Su función es acoger a cada alumno nuevo considerando su peculiaridad. Debe dar respuesta a dos tipos de cuestiones, unas que tienen que ver con la incorporación al nivel educativo que corresponda y todos los pasos previos a esto, otras relacionadas con la acogida de un alumno que está recién llegado a esta sociedad, a la escuela, y que vive intensamente y con cierta resistencia, su migración. La migración para los adultos y para sus hijos supone un difícil y duro proceso tanto en la decisión de partir como en la llegada.
Cuando preguntamos a la familia inmigrante cómo va llevando ese situarse en todos los espacios necesarios para llevar mejor su vida diaria - el trabajo, la vivienda, las relaciones en el barrio en que vive, las gestiones, etc. - muchos señalan que el contacto más próximo, más cercano, donde se han sentido mejor atendidos y donde incluso han recibido orientación sobre otras cuestiones que les preocupan, es en la escuela. Esta función natural de acoger en la escuela es la que debe potenciarse con un Plan de Acogida.
Es recibir, saludar la llegada de un nuevo alumno, informar de todos los pasos a seguir, y del funcionamiento de esa escuela concreta como parte de un sistema educativo que puede ser algo abstracto para el niño y su familia.
Pensar en un plan de acogida y ponerlo en marcha es responsabilidad y tarea de todos los actores de la escuela. Se aplica a cada uno de los alumnos que llegan, funciona todo el año, no con la intensidad propia del período de matriculación, de los primeros días de clase, pero tiene que ser capaz de reactivarse cada vez que llega un nuevo alumno a la escuela, en primaria o secundaria, en bachillerato o formación profesional.
¿Qué papel puede cumplir cada actor educativo en el Plan de Acogida? Cada uno de acuerdo a las funciones que cumple dentro de la comunidad educativa. El director recibiendo a la familia y al alumno, solicitando la documentación, verificando si ha habido o no escolarización previa, solicitando la ayuda de un traductor si no dominan la lengua vehicular, informando sobre el sistema educativo, recursos que pueden solicitar, funcionamiento del centro, horarios, normas, derechos y deberes de los alumnos y de los padres. Y presentando a una comunidad educativa.
Los profesores designados para ello, realizando una evaluación inicial amplia, que incluya conocimientos pero también habilidades comunicativas y sociales, a fin de determinar el posible nivel educativo del alumno. El tutor acogiendo al nuevo alumno y preparando al grupo para acrecentar esa relación de acogida, haciéndoles ver cuán importante es su papel ante un nuevo miembro del grupo. Las AMPAS, que representan a todos los padres y también a los de este nuevo alumno, informando y ofreciendo los distintos recursos que tiene el centro para sus hijos y en muchos casos para ellos mismos, en especial el recurso a poder participar activamente en el desarrollo educativo de sus hijos.
Los mejores recursos con que cuenta un centro educativo para llevar a cabo su Plan de Acogida son las propias personas. Entre ellas, los alumnos. Muchos centros reciben hoy a los nuevos con alumnos acompañantes de la misma nacionalidad del recién llegado o de otra, incluso españoles. Ellos pueden acompañar mejor que nadie a los nuevos porque conocerán y aprenderán la dinámica escolar con alguien de su grupo de edad. De esta forma se puede evitar la experiencia de esta joven dominicana que en una entrevista señalaba:
"Si, yo llegué con vergüenza, porque entré sola… no había nadie, no conocía a nadie… solo que dijeron "sube las escaleras y allí está el aula”… no se más… "entra allí y haz lo que puedas”… y yo asustada… exámenes a la primera… que no sabía yo ni de que se trataba. Eso es lo que más me impresionó que cuando llegas te dan una hoja y que para ver tu nivel de… no se… de la capacidad que tienes… y yo como que no comprendía… nada de lo que pasaba… »
Se han puesto en marcha planes de acogida, dentro de los proyectos educativos de centro, en muchos centros de toda España. Algunos de ellos constituyen buenas prácticas pioneras como la del colegio público Gonzalo Encabo de Talayuela (Cáceres), miembro de la red de centros P.E.A. (Programa de Escuelas Asociadas) de UNESCO, premiado por el MEC en el curso 2001-2002, a la calidad de los programas de educación compensatoria y nuevamente premiado este año - junto al IES San Martín-, por la Asociación de Derechos Humanos de Extremadura, por su trabajo por la tolerancia. Otras experiencias destacables son: la que desarrollan los colegios públicos L'Illa, La Marina y Sebastián Elcano y el IES Miquel Peris i Segarra de Castelló de la Plana -Grau, de la Comunidad Valenciana que, compartiendo realidades similares, participan en el desarrollo de un proyecto educativo y Plan de Acogida conjunto; el Plan de Acogida del colegio público Cuba de Torrevieja, Alicante; y el colegio concertado Real colegio Santa Isabel de Madrid, con un Plan de Acogida que implica y responsabiliza a todo el centro. Son todas éstas y más que no podemos reflejar aquí, experiencias que indican que los cambios y la adaptación que realizan los centros ante la escolarización de niños y jóvenes inmigrantes, con una acogida activa, comienzan por remover los primeros obstáculos de esas familias y alumnos, como son los desencuentros, los temores para afrontar tantas situaciones nuevas, la desinformación y la carencia de referentes adecuados para actuar eficazmente.
