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El nuevo profesor europeo

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Mario Jaramillo, director de la Fundación Sergio Arboleda-San Pablo (CEU)
Las Declaraciones de Bolonia (1999) y Praga (2001) buscan reformar el campo de la enseñanza europea. El objetivo de tales declaraciones es la construcción del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Con él no sólo se pretende unificar los planes de estudio de las universidades europeas, sino modificar la metodología de enseñanza. El trabajo académico debe estar centrado en el estudiante, que pasa a ocupar un papel activo dentro del proceso educativo. Ello significa que la universidad española deberá adoptar una metodología prácticamente desconocida en nuestro medio, pero con una larga y fructífera tradición en otros países, como los Estados Unidos.

El nuevo escenario educativo deberá volcarse sobre métodos participativos de enseñanza. Ello supone un cambio en la actitud del profesor y una transformación de su papel dentro del aula. El nuevo profesor tendrá que compartir con los alumnos el protagonismo en el proceso educativo y deberá entender que su función no se limita a transmitir conocimientos, sino a buscar medios para que los estudiantes descubran esos conocimientos y sean capaces de aplicarlos en la vida real.

El proceso, por tanto, tendrá mucho que ver con la participación del alumno durante la sesión de clase. La sola lección magistral no será suficiente. No basta con que hable el profesor. Ahora deberán intervenir los alumnos. Y el nuevo profesor deberá apropiarse de instrumentos y técnicas para generar la participación del estudiante y crear mecanismos de motivación para que ese alumno actúe de manera dinámica dentro del aula.

Ello implica también un cambio para el alumno, que deberá llegar preparado a la clase y estar en condiciones para ser evaluado continuamente. La preparación de la clase supone que el estudiante tendrá que leer antes de cada sesión, para participar en las discusiones y debates y para comprender los mensajes y conclusiones que el profesor emitirá cada día. Pero también significa que el nuevo profesor no sólo tendrá que elaborar la lista de lecturas del año o del semestre y estar entrenado para generar debates sólidos, sino que debe permanecer abierto a nuevas ideas, planteamientos y multitud de preguntas de sus alumnos. Y, por supuesto, deberá estar preparado para no perder el control del aula y para ser un dinámico guía hacia la sabiduría.

Las universidades del CEU han iniciado, en este sentido y con enorme éxito, un programa para la formación de profesores dentro del nuevo esquema planteado por el EEES. Se trata del Programa PLATON (Programa para la Excelencia Académica y la Organización del Conocimiento), una iniciativa que se desarrolla con diversos centros de la Universidad de Harvard. PLATON busca aprovechar lo mejor y más adaptable de esta universidad pionera en avances pedagógicos, para mejorar continuamente la enseñanza y dar así una respuesta positiva a los nuevos desafíos que plantea la universidad europea del siglo XXI.

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