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NINTENDO GENERATION. Formación virtual interactiva para nosotros y las generaciones venideras
Artículo de opinión
Hace mucho menos tiempo, el fax destronaba al telex. Hoy, el e-mail está relegando al fax, a su vez, con rapidez insospechada. ¿Usamos aún el telex? Y en cambio, ¿qué haríamos si nos quitaran el e-Mail?
¿Qué decir de la evolución de la telefonía, con cerca de 30 millones de aparatos móviles en España?
En el ámbito doméstico, ¿cuántos microchips existen hoy en cada hogar europeo, en promedio? Unos 60, nada menos.
Estos y otros datos llevan a pensar en la imparable evolución tecnológica que estamos viviendo. Cuando un modelo de comunicación complementa los preexistentes o los mejora, la sociedad lo va adquiriendo, lo integra y lo adopta de manera irreversible: ya no hay marcha atrás. Estos cambios son muy profundos porque están en la raíz misma de nuestra forma de percibir el entorno y en nuestros hábitos de vida.
¿Cómo afectarán estas nuevas formas de comunicación a nuestros hijos? Decisivamente, sin ninguna duda. Un colega les llama la Nintendo Generation, porque son la generación que verá la tecnología aplicada en todos los campos. Y uno de estos campos, importantísimo, es el de la formación. Su propia formación.
No sólo debemos desarrollar bien la formación virtual interactiva como nuevo canal para nosotros mismos. Lo tenemos que hacer, también, para las generaciones venideras. Muchos de ellos vivirán, en poquísimo tiempo, en algo parecido a una sociedad-red: global, interactiva, interrelacionada, on-line. Lo verán desde la cuna, estarán muy habituados.
En muchos colegios de preescolar de nuestro país, y ya en el curso P3 (3 años), los niños empiezan a tener un PC en clase, juegan y aprenden con él. ¡En P3! Para ellos, el e-Learning será algo tan normal como la TV para nosotros. No substituirá a la formación tradicional (de igual modo que la TV no ha substituido a la radio, y más bien coexisten) pero, desde luego, tendrá una incidencia importantísima. El ahorro de tiempo, la conectividad global, la flexibilidad y la posibilidad de verdadero seguimiento individualizado que supone el e-Learning, son demasiado poderosos como para que no nos demos cuenta. En esta formación, el alumno pasa a ser una especie de profesor de otros alumnos (todos ven las aportaciones de todos). Incluso, a veces, los estudiantes pueden ser maestros de sus propios maestros. Todo se desdibuja y se iguala. Esto supone otra enorme ventaja pues se aprovecha, del mejor modo posible, el talento individual de cada miembro en beneficio de la comunidad. Una vez más, el talento al poder.
Y esta misma forma de enriquecimiento global a base de aportaciones individuales, es otra gran ventaja con la que contarán las siguientes generaciones. ¡Cómo me hubiera gustado aprender del número uno de mi clase en Matemáticas (y no sólo del maestro)! ¡Cómo me hubiera gustado compartir mis reflexiones y ratos de estudio con el mejor alumno de mi universidad! ¡Cómo me gustaría saber qué pensaba el más brillante compañero del Master! ¿Somos verdaderamente conscientes de la enorme pérdida de conocimiento y tiempo que supone tener compañeros de clase que no pueden comunicar sus ideas y que están todo el tiempo tomando apuntes, en silencio? ¿Nos hemos parado a pensar lo que implica escuchar a un solo profesor, cuando toda la clase puede aportar y co-educar?
Ahora todo eso será posible para la Nintendo Generation y también, quién sabe, para nosotros mismos. Aún estamos a tiempo de tomar ese tren. No lo desaprovechemos.
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