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Quiero hacer un curso de idiomas en el extranjero. ¿Por dónde empiezo?
Artículo de opinión
Por desgracia, y salvo unos pocos afortunados, quien dispone de mucho tiempo no va sobrado de dinero, y viceversa, el que no tiene problemas de dinero suele andar mal de tiempo.
Si tienes trabajo y no quieres renunciar a él, lo mejor es que aproveches tus vacaciones o algún tipo de excedencia para hacer un curso intensivo. Te sorprenderá lo mucho que puedes avanzar en un curso intensivo de 4 horas diarias (20 horas semanales) durante un mes, y no digamos si te atreves con 5 ó 6 horas... Si ya tienes un cierto nivel del idioma, incluso dos semanas en un curso superintensivo (30 clases por semana) supondrán un avance espectacular.
Si eres estudiante o no tienes trabajo, el tiempo no suele ser un problema. Te puedes permitir una estancia más prolongada en el país de tu elección, aunque probablemente necesitarás un trabajo a tiempo parcial o completo (p. ej. en hostelería) que te ayude a mantenerte. En este caso, un curso menos intensivo (de 5 a 10 horas semanales) puede ser útil para fijar los contenidos gramaticales y la escritura, ya que la inmersión total en la vida local hará el resto. En muchos países desarrollados es frecuente que los estudiantes que acaban un ciclo (bachillerato o universidad) pasen un tiempo de incluso hasta un año viajando para conocer otros países o aprender un idioma.
¿Dónde ir?
En primer lugar, elige un destino atractivo en función de tu edad, personalidad e intereses. Por ejemplo, un adolescente no acostumbrado a salir al exterior estará mejor estudiando en una ciudad de tamaño pequeño o medio que en una gran metrópoli. Un aficionado al deporte al aire libre preferirá estudiar inglés en Canadá o en Colorado junto a las Montañas Rocosas que en Nueva York. Si te encanta el teatro o una intensa vida cultural, elige ciudades como París, Londres o Nueva York. Afortunadamente, cada vez existen destinos más interesantes aparte de los tradicionales: Malta, Sudáfrica, Canadá o Australia para el inglés, o el Caribe para el inglés y el francés. El abaratamiento del transporte aéreo y la proliferación de aerolíneas de bajo coste ponen a nuestro alcance una gran variedad de destinos que antes resultaban prohibitivos.
¿Destino tradicional o alternativo? A este respecto conviene tener en cuenta que las ciudades tradicionalmente receptoras de turismo lingüístico ofrecen grandes ventajas: infraestructura al servicio del visitante, posibilidad de conocer a la gente de todo el mundo que acude a estos destinos, gran oferta de ocio: bares, fiestas, actividades orientadas al estudiante. Pero los destinos menos conocidos también tienen sus ventajas: Encontrarás menos estudiantes de tu propia nacionalidad, es más fácil integrarse en la vida y cultura locales, y a menudo ofrecen actividades y entornos naturales muy interesantes.
Elegir una escuela
Mi consejo es optar por una escuela reconocida por alguna entidad de certificación. Una simple búsqueda en Internet revela la existencia de numerosas escuelas con una apariencia magnífica. Pero ¿cuántas de ellas realmente dan todo lo que ofrecen? Los sellos de calidad de entidades internacionalmente reconocidas como British Council en Gran Bretaña o NAFSA en Estados Unidos, garantizan mediante inspecciones periódicas que las escuelas cumplen unos estándares mínimos de calidad.
Mi recomendación es buscar una escuela de precio medio. Las escuelas muy caras no siempre justifican sus precios con una calidad superior. A menudo sus precios son más caros porque invierten más en marketing o tienen mayores cargas administrativas. Por otro lado, huye de las escuelas notoriamente baratas. En muchos casos detrás de precios de saldo hay escuelas que pagan salarios muy bajos a sus profesores o no cumplen con la legalidad vigente. Lo cual evidentemente repercute en la calidad de la enseñanza.
Consulta con profesionales
Por último, una buena manera de obtener todo lo anterior de forma rápida y sencilla es contactar con alguna organización que tenga una amplia red de escuelas en todo el mundo. Ellos conocen sus escuelas y podrán orientarte en base al destino, escuela y tipo de curso que mejor se adapte a tus necesidades y a tu perfil.
Normalmente, estas organizaciones no te cobran por prestarte este servicio, de modo que no te costará más caro reservar un curso a través de una agencia que hacerlo por tu cuenta. Son las escuelas quienes absorben este coste. No obstante, algunas agencias cargan un sobreprecio por el servicio ofrecido, en cuyo caso deberás evaluar si éste merece la pena.
Por último, estos profesionales te orientarán además sobre aspectos accesorios pero de gran utilidad como necesidad de visados, consejos sobre el viaje o los seguros, posibilidades de ocio y actividades extra-académicas en el lugar de destino, etc..
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