Al igual que avanza la gestión de los diferentes perfiles profesionales conforme se producen las adecuaciones a las exigencias de un mercado cada vez más competitivo, la selección de los integrantes de las nuevas generaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad ha ido experimentando novedosas modificaciones con una finalidad principalmente adaptativa a las nuevas demandas, tanto de los ciudadanos como de las nuevas modalidades delictivas y criminales.Del mismo modo, el perfil de los componentes de las Fuerzas del Orden, ha ido incrementando sus niveles de exigencia en todos los aspectos y, consecuentemente, en las diferentes fases selectivas, formativas y promocionales.
Los requisitos demandados para los aspirantes de nuevo ingreso han evolucionado respecto a los niveles mínimos de estudios requeridos para los funcionarios de base. Y no sólo eso, sino que la muestra poblacional de los últimos años y promociones profesionales ha ido pareja al incremento formativo presente en el resto de la población general. Los componentes de dichos cuerpos policiales poseen, en cada vez más numerosos casos, estudios universitarios de grado medio y superior, repercutiendo en la especialización y calidad del servicio ofrecido a la sociedad.
Las habilidades y aptitudes tenidas en cuenta para el ingreso y promoción en los fuerzas de seguridad ha venido basándose, en los últimos tiempos, en la gestión de recursos humanos por competencias, contemplando pues, la necesidad de una formación permanente que cerciore la calidad de la respuesta ofertada a la ciudadanía, destacando principalmente una ingente capacidad adaptativa para afrontar los recientes cambios derivados de las actuales circunstancias sociales: globalización, multiculturalidad y transnacionalización.
Destaca pues, la importancia de la capacitación y la cualificación de los integrantes policiales a la hora del desempeño de las funciones encomendadas. Citando a Cummings y Schaws (1985), los aspirantes deberán reunir las "habilidades y destrezas necesarias para el desarrollo de una tarea o conjunto de ellas, que incluyen factores intelectuales como habilidades de razonamiento, verbales, numéricas, espaciales y características de personalidad”, teoría poyada por Boyatis (Modelo del Iceberg) y la Teoría de los rasgos.
Así pues, en la selección de los perfiles profesionales adaptados a las actuales demandas de la ciudadanía, se exige una multidimensionalidad del candidato, dentro de la cual, se tendrán en cuenta factores motivacionales y/o "vocacionales”, rasgos de carácter, conocimientos y aptitudes y habilidades específicas.
Superada la fase de selección y, por tanto, la exigencia de nivel, en la fase formativa, se valorará principalmente la adecuación de la personalidad y, se exigirán, del mismo modo, competencias metodológicas y relacionadas con la tarea a desempeñar, competencias administrativas, organizativas y estratégicas, competencias sociocomunicativas y normativoculturales, además de las evidentes competencias de aprendizaje y método.
Respecto a las competencias y aptitudes diferenciales que deben reunir estos profesionales, podríamos ceñirnos a las citadas en la L. O. 2/86 de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que recoge en su capítulo II los "Principios básicos de actuación” haciendo referencia expresa a la adecuación al ordenamiento jurídico: neutralidad política e imparcialidad, integridad y dignidad, sujeción a los principios de jerarquía y subordinación; relaciones con la comunidad: trato correcto y esmerado, auxilio y protección, impedimento de abusos y discriminaciones; dedicación profesional: siempre y total; secreto profesional y responsabilidad directa. Todo ello desglosa implícitamente una serie de cualidades y características de personalidad acordes para su adecuado cumplimiento, sin dejar de lado que lo que se pretende es, principalmente, la adquisición y desarrollo de unas habilidades cognitivas concretas, por medio de una formación eminentemente práctica y útil, que permita la adquisición de las técnicas operacionales y actitudes o valores profesionales adecuados.
Parejo a la evolución tecnológica característica de la sociedad actual, se ha ido incrementando el peso de la enseñanza virtual ofertada a los componentes en activo, tal y como los planes de formación continua y especialización vienen desarrollando, permitiendo a una población caracterizada por una alta dispersión geográfica, el acceso y la homogenización en cuanto a conocimientos continuamente actualizados según las nuevas demandas sociales y criminales.
El seguimiento y la evaluación de las funciones desempeñadas por cada uno de los miembros son considerados de manera global e individual para la adaptación y mejora continua de las calidades del servicio, aportando, de este modo, una información actual y veraz que repercuta en las nuevas directrices formativas y de mando.
En conclusión, la adecuación profesional de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad va pareja a la evolución social y demandas exigidas en todas las áreas y sectores profesionales actualmente, que requieren una formación continuada y evolución sistemáticamente adaptativa.
