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La importancia del formador virtual
Artículo de opinión
La formación virtual actualmente incluye el uso de plataformas virtuales o intranets de las empresas en las que se realiza una adaptación de la enseñanza presencial al entorno virtual. El rol del docente virtual no se plantea como diferente del presencial. Se debería tener en cuenta que las competencias del docente presencial no son las mismas que las del docente virtual. La plataforma o intranet es una herramienta facilitadora del aprendizaje que se define como asincrónico, tanto en espacio como en tiempo, no presencial, por tanto sin el recurso inmedíato de respuesta, y que debe tener como cualquier tipo de aprendizaje definidos los procesos de enseñanza - aprendizaje.
Los usuarios que contratan un curso on-line deben estar informados en todo momento del hecho que necesitan poseer conocimientos de las herramientas virtuales, uso del ordenador, facilidad de descarga de programas, fuerza de voluntad y sobretodo ganas de aprender en un entorno tecnológico novedoso. La profesión docente en un entorno virtual difiere de la que se establece en un entorno presencial. A las competencias básicas de conocimiento de la materia y pedagógicas del profesional de la educación se unen otras competencias o habilidades instrumentales ligadas al nuevo entorno. A medida que la tecnología avanza el docente debe irse formando en los cambios que se producen en esta tecnología. Aulas virtuales, espacios de disco, fórums, xats y otras herramientas del entorno virtual sufren cambios que los docentes deben aprender para responder a sus usuarios.
La insatisfacción de los usuarios viene dada por la brecha que se da entre sus expectativas al comienzo del curso on -line y la realidad. Bien porque no tienen suficiente formación tecnológica, bien porque no han sido perfectamente informados o por asimilar una enseñanza virtual a más facilidad en los estudios, lo cierto es que un entorno virtual requiere más fuerza de voluntad, más concentración y un saber - hacer específico.
¿Existen datos sobre los resultados académicos obtenidos en la formación virtual comparables a los de la formación presencial?
Existen datos de formación universitaria y de formación de cursos de especialidad superiores. La UOC es un ejemplo de enseñanza virtual con gran éxito entre sus usuarios, ahora bien, deben tenerse en cuenta las tasas de abandono de los usuarios y sus causas. Circunstancias personales y laborales pueden motivar el abandono además del hecho de no disfrutar del proceso de enseñanza - aprendizaje porque esta tipología de estudios no se adapta a todos por igual. También la falta de motivación durante el proceso de formación on-line es importante para reducir la tasa de abandono. Mientras que en la enseñanza presencial ese alguien esta en la clase, en la formación on-line no. Saber que se puede contar con alguien al otro lado de la red, aunque exista asincronía de espacio y tiempo, alguien que pueda responder las dudas con un temporalidad menor a las 24 o 48 horas, anima en el proceso de enseñanza on-line. Este formador virtual, tutor o consultor, debe animar con mensajes periódicos. La pauta del formador virtual para facilitar el proceso de enseñanza - aprendizaje comienza con una prueba inicial de la que se puedan extraer los conocimientos previos de cada usuario para adaptar, si es necesario el proceso de forma individual respetando el hecho de la pertenencia a un grupo determinado de usuarios. El usuario debe sentirse parte de un grupo, no aislado, grupo que para ejercer como tal debe contar con espacios para compartir sus necesidades, preocupaciones…, forums, xats u otros elementos informáticos de la plataforma virtual deben ayudar al grupo a sentirse como tal. Además debe existir un calendario del proceso, calendario que contenga la duración de estudio de cada unidad didáctica (definimos unidad didáctica como aquella parte de programación y actuación docente configurada por un conjunto de actividades que se desarrollan en un tiempo determinado para la consecución de unos objetivos didácticos) un apoyo con material escrito y web, unos ejercicios con autocorrección y unos ejercicios de seguimiento que obliguen al usuario a ser una parte activa en su proceso de enseñanza - aprendizaje. Para ello es necesaria una concepción constructivista de dicho proceso de enseñanza - aprendizaje, es decir que sus conocimientos no son un producto del ambiente ni un resultado de sus disposiciones internas sino una construcción propia que se va produciendo en el día a día como interacción de esos dos factores, y depende de la concepción inicial que se tiene de la actividad a realizar (en este caso de la formación on-line) y del esquema que nos formemos para aprender dicho conocimiento. Por tanto, no sólo la plataforma o intranet es responsable de la insatisfacción de los usuarios, también la forma de ejercer la docencia virtual y las competencias del formador influirán en nuestra satisfacción.
¿Qué peso tiene este factor en el grado de satisfacción del alumnado de formación virtual?
Evidentemente el peso de los dos aspectos, tanto de la plataforma como herramienta de formación on -line como la profesionalidad del docente virtual así como las expectativas del usuario tienen un peso repartido a partes iguales. El usuario pasa de ser un elemento pasivo que recibe conocimientos a ser un elemento activo de su proceso de enseñanza - aprendizaje, la formación aunque sea asincrónica debe contar con todos los elementos necesarios para ser "formación”, es decir, con respuestas, con interacción por parte del usuario y el docente y se debe garantizar el proceso de enseñanza - aprendizaje en todo momento para finalizar dicha formación con éxito.
Debemos garantizar que la plataforma cuenta con las herramientas necesarias para que el usuario sea un partícipe activo, área de comunicación que puede incluir desde el espacio del profesor hasta el espacio de xat o forum para escribir las dudas, área de archivos con ejercicios, actividades resueltas, ejercicios para cada unidad didáctica, área de planificación con un calendario para el seguimiento de la materia y un área de evaluación que puede sustituirse por mensajes del docente una vez corregidos.
Además el docente debe poseer unas competencias básicas de conocimientos de la materia y de cómo establecer la comunicación, animando, motivando, dando instrucciones de seguimiento, etc. Unas competencias pedagógicas que incluyan la planificación, diseño y evaluación. Unas competencias técnicas e instrumentales adaptadas al entorno informático, unas competencias de gestión ya que es el enlace entre la institución formadora y los usuarios y debe transmitir la filosofía de la institución. Unas competencias investigadoras que aseguren la adaptación de la materia a cada contexto, que aseguren el aprendizaje y que sean creativas. Y por último y no siendo menos importante unas competencias personales, empatía, asertividad, madurez, seguridad en las respuestas, calidez y porque no, entusiasmo y soporte emocional deben ser características personales que pueden contrarestar el "frío” de la enseñanza virtual.
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