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La CuTIC. El nuevo reto de la alfabetización digital en el contexto educativo

Artículo de opinión


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José Luis López López-Menchero. Profesor asociado de la Escuela Universitaria de Magisterio de Ciudad Real (Universidad de Castilla-La Mancha)
Los procesos de comunicación han evolucionado a través de la historia de las diversas culturas de la humanidad. En el nuevo milenio las sociedades más desarrolladas se hallan inmersas en la incorporación de una nueva Cultura de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones (CuTIC) a sus diferentes grupos sociales. Este desarrollo cultural, ha de llevar a la educación hacia un proceso de ayuda al hombre en la mejora de sus capacidades cognitivas, afectivas y sociales, posibilitando el desarrollo de una conciencia crítica y constructiva de la realidad en un marco de interrelación cooperativa con sus semejantes. Este proceso de ayuda requiere una nueva Alfabetización en las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones (ATIC) de alumnos y profesores y la consiguiente incorporación al sistema educativo de la Competencia en el Manejo de la Información (CMI). El sistema educativo no puede permanecer pasivo ante esta revolución cultural; ha de incorporarla -en su corpus institucional y en su praxis educativa- a todos sus niveles educativos -Infantil, Primaria, Secundaria y Universidad- para enriquecer la formación de ciudadanos libres a través del proceso de enseñanza y aprendizaje.




Si la educación la entendemos como "el conocimiento y desarrollo de los procesos de comunicación que faciliten al alumno tomar decisiones, después de una reflexión sobre la información recibida, que les permita tener propuestas propias e incluso creativas” y por cultura entendemos el "conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época o grupo social, y como el conjunto de conocimientos que posee una persona como resultado se su formación educativa que le permite a alguien desarrollar su juicio critico” , el desarrollo de estos procesos supone incorporar nuevas competencias en la formación del profesorado.

Debemos modificar la praxis educativa, el quehacer docente, incorporando los nuevos procesos de comunicación al sistema educativo; desarrollando en el estudiante habilidades en su toma de decisiones con relación al acceso a la información dentro de un proceso de enseñanza y aprendizaje crítico, reflexivo, activo, participativo y cooperativo, todo ello inmerso en un clima de libertad. Sobre esta modificación el sistema educativo desarrollará los pilares sobre los cuales debe organizarse la educación, tal como señala el Informe para la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI (Informe Delors, 1999): Aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir, aprender a colaborar y aprender a ser.

Los profesores y alumnos requieren una nueva Alfabetización en tecnologías de la Información y Comunicaciones (ATIC) para poder adquirir nuevas habilidades que le permitan incorporarse a su medio social sin déficits formativos. Para esta transformación la incorporación de la Competencia en el Manejo de la Información (CMI) es una respuesta obligada a las nuevas formas de generar, crear y acumular conocimiento, basado en la investigación y la docencia. En el acercamiento práctico a la CMI es necesaria la creación de nuevas orientaciones y nuevos modelos (como por ejemplo, los WebQuest: introducción, tarea, recursos, evaluación y conclusión), capaces de desarrollar en el alumno las capacidades y habilidades en el manejo de las herramientas telemáticas y de mejorar procesos como: la obtención de la información, el análisis, la síntesis, la conceptualización, el pensamiento sistémico, el pensamiento crítico, la investigación y la metacognición, convirtiéndoles en generadores de nuevos conocimientos.

La realidad vigente es que las TIC han cambiado el modo de transmitir la información, el modo de comunicarse, el modo de enseñar a aprender e incluso posibilitando que algún día, no muy lejano, todo el conocimiento de la humanidad se encuentre en la red, donde la información de calidad estará organizada y estructurada de manera que acentuará los cambios del rol futuro del profesor -no será un transmisor de conocimientos- y del alumno -no será un simple receptor de esos conocimientos-. Así, dentro del ámbito pedagógico han ido apareciendo manifestaciones diversas que de una u otra forma hacen referencia a esta situación: "En el campo profesional y académico el soporte de la información está evolucionando hacia los sistemas multimedia pasando del protagonismo de la palabra escrita al papel primordial de la imagen [...]. Así, en los países industrializados, ver la televisión es la tercera actividad en relación con el tiempo dedicado por los ciudadanos adultos. Las dos primeras son el trabajo y el sueño” (Ferres, 1994). "INTERNET está provocando cambios importantes en la manera de comunicarse, de acceder a la información y de aprender de personas de todo el planeta,...” (Coderch, 2001).

