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"Las empresas se han dado cuenta del valor esencial que tiene la formación como elemento dinamizador y motivante de su capital humano"

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Sotero Amador, Jefe de Estudios del Área MBA del Centro de Estudios Financieros (CEF)
¿Cuáles son las motivaciones que impulsan a una persona a estudiar un MBA? ¿Cuál es el perfil actual de personas que desean realizar este tipo de formación superior?

Por regla general se trata de profesionales que tienen un grado de experiencia importante y que quieren potenciar su comprensión de la empresa como un sistema global, mejorar sus competencias personales para trabajar en equipo con otros profesionales, dirigir mejor a sus subordinados y saber aplicar más eficazmente el esfuerzo de su trabajo y el de sus colaboradores a la consecución de los objetivos que la empresa espera de él.

¿Ha cambiado el papel de las empresas como impulsoras de este tipo de formación entre sus empleados? ¿Por qué?

Las empresas se han dado cuenta del valor esencial que tiene la formación como elemento dinamizador y motivante de su capital humano. Por un lado, les permite contar con personal altamente cualificado, y por otro, incide positivamente en el rendimiento y en la motivación de sus profesionales. Por eso, de un tiempo a esta parte están impulsando y también financiando, total o parcialmente, estos estudios para los suyos.

¿Cómo influye en las oportunidades de carrera profesional el hecho de haber realizado o no un MBA?

Un MBA mejora significativamente las perspectivas del profesional de cara a acceder a puestos directivos. Además de los conocimientos adquiridos, gracias a esta formación el alumno afianza sus dotes de liderazgo, incrementa su capacidad para la resolución de problemas y para integrarse en equipos de trabajo. Todas estas cualidades y habilidades son altamente valoradas por las empresas. Además, no debemos olvidar que realizar un MBA amplía notablemente la red de contactos personales que incorpora el alumno y, probablemente, las referencias personales son la fuente de reclutamiento más importante para niveles de dirección.

¿Qué indicadores se pueden tomar como referencia para diferenciar las escuelas de negocios que ofrecen MBA?

Prestigio y reconocimiento de la escuela de negocios.
Número de servicios en apoyo a la formación que se ponen a disposición de los alumnos.
Prestigio de las empresas en las que trabajan los alumnos.
Profesorado con experiencia en puestos directivos.
Requisitos de admisión.
Número de horas del programa lectivo.
Número de alumnos por grupo.
Precio.

Un gran indicador de la calidad de una escuela de negocios puede estar en la cantidad de ex alumnos que puedes encontrar desempeñando cargos importantes en la Administración Pública y en la empresa privada. En nuestro caso, a través de la Asociación de antiguos alumnos, que cuenta con su propia bolsa de empleo, tenemos constancia diaria de que los alumnos del MBA del CEF son muy valorados una vez terminan sus estudios.

¿Cuáles son los elementos diferenciadores de calidad de una escuela de negocios?

Se trata de una combinación de elementos que marcan la experiencia del centro, la calidad de los servicios e instalaciones, la preparación del profesorado, los métodos de trabajo y otros elementos de valor añadido como puede ser una bolsa de trabajo activa y efectiva. En el CEF damos muchísimo valor al hecho de dar una orientación práctica a nuestros másters. La mayoría de nuestros profesores son profesionales de altísimo prestigio, que ocupan puestos de primera línea en empresas de alto nivel (Caja Madrid, Carrefour, Milupa, Metro de Madrid, BBVA, Telefónica Móviles, Logista, Incotel, RMG, Valeo, Grupo Recoletos, etc.). Esto les brinda a los alumnos un contacto muy directo con lo que es la realidad de la dirección de empresas.

¿Qué recomendaciones haría para escoger un MBA? ¿Qué aspectos debe valorar una persona tanto del curso como de la institución que lo ofrece?

La mejor recomendación, sin duda, es visitar los tres o cuatro centros entre los que se duda y decidir a partir de la confianza que transmita cada uno. Al final, la satisfacción del alumno va a ser en buena medida debida al grado de confianza y "entusiasmo” con que se parta.

Una magnífica forma de tener impresiones contrastadas es preguntar a alguien que haya cursado el MBA anteriormente u otro máster o curso. Normalmente, una buena escuela de negocios es siempre una buena escuela. No es normal ser buena en Finanzas o Recursos Humanos y mala en el MBA. El Centro de Estudios que tiene vocación y voluntad de ser un centro de calidad, lo es siempre.

Finantial Times, Forbes, The Economist, The World Street Journal... diversas publicaciones del ámbito financiero elaboran rankings sobre los mejores MBA. ¿Qué opina sobre la elaboración de estos rankings? ¿Pueden ser una buena guía para una persona que dude sobre qué escuela escoger?

No cabe duda de que son un indicador a tener en cuenta, pero obviamente no el único. En cualquier caso, mi opinión sigue siendo, como dije anteriormente: "Visite, vea, pregunte, escuche y decida lo que más credibilidad le ofrezca”.

Un mecanismo de control de calidad de los MBA son las acreditaciones de organismos internacionales (IQUAS, AMBA, AACSB, EFMD...). ¿Cómo influyen estas acreditaciones en los programas?

