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La Universidad como referencia en la orientación profesional
Artículo de opinión
Planteada así la cuestión, mi opinión es que no. La Universidad no puede definirse meramente como una oficina de colocación. Por su origen y naturaleza está ligada a la investigación, a la búsqueda de la verdad, a la transmisión de los saberes, al enriquecimiento personal en un ambiente donde el diálogo y la relación entre profesores y alumnos propicia la madurez, la capacidad de reflexión, el espíritu crítico y el desarrollo intelectual.
Es cierto, sin embargo, que la mentalidad materialista actual acentúa los aspectos más pragmáticos, potenciando la relación entre el concepto de éxito académico con el de empleabilidad. Se juzga como un fracaso -y, por tanto, como algo peyorativo para el prestigio de la propia institución universitaria- constatar que los alumnos de esa universidad no consiguen los índices de inserción laboral requeridos o aceptados como standard.
Ahora bien, una cosa es que la Universidad está para algo más que para "colocar " a sus alumnos, y otra, que la realidad de la inserción laboral de sus estudiantes ciertamente debe preocupar a los propios profesores de la Universidad y a sus directivos. No es tanto la perversa tendencia actual de intentar adecuar la oferta universitaria a los criterios de empleabilidad que marca artificial o coyunturalmente el mercado laboral, sino el reto de preparar y formar a los estudiantes en aquellas competencias básicas e instrumentales que les faciliten un mejor grado de inserción laboral, es decir, que les otorguen mejores oportunidades profesionales.
Es ahí donde surgen los Servicios de Orientación en las Universidades. Obviamente, cuando yo estudié mi carrera de Psicología, a comienzos de los setenta, en mi universidad no existía tal departamento, pero ahora puede afirmarse que prácticamente todas las universidades tienen implantado un modelo de servicio similar a través de la estructura organizativa adecuada y con un resultado de eficacia y calidad dispar, según universidades. Pero la voluntad de mejorar es clara.
Un eficaz Servicio de Orientación universitaria no sólo facilita la información adecuada sobre aspectos del mercado laboral, oportunidades de conseguir becas, cursos de postgrado, acceso a una bolsa de trabajo -y antes, a las necesarias prácticas curriculares en el mundo empresarial-, sino que debe formar a los alumnos en las técnicas que mejoran su preparación profesional (Seminarios sobre el modo de confeccionar un buen CV, sobre cómo se desarrollan los procesos de selección: la entrevista, etc.); éstos dos objetivos se complementan con la importante labor de orientación personal a la que el estudiante debe tener acceso. Información, formación y orientación personalizada constituyen, pues, los pilares básicos de un buen Servicio de Orientación universitaria.
El siguiente paso lo constituye el poder ofrecer esos servicios y prestaciones a los antiguos alumnos ya profesionales. En España, salvo alguna institución universitaria, es muy difícil que el graduado de una universidad mantenga una relación con su antigua alma mater -más allá de un cierto vínculo afectivo- en la línea de poder seguir recibiendo esos medios e instrumentos informativos, formativos y de orientación personal. Es un reto, pero no una utopía; de hecho, algunas universidades ya estamos abriendo camino en esta dirección y el resultado es prometedor, entre otras razones porque potencia la vinculación Universidad - Empresa, con todas las sinergias que esto lleva consigo, integra al egresado en las múltiples oportunidades que le puede ofrecer su universidad y revierte en beneficio de la propia institución universitaria. Son los comienzos, pero valen la pena.
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