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"Los propios servicios públicos de bomberos deben encargarse de organizar los procesos de formación inicial imprescindibles para que el trabajo de los recién incorporados pueda ser desempeñado con seguridad y eficacia”"

Entrevista


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Javier Navarrete Ruiz, Vicepresidente de la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (A.P.T.B.)
¿Qué requisitos físicos y psíquicos se exigen para ser admitido en el cuerpo de bomberos? ¿La edad es un condicionante?

El trabajo de bombero tiene una exigencia de esfuerzo y resistencia física importantes, puesto que, en muchas ocasiones, la intervención en situaciones de emergencia requiere capacidad para trabajar bajo estrés y bajo condiciones físicas extremas (calor, frío, intemperie), desplazamiento de cargas pesadas, agilidad, destreza, etc. Por tanto son determinantes para esta profesión los requisitos de unas buenas condiciones físicas y psíquicas.

En cuanto a la edad, el único condicionante que representa para la profesión de bombero es la merma de la capacidad física que puede conllevar normalmente el incremento de la misma. Lo habitual es que en las convocatorias de acceso a los cuerpos de bomberos se establezca una edad mínima (18 años) y ninguna edad máxima, aunque el requisito habitual de superar unas exigentes pruebas físicas durante el proceso de selección restringe realmente el ingreso a candidatos jóvenes en general.

¿Cuáles son las diferentes especialidades o categorías profesionales dentro del cuerpo de bomberos? ¿Cuál es la formación previa requerida para acceder al cuerpo y qué formación se debe cursar para alcanzar las especialidades?

Especialidades
En España no está regulada la organización ni de los servicios de bomberos ni de la carrera profesional del personal que presta sus servicios en ellos; realmente ésta es una de las grandes lacras de nuestra seguridad pública y una de las demandas que desde la A.P.T.B. se realiza continuamente a la Administración. Esta ausencia de regulación lleva a que coexistan múltiples modelos organizativos, sin ninguna normalización; así hay cuerpos de bomberos que, aparte de la tarea más común de la extinción de incendios y los rescates convencionales, han ido desarrollando áreas de actividad que pueden considerarse como especialidades, por ejemplo buceo, rescate en montaña, salvamento y desescombro, siniestros químicos. Incluso hay cuerpos de bomberos que sólo intervienen en un área de especialidad concreta, como son los bomberos de aeropuertos o las brigadas forestales por citar dos ejemplos.

Categorías profesionales
La misma heterogeneidad que ocurre con las especialidades se reproduce al hablar de categorías profesionales. Intentando aproximarnos al modelo más común, podemos decir que en los cuerpos de bomberos españoles hay normalmente una doble vía de acceso: como bombero, en el nivel operativo básico, o como técnico, en un nivel de mando. El trabajador que acceda como bombero podrá ir promocionándose a puestos superiores mediante la superación de procesos de promoción interna (que también son diferentes en cada cuerpo), alcanzando categorías de mandos intermedios, con diferentes niveles denominados normalmente Cabo, Sargento, Suboficial u Oficial.

Lo más normal es que para el acceso a Bombero sólo se exija una formación básica mínima: Graduado Escolar. Para los puestos de mandos hay más diversidad, requiriéndose normalmente Bachiller para Sargentos y Suboficiales y una carrera universitaria de grado medio o superior para Oficiales.

El acceso a los puestos superiores exige como formación previa una carrera universitaria de grado medio o superior. Estos puestos son denominados también de un modo heterogéneo: Inspectores, Subinspectores, Oficiales, Técnicos, etc., desempeñando funciones de dirección y jefatura de los servicios de bomberos. No existe en nuestro país ninguna titulación académica que capacite profesionalmente al personal técnico de los cuerpos de bomberos, pero es frecuente que las convocatorias públicas para estos niveles exijan que la titulación universitaria de los opositores sea técnica: arquitectos, ingenieros, aparejadores o ingenieros técnicos.

