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La formación on-line y el aprendizaje social

Artículo de opinión


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Guillem Barcons, Alternativa Virtual SL
Tal como nos indica el Estudio General de Internet, una cuarta parte de los usuarios fuera del entorno empresarial de la formación on-line señala el poco grado de satisfacción y, por lo tanto, de aprendizaje que han conseguido con este servicio.

Voy a exponer mi humilde opinión personal sobre los motivos de esta insatisfacción.

Antes de analizar las características del e-learning y de caer en la inútil tentación de intentar definir un modelo de formación virtual ideal, prefiero reflexionar sobre la propia naturaleza humana y del aprendizaje.

Me gusta definir el ser humano como un ser social. Nos encontramos en un entorno en el que necesitamos interactuar con otros seres y nuestro crecimiento intelectual y espiritual depende de este nivel de interacción. Por lo tanto, podemos definir el aprendizaje efectivo como un proceso de acumulación e intercambio de experiencias y opiniones. Cualquier modelo de aprendizaje, y el e-learning entre ellos, debe observar esta característica esencial de nuestra naturaleza.

Muchas veces, caemos en el error de descargar en la tecnología y en los contenidos la responsabilidad del aprendizaje, cuando estos no son más que un catalizador y una base de la enseñanza a partir de los cuales se produce el desarrollo intelectual del proceso formativo. Dentro de un proceso educativo de asimilación e intercambio de conocimientos, los contenidos solo se encontrarían en una primera etapa.

Una vez hemos conseguido unos contenidos de alta calidad, para lo cual el mercado nos provee de herramientas versátiles que nos ceden mucha libertad creativa cumpliendo con los estándares que nos permiten la portabilidad e intercambio de estos, debemos conseguir socializarlos.

Ahí debemos entender como hacemos los human@s para crear redes de conocimiento. En primer lugar debemos analizar si, para crear dichas redes, es necesaria la presencialidad. Está claro que el contacto directo in situ es la forma natural, tradicional y más efectiva para socializarnos y compartir conocimientos y experiencias Aún así, este tipo de interacción muchas veces puede llegar a ser compleja y costosa.

Intentando superar esta barrera de coste personal-económico es donde la formación on-line juega un rol esencial. Si hemos entendido que el aprendizaje necesita de la colectivización de los conocimientos, el e-learning debe intentar emular esta socialización mediante canales tecnológicos.

Estos son los motivos, a mi entender, por los cuales el e-learning corporativo o empresarial está teniendo un desarrollo más eficaz que en un entorno de formación personal y voluntaria:

- En un entorno empresarial los conocimientos adquiridos se comparten inmediatamente con el resto de miembros del equipo o con otros miembros del entorno de la organización (proveedores, clientes, etc.). En cambio, en la formación personal, la soledad del estudiante impide intercambiar estos conocimientos, que nunca llegarán a sedimentar, a menos que el servicio haya tenido en cuenta el intercambio de los conocimientos entre el resto de alumnos del mismo curso (trabajos en equipo, foros, sesiones presenciales, etc.).

- En la formación corporativa los conocimientos son de inmediata aplicación y su utilidad es tangible. Esto convierte al curso virtual en una herramienta esencial, flexible y cómoda para los empleados que quieren progresar en la organización. En la formación personal es necesario generar simulaciones, por medios tecnológicos o no tecnológicos, que permitan demostrar al alumno que el aprendizaje es útil para su futuro desarrollo personal y profesional.

- Las organizaciones disponen de medios de "presión” que permiten que los recursos utilizados para el desarrollo de programas de formación virtual lleguen al destino fijado. Aunque las técnicas de motivación por medios no coactivos son las más efectivas, de todos es conocida la eficacia de los medios coactivos cuando los primeros no llegan a funcionar. La formación personal on-line requiere del alumno un mayor grado de disciplina y de automotivación que, de no existir, asegura el fracaso de cualquier programa.

Por estos motivos y otros que seguro no he llegado a citar, los modelos de formación on-line que permiten no sólo la asimilación de contenidos sino la socialización de éstos son los que, en mi opinión, tienen el éxito asegurado. Entre éstos destaco el blended learning (formación semipresencial), que permite aunar las ventajas de reducción de costes y de barreras temporales y geográficas que ofrece la formación virtual con las mínimas dosis exigibles de presencialidad que permiten intercambiar, sedimentar y hacer crecer los conocimientos adquiridos.

En caso de no poder disponer de esta presencialidad, debemos crear modelos donde la figura del dinamizador de programas formativos cumple con una función esencial y permite generar las actividades necesarias que puedan suplir la presencia física.
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