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Todo con ilusión pero sin ser iluso

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Carme Trinidad, Profesora de las E.U. de Trabajo Social y Educación Social, Pere Tarrés de la Universidad Ramon Llull y Responsable de la Modalidad Abierta de Formación; Anna Forés, Profesora de las E.U. de Trabajo Social y Educación Social, Pere Ta
Los publicistas aprovechan septiembre y enero para recomendarnos que iniciemos una colección (de casas de muñecas, por ejemplo) o que compremos enciclopedias por entregas. Estos meses han sido siempre los de los buenos propósitos, a saber: hacer ejercicio, dejar de fumar, trabajar menos, gestionar mejor el tiempo, etc. Pero nadie puede hacerlo si no se repliega y realiza antes un balance de cómo ha ido el año (curso).

En el mundo de la educación septiembre, todos lo sabemos, se convierte en un mes para plantearse de verdad nuevos objetivos, y ahora ya pasados unos años de la implementación de la formación virtual en casi todos los estamentos y comunidades de formación, también es un buen momento para mirar hacia atrás y analizar realmente qué ha ocurrido con las experiencias educativas que han utilizado entornos de aprendizaje mediados por los ordenadores. Muchas iniciativas empezaron "tirándose a la piscina” porque "el que da primero da dos veces”. Otras se pusieron en marcha con redes bajo sus pies. Pero independientemente de las circunstancias iniciales seguramente unos lo hicieron con ganas y otros "porque se nos escapa el tren”.

La educación es una actividad que se ejerce si hay ilusión, ilusión por aprender, ilusión por querer descubrir nuevas respuestas a nuestros interrogantes. Ahora bien tener ilusión no es ser iluso, iluso es pensar que algo pueda suceder casi sin hacer nada o pensar que algo no se puede mejorar. Y no ser iluso requiere de cierta dosis de autocrítica. Y una buena crítica constructiva requiere un balance.

Para hacer este balance proponemos diferentes estrategias por las que pueden optarse ante la virtualidad estableciendo dos dimensiones de análisis: dotación de recursos y niveles de implicación que confluirían en diferentes perfiles ilusos.

 Apuesta tecnológica (dotación de medios) Apuesta tecnológica + Psico-pedagógica (dotación de formación) Apuesta tecnológica + Psico-pedagógica + humana (dotación de recursos humanos)
Nivel individual: llaneros solitariosIluso1
Gotas de aceite, algún profesor o formador que innova tecnológicamente en su materia
Iluso 2
Poder de los impotentes, otros profesores viendo a compañeros que enseñan de manera diferente se preguntan si ellos también podrían
Iluso 3
Islotes Experiencias nuevas pero no compartidas con los demás formadores
Nivel vertical. Imposición desde la direcciónIluso 4
Resistencias Mucho ordenador, mucha tecnología pero desconocimiento de lo que se puede llegar a hacer
Iluso 5
¿Repetir o innovar? La virtualidad no es hacer lo mismo que de manera presencial ¿qué cambia?¿quién dice lo que cambia?
Iluso 6
Reacción Manos a la obra, pero bajo que consigna, en que dirección
Nivel holístico: Consensuado Participación activa del proyecto por parte de TODA la comunidad de aprendizaje Iluso 7
Medios para todos, se sientan las bases para iniciar el cambio
Iluso 8
Aprender a desaprender Aprender nuevas maneras de enseñar y de aprender
Ilusión
Satisfacción


De hecho, ser iluso de verdad hubiera sido que no se hubiera dotado ni de recursos tecnológicos ni de la formación necesaria ni de los recursos humanos y se hubiera querido realizar formación virtual. En realidad, como una amiga nuestra dice cuando habla de las relaciones entre las personas "hemos hecho lo que hemos podido, y más”. Esperemos que este no sea su caso y que su institución esté en el cuadrante final: el de la ilusión.
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