Formación inicial
Pero, si la situación explicada, que se refiere a requisitos de ingreso, ya muestra una importante diversidad, cuando hablamos de la formación interna que cada servicio de bomberos dispone para su personal de nuevo ingreso entramos en un área calamitosa. Puesto que el sistema educativo oficial no provee de aspirantes a bomberos con la cualificación profesional requerida, son los propios servicios públicos de bomberos los que deben encargarse de organizar los procesos de formación inicial imprescindibles para que el trabajo de los recién incorporados pueda ser desempeñado con seguridad y eficacia. Y aquí tenemos un problema grave: no todos los cuerpos de bomberos españoles están capacitados ni disponen de recursos suficientes para ofrecer a sus nuevos bomberos los niveles de formación necesarios, con lo cual en muchas ocasiones se produce la incorporación rápida a las intervenciones en emergencias del personal sin completar una buena formación. Sólo los servicios de bomberos más importantes (grandes capitales y algunos servicios provinciales) disponen de departamentos propios de formación.

Desde A.P.T.B. se ha colaborado siempre con la Administración en las iniciativas que se han ido planteando para resolver este problema, participando en varias ocasiones en diferentes grupos de trabajo convocados por la Dirección General de Protección Civil e incluso en proyectos europeos con el mismo fin, pero sin que se hayan obtenido nunca resultados definitivos al no completarse nunca los planes de trabajo previstos.

¿Qué peso tiene la formación física y la psicológica dentro de los estudios? ¿Cómo se prepara a los futuros bomberos en los dos aspectos frente a las situaciones de riesgo, peligro o conflicto con las que se van a enfrentar?

Formación física y psicológica son muy importantes en la formación del bombero y no sólo en los programas de formación inicial, sino en los de formación continua. De hecho la formación física suele ser una actividad diaria en los parques de bomberos, aunque mayoritariamente se realiza sin ningún tipo de programación ni seguimiento experto.

En relación con esta formación está la vigilancia de la salud de los bomberos, que es llevada a cabo por los servicios médicos propios o contratados de los cuerpos de bomberos. Son normales los programas de reconocimientos médicos anuales e incluso en muchos servicios de bomberos las pruebas de esfuerzo.

La formación psicológica tiene su importancia en una doble vertiente: la destinada al bombero de base y la destinada a personal con funciones de mando. En el primer caso se incide normalmente en el comportamiento de las víctimas en emergencias y en su atención por parte del personal de los equipos de socorro. En el segundo caso se abordan todas las cuestiones relacionadas con las funciones de mando: liderazgo, motivación, pedagogía, etc.

¿Cuáles son las principales salidas profesionales o los ámbitos de actuación en los que intervienen los bomberos en la protección civil?

Las salidas profesionales se centran en el trabajo dentro de los servicios públicos de bomberos, desempeñando las tareas clásicas de intervención en cualquier tipo de emergencia, fundamentalmente en la extinción de incendios y en rescates (cada vez más, sobre todo en accidentes de tráfico).

Hasta ahora ésa ha sido la pauta general en los cuerpos de bomberos españoles, es decir, el bombero se enfoca hacia la vertiente operativa, hacia la intervención cuando la situación de emergencia ya se ha producido. Sin embargo esto debería cambiar; en muchos países europeos ya está cambiando y la finalidad de los cuerpos de bomberos se está desplazando de la intervención frente a la emergencia (enfoque reactivo) a la prevención (enfoque proactivo), es decir, que el bombero se convertirá cada vez más en un profesional de la seguridad contra incendios, con capacidad para asesorar en cuestiones de prevención y autoprotección, para formar a los ciudadanos sobre buenas prácticas de seguridad, para mantener e inspeccionar instalaciones de protección contra incendios, etc.

