante empleo. Los cuidados de salud, por ejemplo, que ya han venido registrando fuertes aumentos en el crecimiento de actividad en las últimas décadas, van a suponer un importante espacio para nuevas ocupaciones con los profesionales especializados que deberán poseer amplios conocimientos informáticos, con el auge de la telemedicina, y las actividades del cuidado de ancianos, niños, discapacitados, vinculadas al sector de la dependencia, supondrán un amplio abanico de profesiones nuevas y muy especializadas.
El sector industrial, actualmente en fase de transición en la mayoría de países avanzados como consecuencia de la fuerte competencia del gigante asiático, también va a ofrecer abundante empleo en el futuro, sobre todo en áreas como la fabricación avanzada y la robótica, que van a exigir el desarrollo de numerosas ocupaciones vinculadas al mantenimiento de las maquinarias nuevas en producción, los medios de transporte y el uso mas eficiente de los combustibles y la energía, los nuevos materiales, productos y procesos. Serán actividades además que exigirán una inversión muy fuerte en conocimiento.
La construcción tampoco queda atrás. Su especialización en el futuro va a suponer la aparición de numerosos empleos nuevos en ámbitos como la arquitectura de espacios urbanos y medioambientales, el diseño y fabricación de nuevos materiales más resistentes y menos consumidores de energía y compatibles con la protección del medio, la ingeniería civil, y la reconversión de los oficios tradicionales al nuevo escenario de la cibernética.
No cabe duda, a tenor de lo expuesto, que el futuro del empleo va a exigir un esfuerzo de adaptación a las poblaciones implicadas, haciendo real el principio del aprendizaje durante toda la vida. La renovación profesional, la formación continua será la nota característica de un entorno laboral en continua transformación, con clientes y consumidores cada vez más exigentes y que cambiarán sus gustos y preferencias con comportamientos hasta ahora no conocidos.
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