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Algunos datos relevantes sobre el e-learning
Editorial
La formación on-line llega a las grandes instituciones, pero no lo suficiente a las personas, que, con su esfuerzo, tiempo y dinero, apuestan por mejorar su carrera profesional en un entorno de PYMES que, no apuesta por la formación continua y, menos, por el e-learning. El e-learning no puede crecer sólo a costa de los que no tienen tiempo. Debe apostar por unos contenidos y una metodología de aprendizaje que sólo la alternativa on-line pueda aportar.
Para empezar, es importante señalar que la formación en general, y la continua en particular, es cosa de sus alumnos, más que de las posibles ayudas que existan por parte de las empresas o la administración para que más personas la realicen. Y el e-learning no es menos. Es cosa de sus alumnos, porque en la mayoría de casos son ellos -los particulares- los que se tienen que espabilar para informarse y orientarse sobre la oferta académica y son ellos los que se financian el coste económico correspondiente.
La satisfacción con la formación virtual, por lo tanto, debe ser medida, en primer lugar, teniendo en cuenta a los alumnos.
Otra cosa es que el mercado del e-learning sea más atacable desde el punto de vista de las empresas que más invierten en ello que no desde los particulares. Los datos, pues, de satisfacción desde las empresas-clientes de la formación on-line también tienen elevado interés.
Vamos pues a dar algunos datos relevantes.
Según el informe Bioeduca 2005 del Observatorio Español de Internet, alrededor de 350.000 ciudadanos cursarán algún tipo de estudio por Internet. De ellos, 180.000 son universitarios (un 10% del total de alumnos universitarios de grado o postgrado) y el resto, personas de 30 a 45 años, ocupadas profesionalmente y con familia a su cargo, sin mucho tiempo y que sacrifican parte de su tiempo libre y de su jornada laboral para adquirir una formación superior, especializarse o reciclarse profesionalmente.
El estudio ”La demanda de formación continua en España 2004-2005” realizado por DEP Consultoria Estratégica, complementa y concreta una parte de estas cifras. Según esta investigación, que se actualiza cada 2 años, unas 200.000 personas realizan su actividad de formación continua sólo a través de Internet, y 112.000 de forma semipresencial, lo que representa un volumen de negocio de 412 millones de euros. Todo ello, aunque parezca mucho y vaya aumentando, no representa más que el 11,5% del total de la formación continua en España y, este tipo de actividad de reciclaje permanente, a su vez, sólo la realizan el 10,2% de los españoles.
¿Que ocurre, pues?
Simplemente que la tradición de la formación fuera de las aulas en España y en los países mediterráneos es mínima, y no crece, sino que, simplemente, sustituye progresivamente el formato "a distancia” por el "on-line”. La inexistencia de alternativa y la flexibilidad de horarios en el proceso de formación, a la par que el ahorro de tiempo y dinero por lo que se refiere a los desplazamientos son las razones de esa cuota del sector de la formación continua. No lo es su prestigio, la confianza que despierta este tipo de sistema formativo.
Además, la inversión de las empresas y administraciones tampoco es para echar cohetes.
Según un estudio de la Asociación de Proveedores de e-learning sólo un 0,2% de las PYMES (Pequeñas y Medianas Empresas) y un 7,2% de las empresas con más de 200 trabajadores utiliza Internet, lo que equivale a un 16% de su presupuesto de formación. Eso sí, un 67% de las empresas se muestran satisfechas con el e-learning y la progresión es esperanzadora.
Las cifras mejoran entre las grandes empresas y administraciones. Según un estudio de Santillana Formación, un 45% de ellas destinan más de un 10% de su presupuesto de formación a la modalidad on-line, especialmente, en el ámbito de la ofimática y las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), contenidos específicos propios de la organización y los idiomas. Un 80% de las grandes organizaciones considera adecuada la formación virtual para sus necesidades y piensa contratar este tipo de servicios a empresas externas.
Conclusión 1. La formación on-line llega a las grandes instituciones y seguramente resuelve sus necesidades globales. En cambio, no llega lo suficiente a las personas, individualmente, que con su esfuerzo, tiempo y dinero, apuestan por mejorar su carrera profesional en un entorno de PYMES que, por imposibilidad o falta de cultura de inversión en capital humano, no apuesta por la formación continua y, menos, por el e-learning.
Conclusión 2. El e-learning no puede crecer sólo a costa de los que no tienen tiempo. Debe apostar por unos contenidos y una metodología de aprendizaje que sólo la alternativa on-line pueda aportar.
Enric Renau
editor
Editor@educaweb.com
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