Este cambio exigirá una transformación del bombero, para el cual se necesitará otra cualificación profesional distinta, que concederá más importancia a áreas de conocimiento técnicas específicas frente a las habilidades para la intervención operativa preponderantes ahora mismo. Quizá con este futuro se reducirán también las restricciones que ahora presentan la edad, la capacidad física o el sexo para el desempeño de esta profesión.

¿Qué peso tiene la vocación en la elección de esta profesión?

Si esta pregunta la extendiéramos a todas las personas que desempeñan su actividad profesional como bombero, probablemente la respuesta que mayoritariamente obtendríamos sería que la profesión de bombero tiene un componente vocacional importante. Es cierto, se trata de una profesión que, sobre todo en su vertiente de la intervención operativa frente a emergencias, tiene unas connotaciones especiales que la diferencian de otras profesiones (acción, solidaridad, ayuda a los demás, estrés,…) y que pueden suponer elementos atractivos para muchos aspirantes a bombero.

Pero también es cierto que se trata de una profesión que tiene otros posibles elementos de atracción para muchos candidatos: estabilidad en el empleo, calendarios de trabajo a turnos con jornadas libres intercaladas, retribuciones medias superiores a las habituales en el mercado, etc.

¿Qué otros profesionales trabajan junto a los bomberos en las emergencias y cómo se coordinan entre sí?

La intervención frente a emergencias es normalmente una tarea que requiere la participación simultánea de profesionales de varias especialidades: bomberos, policías y sanitarios. La eficacia de la intervención por lo tanto exige la coordinación absoluta entre los diferentes cuerpos y servicios, que obviamente será más difícil en las grandes emergencias.

Esta coordinación se persigue con la implantación de planes y procedimientos de trabajo que detallen funciones y responsabilidades de cada uno. Es fundamental que estos planes y procedimientos estén sometidos a un proceso de evaluación y prueba continuados, mediante la realización de ejercicios conjuntos y simulacros que reproduzcan la intervención de todos los servicios en situaciones verosímiles.

No obstante, la coordinación en el lugar de la intervención, sobre todo en las grandes emergencias en las que el número y diversidad de recursos puede ser muy elevado, es un aspecto todavía susceptible de mejora y sobre el que deberíamos seguir profundizando y estudiando entre todos los servicios y cuerpos de seguridad.

¿Cuál es el papel de las asociaciones de voluntarios y en qué situaciones intervienen estos voluntarios?

También es muy variable; mientras que en países como Alemania o Francia hay una gran tradición de bomberos voluntarios, en España no tanto, salvo en algunas zonas concretas: Catalunya, Comunidad Valenciana, Canarias,...

Sí se han desarrollado en las últimas décadas los servicios de voluntarios de protección civil, también con organizaciones, formación y recursos muy heterogéneos, por lo que es difícil responder de modo global a la pregunta. Hay cuerpos de voluntarios muy bien preparados que prestan sus servicios de intervención en emergencias con niveles semejantes a los bomberos profesionales y hay otros que tienen más carencias y por tanto sólo pueden desarrollar tareas de apoyo.

¿Cómo ha evolucionado la incorporación de la mujer a esta profesión?

La incorporación de la mujer a la profesión de bombero está evolucionando mucho más lentamente que en casi cualquier otra profesión. En los niveles básicos de los cuerpos de bomberos profesionales, es decir, el bombero que se dedica fundamentalmente a la intervención frente a emergencia, la presencia de mujeres es sólo testimonial, casi inexistente, muchísimo menor del 1%, y sólo un poco más en el caso de los cuerpos de bomberos voluntarios.

En los niveles técnicos de los cuerpos de bomberos la presencia de mujeres es algo mayor, pero todavía con una incidencia muy pequeña. La Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (A.P.T.B.), que agrupa a la mayoría de los técnicos de servicios de emergencia de España, tiene 8 mujeres de un total de 295 socios, es decir, algo menos del 3%.

¿Qué proporción existe entre la oferta y la demanda de bomberos?