Las nuevas tecnologías, específicamente los sistemas telemáticos, son medios interesantes para introducir pedagogías alternativas y potenciar cambios en las estructuras educativas. Al plantearnos el lugar -bien como un medio o como un fin- que debe ocupar la utilización de la educación telemática en la pedagogía y la didáctica dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje, debemos tener en cuenta que no debe plantearse como un contenido fundamental dentro del currículo, sino como un recurso instrumental dentro de una visión educativa de las nuevas tecnologías (Internet, correo electrónico, chat, videoconferencia...), es decir, como herramienta de apoyo para facilitar el proceso de enseñanza y aprendizaje. Desde este punto de vista, la telemática se compatibiliza con los enfoques psicoevolutivos y psicopedagógicos más en boga: Constructivismo (Vygotski), Conversación (Pask), Conocimiento Situado (Young) y Acción Comunicativa (Habermas).

El papel del profesor ha cambiado. Algunas corrientes pedagógicas de carácter tradicional veían en el profesor un mero transmisor de conocimientos; otras, ven en la figura del profesor la triple función de informador, orientador y animador (el alumno aprende activamente, construyendo él mismo su propio aprendizaje). La sustitución de la palabra escrita no es, sin embargo, un signo de progreso (Aristóteles). La imagen, para ser humana, debe ser sonora, porque la palabra da el concepto y la imagen transmite sobre todo hechos. El chimpancé es inferior al ser humano porque apenas sabe interpretar más que imágenes; la hominización se produce cuando la comunicación visual da paso a la comunicación auditiva: pretender sustituir ahora la palabra por la imagen es dar un salto atrás. Las TIC deben completar la palabra con la imagen, como en su día la hominización completó (que no sustituyó) la imagen con la palabra. En el terreno educativo los contenidos conceptuales abarcan hechos, conceptos y principios; los primeros tienen en la imagen un vehículo insustituible para comunicarlos (desde la pizarra y la tiza hasta los multimedia, pasando por retroproyectores, vídeos y diapositivas); pero los dos últimos son patrimonio exclusivo de la palabra (escrita o hablada, eso es lo de menos).

Las TIC contienen posibilidades nuevas para mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje, pero también contienen algunos peligros sobre los cuales hay que llamar la atención:
  • Las TIC, cuando promueven exclusivamente la educación a distancia, eliminan la convivencia (empatía) entre profesor y alumno.

  • La enseñanza a distancia no puede sustituir siempre a la enseñanza presencial; en efecto, para aprender solo el alumno tiene antes que aprender a aprender, y en esta primera fase la presencia del profesor es insustituible.

  • La enseñanza a distancia puede informar y orientar, pero difícilmente podrá realizar la animación del "momento preciso".


Las características y necesidades de la llamada Sociedad del Conocimiento reclaman un nuevo modelo de educación. Es necesario cambiar el sentido de la educación en las escuelas y colegios. No es tan necesario, como en décadas anteriores, que el alumno almacene y memorice mucha información (sobre Historia, Literatura, Ciencias Naturales, Matemáticas, Geografía, Arte...). Lo relevante es el desarrollo de procesos formativos dirigidos a que el alumno alcance competencias:
  • Aprenda a aprender. Es decir, que adquiera habilidades para el autoaprendizaje de modo permanente a lo largo de su vida.

  • Sepa enfrentarse a la información. Buscar, seleccionar, elaborar y difundir aquella información necesaria y útil.

  • Cualificarse laboralmente para el uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación.

  • Tome conciencia crítica de las implicaciones económicas, ideológicas, políticas y culturales de la tecnología en nuestra sociedad.


Hace falta, sí, una nueva alfabetización, pero sólo desde una nueva cultura. Esta nueva alfabetización eliminará la marginación de las personas que no tienen acceso a las nuevas redes informativas, pero debe eliminar también la marginación de quien no entiende lo que lee ni selecciona lo que sirve. El sentido crítico que debe transmitir la CuTIC es irreemplazable, mas hoy no existe todavía: la televisión es la "caja tonta" y los jóvenes se comunican menos entre sí, porque el móvil y el walkman actúan como intermediarios empobreciendo la comunicación. Se confunde juego con realidad, y las vivencias personales con la ficción.

La formación del profesorado en las TIC aplicada a la educación todavía deja que desear. Los miedos, las fobias de incorporar la CuTIC al sistema educativo, se sustentan bajo ciertas premisas falsas como las de los que piensan que las nuevas tecnologías van a sustituir un alto porcentaje del quehacer docente actual e incluso, los más fóbicos piensan que el profesor actual puede desaparecer. También se piensa que la CuTIC, al dar mayor libertad de acceso a la información y por consiguiente a la estructuración del pensamiento y de la conducta humana, no va a permitir el adoctrinamiento actual de los sistemas educativos hacia los ideales políticos imperantes en este momento. Esto implica que la alfabetización digital se debe realizar a través de unas coordenadas de actitud crítica y reflexión personal que implique vivencias y experiencias que formen parte de un proceso educativo y cultural que facilite y posibilite el desarrollo integral de la persona.

