Quién más y quién menos ya ha oído hablar de las nuevas modalidades educativas que se suman a la implantación social de las TIC. La formación virtual comienza a cobrar importancia pese a las dudas e inquietudes de los usuarios, poco convencidos, todavía, de aventurarse al ciberespacio. Sin embargo, empresas e instituciones apuestan seriamente por una enseñanza que poco puede compararse con las metodologías tradicionales.Según el Estudio General de Internet, aproximadamente el 22% de los usuarios de formación on-line, sobre los que se ha tomado la muestra objeto de análisis, no están satisfechos con los resultados obtenidos. Esto abre la puerta a diferentes interrogantes sobre los que habría que plantearse los motivos que han desembocado en este índice.
Independientemente de los resultados de este estudio, es de sentido común que la formación de un tipo u otro proporciona ventajas y desventajas a sus usuarios.
Obviando criterios puramente metodológicos (preparadores, programas...), el grado de satisfacción obtenida con un curso, sea presencial, on-line o a distancia, depende, en gran medida, de las expectativas generadas en los alumnos previamente.
Un alumno de un campus virtual conoce de antemano que está ante una formación a distancia que, a pesar de los grandes avances tecnológicos producidos en el campo on-line, limita el feed-back que proporciona la formación presencial.
Día a día los campus virtuales están mejorando este aspecto, permitiendo interactuar a los alumnos entre sí y a alumnos y preparadores, a niveles similares a la formación presencial.
Asimismo, el alumno on-line se decanta por este tipo de formación ante la flexibilidad y atención personalizada que proporciona, dejando a un lado la masificación, la restricción de horarios y fechas, en favor de una formación eficaz hecha a medida. Formación que permite compatibilizar la vida laboral con los estudios profesionales, en función del tiempo y la base cultural o formativa que uno posea.
El perfil de este alumno es el de una persona con un alto grado de interés en completar sus conocimientos con una formación de calidad, gran flexibilidad y sin las restricciones que impone la formación presencial, barreras físicas, geográficas…
Estos valores son conocidos por las empresas y los profesionales, observándose, por ello, una creciente evolución hacia la formación on-line, tanto a nivel interno corporativo como en formación particular.
Las motivaciones relacionadas con el empleo se centran en dos vías, la mejora del empleo actual derivada de un mayor grado de conocimientos y especialización, y la obtención de un puesto de trabajo fruto de la mejor formación profesional personalizada.
Las bolsas de empleo ofertadas por las organizaciones de formación on-line son un factor determinante en el grado de satisfacción del alumnado y, el alto índice de colocación de éstas, como sucede en Seas, proporciona al centro reputación y prestigio, además de alumnos satisfechos.
Teniendo en cuenta estos aspectos, ya conocidos y aceptados por el alumno, pasamos a otras causas que determinarán la satisfacción o insatisfacción de éste. Por ejemplo, la excelencia en la formación recibida, la atención dispensada al alumno, los medios puestos a su disposición o, quizá la más importante, la consecución o no del objeto de dicha formación.
Una organización dedicada a la formación virtual debe ser ágil y eficaz en el seguimiento de la satisfacción de su alumnado, así como en la detección de incidencias y su rápida y completa resolución.
En un entorno como el actual la mejora continua y, como parte importante de ella, la plena satisfacción del cliente, ha de ser la piedra angular sobre la que se asienta toda organización.