La certificación en calidad siempre es una garantía de la misma. No la asegura al cien por cien, pero indica que la institución tiene voluntad de hacer bien las cosas y de que quede constancia expresa de ello. Además, demuestra que la escuela está dispuesta a asumir un importante coste económico, organizativo y de trabajo para lograr que sus alumnos tengan las máximas garantías a priori.

En cuanto al modelo de certificación a utilizar ya depende de los casos. Nosotros en el CEF hemos optado por certificarnos según la ISO 9001 por AENOR. Pensamos que es el sistema de certificación en calidad más conocido, más reconocido y, probablemente, de los más orientados a conseguir que la organización desarrolle efectivamente políticas de Calidad Total. Además, y a nivel de Comunidad de Madrid, fuimos el primer centro de formación adherido (y certificado) al sistema de "Buenas Prácticas” impulsado por la Consejería de Economía e Innovación Tecnológica.

Pero en general, aunque no sean tan conocidos o reconocidos, aquí sí que más vale una certificación (aunque no sea conocida) que ninguna.

Part-time, full-time, a distancia, semipresencial, presencial... ¿Qué ventajas e inconvenientes plantean las distintas metodologías para cursar un MBA? ¿Existe un público específico para cada una de estas modalidades?

Por supuesto. Cada alumno es un mundo, tiene sus necesidades y hay un MBA adecuado para cada caso. Por ejemplo, a un profesional con experiencia, le sería prácticamente imposible acometer un MBA full-time. Por eso se han diseñado los part-time o Executive MBA, especialmente pensados para ellos. Y así, en cada caso. Lo dicho, mire, visite, pregunte y decídase por lo que más confianza le ofrezca.

Cada año crece la oferta de MBA de escuelas de negocios, universidades y otras instituciones de educación superior, que compiten para atraer a las personas interesadas en cursar un MBA. Por otro lado, el número de solicitudes por plaza disponible ha caído en los últimos años. El informe de Noir Sur Blanc "El mercado global de los MBA. Tendencias y Perspectivas” apunta que tras este descenso de demanda hay factores como el aumento de la oferta. ¿Ha acusado su centro este descenso de la demanda y en tal caso cómo lo afronta? ¿Está saturado el mercado?

Los MBA llevan ya cien años (desde la creación de la Harvard Business School aproximadamente), es decir, nos encontramos en un mercado extremadamente maduro y por tanto, una oferta muy amplia y, cada vez, menos diferenciada en cuanto a la tecnología de la formación. A su vez, las nuevas generaciones universitarias son cada vez más pequeñas, con lo que supone de contracción de la demanda.

Esto obliga a que poco a poco las escuelas más ineficientes tengan que abandonar el sector y, por otro lado, a definir nuevos diseños de máster que permitan atender mejor las necesidades específicas de los alumnos y, simultáneamente, diferenciarse entre sí a las escuelas.

No olvidemos que en general los másters, no sólo los MBA, buscan formar cuadros de mando. Y esa necesidad no ha desaparecido.

Los países europeos están trabajando en el proceso de convergencia europea que debe hacerse realidad en el 2010., La creación del Espacio Europeo de Educación Superior implica la coexistencia de másters oficiales de las universidades y titulaciones propias de las mismas universidades y de otras instituciones de educación superior. ¿De qué manera afectará o ya está afectando a las escuelas de negocio y en concreto qué repercusiones tiene el EEES para los MBA?

Vendrán grandes cambios en el futuro inmediato, al menos formalmente. En la práctica no tanto. No debemos olvidar que Universidad y Escuelas de Negocio desarrollan servicios complementarios, no sustitutivos, y difícilmente ninguna de las dos puede proporcionar los servicios que proporciona la otra.

La misión de la Universidad es certificar, normalizar. Garantiza que los profesionales que obtienen sus títulos cumplen los requisitos que la sociedad exige y necesita para permitirles iniciar el desempeño profesional. Por ello, la innovación y la capacidad de respuesta nunca serán sus puntos fuertes. La Universidad certifica y transmite los conocimientos probados, los seguros, lo que se sabe que está bien. Por lo menos la Universidad del entorno latino (España, Francia, Italia).

La Universidad necesariamente tarda en cambiar programas, admitir nuevos usos y prácticas, etc. Primero necesita estar segura de que eso es efectivamente bueno o funciona.

Las Escuelas de Negocio tienen otros objetivos. Buscan adaptar la formación universitaria a las necesidades de las empresas y organizaciones. La Universidad es lenta, necesaria y afortunadamente lenta. Necesita (necesitamos toda la sociedad) que dé seguridad. La empresa en los tiempos actuales es turbulenta y sumamente dinámica. La adaptación de los conocimientos universitarios a la situación actual empresarial es lo que hacen en buena parte las escuelas de negocio.

En el CEF, prácticamente todos los años, una parte importante del contenido de los másters sufre alguna modificación, bien porque ya no está en uso, bien porque se está empezando a utilizar con éxito.

Por eso, mientras las dos necesidades existan, los dos modelos organizativos que las desarrollan tendrán que existir. Aunque el nombre de máster o la forma jurídica concreta cambie.
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