Cuando se convocan oposiciones para ingreso de nuevos bomberos la demanda es altísima; por referencias recientes, podemos considerar un ratio de 25 opositores por cada plaza, aunque seguro que habrá casos con valores mucho mayores.

Esto es una muestra de lo atractiva que es esta profesión para muchos jóvenes.

¿El desgaste físico y mental influye de alguna manera en la edad de jubilación? ¿Cuál es la edad de jubilación por término medio?

La merma de capacidades que conlleva la edad es importante en esta profesión como ya se comentó, sobre todo con el énfasis hacia la intervención operativa que todavía tienen nuestros servicios de bomberos.

La edad de jubilación es un tema de actualidad. Hasta el momento no hay ninguna regulación legal, por lo que el bombero se jubila, por norma, a los 65 años, como el resto de trabajadores. Pero como esta situación no es muy compatible con la exigencia de alta capacidad física requerida para el trabajo frente a emergencias, algunos cuerpos de bomberos han ido desarrollando regulaciones internas (con denominaciones diversas, como "segunda actividad”, "capacidad disminuida”, etc.) que permiten reubicar en puestos adecuados a bomberos que por edad, por enfermedad o por alguna minusvalía no pueden mantenerse en puestos de intervención.

Además en la actualidad está planteándose, incluso a nivel institucional, la regulación legal de una jubilación anticipada; existe una iniciativa surgida desde dentro de los cuerpos de bomberos y con amplio respaldo nacional, que está impulsando la consideración de esta regulación a nivel estatal por parte de los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados y por el Gobierno. Incluso algunas cámaras legislativas autonómicas han aprobado proposiciones no de ley favorables a esta reducción. El objetivo pretendido es fijar la edad de jubilación del bombero en los 55 años.

¿Existen diferencias en la preparación y el trabajo de estos profesionales entre España y otros países de la Unión Europea?

No existen diferencias en el trabajo, ya que las situaciones de emergencias a las que debe hacerse frente por parte de los cuerpos de bomberos son en lo fundamental las mismas en todos los países de nuestro entorno.

Pero sí aparecen diferencias en la preparación, por las dificultades ya comentadas para desarrollar una buena formación en el caso de los cuerpos de bomberos españoles. Normalmente en la mayoría de países europeos disponen de sistemas regulados para la formación de estos profesionales, así como muchos más medios e instalaciones para formación de los que se carece en nuestro país.

La Unión Europea amplía las posibilidades de movilidad laboral ¿Qué oportunidades ofrece la Unión Europea a estos profesionales?

Teóricamente aparece una oportunidad de movilidad, aunque en la realidad es algo que no se está produciendo. Nuestros servicios de bomberos son bastante cerrados, realizándose la promoción profesional dentro de un mismo servicio y siendo escasos los traslados o cambios entre servicios distintos incluso a nivel nacional; debe tenerse en cuenta que casi mayoritariamente el bombero es un funcionario público, sometido por tanto a un sistema rígido en cuanto a movilidad interadministrativa.

Sin embargo se están dando pasos encaminados a favorecer dicha movilidad laboral en la Unión Europea, como fue el Proyecto "European Fire Fighter Vocational Study” (1.998-2.000), financiado con fondos europeos del Proyecto Leonardo, en el que participó la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos junto a asociaciones similares de otros 6 países europeos. El objetivo de este proyecto fue definir los contenidos fundamentales que debería abordar la formación básica del bombero en los diferentes países, para que fuera homologable, al menos en la práctica, al compartir unos conocimientos y habilidades comunes con independencia de cual fuera el país de origen.

¿Considera necesaria la formación continua de este colectivo de profesionales? ¿Cree que es suficiente y adecuada la formación continua que reciben?

