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Retos, servicios y modelos en la orientación profesional

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Paula Ferrer-Sama, Orientadora del Centro de Orientación, Información y Empleo de la Universidad Nacional de Educación a Distancia y Coordinadora Nacional del Foro Europeo de Orientación Universitaria (FEDORA)
¿Qué retos afrontan los profesionales de la orientación académica y profesional para motivar a las personas a continuar aprendiendo toda la vida para adaptarse a los cambios constantes del mercado laboral?
El rol de la orientación en la construcción Europea está viviendo uno de los momentos más desafiantes de su historia. Estos desafíos se pueden analizar desde dos vertientes: Por una parte el análisis de necesidades de orientación de los estudiantes y trabajadores europeos, que requieren de unos servicios de calidad adaptados a la nueva Europa. Por otra, la formación de los profesionales de la orientación, que deberán adaptar su perfil y competencias a las nuevas necesidades de orientación para la ciudadanía europea.

Los retos para la orientación en nuestros días tienen que ver con el aumento de la movilidad de los estudiantes y trabajadores como modo de inserción en un mercado único, la inevitable alfabetización tecnológica y la necesidad de reciclaje continuo de los profesionales. Muchos han sido los documentos que apoyan la decisión del Consejo Europeo celebrado en Lisboa en Marzo del 2000 de fomentar la educación a lo largo de la vida como el modo de afrontar estos retos y alcanzar en Europa una economía y sociedad basadas en el conocimiento. Entendemos por tanto, el motivo del cambio de rumbo de la orientación: el objetivo no es tanto atender a los individuos en momentos puntuales de toma de decisiones o transición en sus carreras, sino en el desarrollo de perspectivas a largo plazo que les capaciten para adquirir las competencias necesarias para planificar y dirigir el desarrollo de la misma. El informe de la OCDE "Orientación Profesional y Políticas públicas: como acortar distancias (2004) ha llamado a éstos ” Sistemas de orientación accesibles a lo largo de toda la vida”.


¿Qué servicios existen o deben ponerse a disposición de los ciudadanos para que, tal como indica el Consejo de la Unión Europea, todas las personas puedan acceder a una orientación adecuada en los distintos momentos que la necesiten durante su carrera profesional?
Para garantizar la accesibilidad de los servicios de orientación a lo largo de la vida, es necesaria la intervención a varios niveles: legislativo, de los servicios de orientación y de los profesionales que trabajan en ellos, sin olvidar la participación de los agentes educativos, sociales y del empleo.

A nivel legislativo las políticas deben ir encaminadas facilitar los recursos necesarios que asegurar la accesibilidad y transparencia de los servicios de orientación. Por accesibilidad nos referimos al alcance a los distintos colectivos y en todas las etapas del desarrollo de su carrera, de manera que se puedan responder a las necesidades de una gran variedad de usuarios. Para ello es necesario mantener un enfoque holístico, que supere las distinciones entre la orientación educativa, vocacional y personal. En cuanto a la transparencia se refiere, la administración deberá asegurar la calidad de los servicios de orientación mediante la implantación de sistemas de acreditación de los servicios en sí y de los profesionales que trabajan en ellos y la puesta en práctica de procesos de estudio, planificación y evaluación periódica de los servicios.

Por su parte, los servicios de orientación debeN utilizar canales formales e informales de orientación, permitiendo modalidades más flexibles e innovadores para responder a la diversidad de las necesidades y las situaciones. Estos servicios trabajan además con agentes sociales y empleadores para facilitar experiencias formativas de carácter práctico para las distintas profesiones. Si queremos añadir una dimensión europea a la orientación a lo largo de la vida los servicios deberán estar conectados entre sí, nacional e internacionalmente, y con otros servicio relacionados a los que derivar a los clientes, y ejercer de enlace entre los orientandos y las oportunidades formativas y laborales dentro y fuera de las propias fronteras. Los responsables de los servicios de orientación y la formación de orientadores participan en la toma de decisiones a nivel legislativo en materia de formación e inserción laboral, y facilitan la formación inicial y continua de los profesionales que trabajan en el servicio y el intercambio de experiencias con orientadores de otros países. Por último, y con el objetivo de garantizar la calidad, el servicio deberá someterse a evaluaciones periódicas y definir los requisitos de formación de los profesionales que trabajan en ellos.

Los agentes últimos de la acción orientadora, los prácticos de la orientación, deberán contar con las competencias necesarias para: favorecer el desarrollo de la capacidad del orientando para gestionar su propia trayectoria profesional, manteniendo un equilibrio en su tarea entre el asesoramiento y el "empowerment” para la toma de decisiones autónoma, así como informar a éstos y a los agentes sociales de los beneficios de la formación continua. Una vez más, incluyendo la dimensión europea a la orientación a lo largo de la vida, las tareas de los orientadores irán encaminadas a asesorar a los clientes en la dimensión europea del mundo educativo y laboral, dándoles a conocer las herramientas disponibles en el contexto europeo (currículum europeo, reconocimiento de títulos, normativa de acceso al trabajo en los distintos países, etc). Para ello será importante conocer y utilizar las redes europeas de orientación (Euroguidance, Red Eures,...) así como las asociaciones europeas e internacionales de orientación (AIOEP, FEDORA, CEDEFOP, ...), promoviendo y fomentando los valores interculturales entre sus orientandos.


¿Existe un modelo a seguir o cuál sería su propuesta de modelo?
Una propuesta de modelo sería la acordada por los Estados Miembros en la Resolución del Consejo sobre orientación a lo largo de la vida, que incluye, entre otros, los aspectos arriba mencionados. El modelo se basa en asignar mayor responsabilidad a los orientandos en el desarrollo de su carrera. Sin embargo, éste no deja de ser un modelo teórico. Por una parte, las diferencias interculturales entre los distintos Estados dificultan la integración de un sistema único en las características inherentes a cada uno de ellos. Por otra, el énfasis en el desarrollo de competencias y la planificación a largo plazo de la carrera, con un carácter fundamentalmente preventivo muchas veces no refleja la realidad de la práctica de la orientación, que sigue limitándose a paliar las necesidades en momentos puntuales de la vida del individuo. La orientación no deja de ser además un servicio de atención individual, en el que muchos orientandos no buscan adaptarse a un mercado de trabajo globalizado. El orientador se plantea a menudo si el crecimiento económico, la empleabilidad y el mercado liberal estarán condicionando sobremanera los verdaderos intereses y motivaciones de los individuos, que buscan orientación para alcanzar el propósito real de sus vidas. Deberíamos hablar por tanto de un modelo de orientación a lo largo de la vida que aporte a los individuos las competencias necesarias de formación, empleabilidad y autonomía que les permitan su inserción social y laboral, siempre y cuando éstas sean elegidas por ellos mismos, con el propósito de encauzar sus vidas hacia dónde ellos deseen. Un modelo que garantice servicios de orientación de calidad para todos, pero que sea lo suficientemente flexible para adaptarse a las necesidades de cada cultura, por una parte, y de cada individuo por otra. En definitiva, un modelo que conecte el mundo educativo, laboral y de realización personal, basado en el enfoque de que existe una continuidad en el progreso de sus vidas.
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