Como consecuencia el rol del profesor como agente transmisor de conocimientos está sufriendo una transformación. Esta realidad nos lleva al planteamiento de la creación de nuevas formas educativas y didácticas en la formación de futuras generaciones de profesores. Ahora más que nunca se hace necesario una formación de los docentes que les permita responder a los nuevos retos y exigencias sociales que se plantean en este Siglo XXI.

Reflexionando sobre algunos datos como los siguientes (UNESCO, 2004): la base del conocimiento mundial en algunas áreas se dobla cada dos años; cada día son publicados en el mundo en torno a 7.000 artículos científicos y técnicos; los datos enviados por los satélites de las órbitas terrestres podrían llenar 19 millones de volúmenes cada dos semanas; los graduados de la escuela secundaria en países industrializados han sido expuestos a más información que sus abuelos a lo largo de toda su vida...; podemos afirmar que el acceso a la información, el almacenamiento y procesamiento de la misma y la generación de nuevos conocimientos están aumentando en forma exponencial cada poco tiempo. Si eso es evidente en cuanto a los sistemas de información, ¿qué podemos decir en lo referente a la necesidad de una nueva Alfabetización Digital?.

Desde esta perspectiva educativa en este nuevo milenio aparecen nuevos interrogantes y nuevos retos:
  • ¿Cómo está afrontando la institución escolar este fenómeno?

  • ¿Cuál debe ser este nuevo modelo educativo para las escuelas del siglo XXI?

  • ¿Qué cambios deben ser introducidos en los centros educativos?

  • ¿Las instituciones educativas disponen de los recursos y medios suficientes para desarrollar adecuadamente procesos educativos apoyados en estas NNTT (Nuevas Tecnologías)?

  • ¿Qué hacer para que la institución escolar se adecue a las nuevas necesidades y demandas educativas de la sociedad de la información?

  • ¿Conoce y domina el profesorado las NNTT como para utilizarlas provechosamente con fines pedagógicos?

  • ¿Cómo formar al profesorado para asumir estos nuevos retos?

  • ¿Se enseñan los conocimientos y habilidades adecuadas para que los alumnos puedan desenvolverse inteligentemente en la sociedad de la información?

  • ¿Cómo ponerlo en práctica en las aulas? Etc.


Estos nuevos retos suponen que el aprendizaje del estudiante y la posterior evaluación de las competencias profesionales adquiridas, constituyen el eje central del proceso de enseñanza y aprendizaje, y se configuran como la clave para garantizar la calidad de los servicios educativos. Por tanto, la competencia profesional y la buena práctica no se vinculan sólo a procesos cognitivos como la memorización, sino también al desarrollo de los procesos de comunicación, a la toma de decisiones, a la resolución de problemas y a las habilidades y trabajo en equipo. En este sentido, se han de introducir nuevas técnicas de aprendizaje que exploren todas estas áreas que competen al futuro profesional en cada nivel de formación, lo que conlleva la creación de nuevos modelos que han de orientar el proceso de enseñanza y aprendizaje de los alumnos.

Por último como propuesta, dentro del contexto educativo actual del Ministerio de Educación y Ciencia sobre el desarrollo de la futura Ley Orgánica de Educación: "Una educación de calidad para todos y entre todos. Propuestas para el debate”, abogamos por la creación de un Departamento de Tecnología Educativa en las instituciones educativas para su Alfabetización Digital, cuyo funcionamiento irá encaminado a la prestación de servicios a la comunidad educativa, estando a disposición de la misma (alumnos, profesores, padres…) para darle la formación necesaria, facilitarle las tareas, ayudarle en sus experiencias educativas y en definitiva para integrar la CuTIC, la ATIC y la CMI en los centros de enseñanza.



Citas bibliográficas:
CODERCH, J. Y GUITERT, M, (2001). "¿Cómo aprender y enseñar con Internet?” , en Cuadernos de Pedagogía, 301, abril, pp. 56-63. Barcelona. CissPraxis.
DELORS, J (1999). La Educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI. Madrid. Santillana-Unesco.
FERRÉS, J. (1994). Televisión y Educación. Barcelona. Paidós.



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Nota:
Aplicación de las técnicas de la telecomunicación y de la informática a la transmisión a larga distancia de información computerizada.
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