Por supuesto que la formación continua es necesaria en estos profesionales. Por dos motivos:
  • Porque la intervención en emergencias, rodeada siempre de connotaciones de riesgo, requiere la aplicación de conocimientos que no pueden estar sujetos a dudas, que además conllevan el empleo de una gran diversidad de equipos de trabajo y de protección. Si el bombero no se mantiene continuamente formado y entrenado en el uso de estos equipos, cuando la urgencia de la intervención frente a emergencias le demande su acción, las posibilidades de errores serán altas y, lo que es peor, graves.

  • Porque la propia evolución de la sociedad y de sus actividades económicas conllevan una evolución de los riesgos que deben ser afrontados por los cuerpos de bomberos. El mantenimiento de los niveles de seguridad pública exige que el personal componente de los cuerpos de bomberos actualice permanentemente su competencia profesional de acuerdo a como cambian los riesgos, para mantener su capacidad de intervenir eficazmente y con seguridad.
Con relación a la segunda pregunta, la respuesta no puede ser muy positiva. En la actualidad, la mayoría de cuerpos de bomberos no están desarrollando una formación continua suficiente para las necesidades de sus profesionales. Pueden aducirse varios motivos:
  • Los presupuestos destinados a formación son escasos; se trata de una partida generalmente muy recortada, por lo que no pueden cubrirse programas de formación continua adecuados.

  • La receptividad de las acciones de formación continua por parte del personal componente de los cuerpos de bomberos se entremezcla muchas veces con otros aspectos de las relaciones laborales que, sin relación con la formación, si que condicionan su desarrollo, como es el requisito de que se imparta siempre dentro de horarios de trabajo, lo cual será difícil de conseguir siempre.

  • No se planifica la formación continua en los cuerpos de bomberos con criterios estratégicos. Por el contrario los escasos recursos disponibles se emplean en acciones formativas puntuales, llamativas por su contenido muchas veces, pero que no llegan a cubrir las necesidades reales de competencias profesionales del personal. O bien se emplean en subvenciones de acciones formativas llevadas a cabo por las organizaciones sindicales, que a veces pueden alejarse de los objetivos y necesidades reales del cuerpo.

  • La formación para la intervención en emergencias debe tener un componente práctico importante. Y para la realización de prácticas se requieren instalaciones específicas y equipamiento, que permitan reproducir incendios, accidentes y siniestros de todo tipo en situaciones lo más reales posibles. Estas instalaciones son costosas y, por tanto, muy escasas en nuestro país; ni siquiera la Escuela Nacional de Protección Civil, tras 20 años de funcionamiento, dispone hoy día de un campo de prácticas, aunque sus responsables han anunciado su disponibilidad muy próxima. En los servicios de bomberos tampoco se dispone de estas instalaciones, salvo algunos pocos casos y siempre con infraestructuras muy reducidas para el entrenamiento práctico.

  • La propia organización de los servicios de bomberos, con el personal distribuido en diversos centros de trabajo (parques de bomberos) y diferentes turnos, es otro factor que dificulta el desarrollo de los programas formativos. Aunque una posible solución a este condicionante está en la formación a distancia (e-learning); en los últimos años están comenzando algunas iniciativas en este sentido, con la evidente ventaja que aportan los soportes virtuales al aproximar temporal y espacialmente la formación al alumno. No obstante, la formación para el personal de los cuerpos de bomberos en la modalidad de e-learning necesitará ser completada con algunas acciones de formación presencial, sobre todo en lo referido al entrenamiento práctico.
¿Podría describirnos el perfil ideal para una persona que desee acceder a la profesión?

Características físicas:
  • Muy buen estado de salud.

  • Capacidad física normal-alta.
Características de formación:
  • Buena formación de base, cuanto más alta mejor.

  • Nivel ideal: Bachiller.

  • Pero sobre todo, con muy alta capacidad de aprendizaje, puesto que va a tener que recibir una formación profesional específica muy intensa en su ingreso al cuerpo y ampliarla después de modo permanente durante toda su vida profesional.
Características psicológicas:
  • Madurez. Equilibrio emocional.

  • Disciplinado.

  • Capacidad de trabajo en equipo.
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