No existe el curso ideal. Del mismo modo que no existen reglas mágicas para asegurar la elección perfecta. Y no resulta sencillo. Habitualmente se marcan objetivos muy ambiciosos o se tienen unas expectativas que tienden a verse frustradas con facilidad, sobre todo porque no suelen basarse en datos o referencias objetivas. Son, en esencia, ilusiones formadas más por deseos que sobre información contrastable. Y es probablemente en este aspecto donde debe comenzar un adecuado asesoramiento o donde debe iniciarse una reflexión. En la información. Es cierto que, muchas veces, la información que se obtiene de determinadas fórmulas publicitarias no ayuda precisamente: aprenda idiomas en horas, sin esfuerzo, sin moverse, casi sin nada ... Y es posible que incluso en algunos casos se pueda producir el milagro. Pero para la mayoría de los mortales, la realidad es bien distinta. El aprendizaje requiere de tesón, perseverancia y una metodología y unas condiciones que faciliten el máximo aprovechamiento de ese esfuerzo. Los cursos en el extranjero son una importante contribución para avanzar y consolidar en el aprendizaje del idioma. La vivencia directa con la cultura, costumbres, hábitos y estilos de vida de cada país está íntimamente ligada a su forma de expresarse, a su idioma, y esto contribuye claramente a asentar su asimilación. Los progresos son indudables, siempre que se den las condiciones adecuadas. Aceptando esta base, ¿cómo elegir el curso más adecuado?. En primer lugar, hay que asumir el reto como una experiencia positiva,. Ekegido el idioma, existe una variedad de destinos, incluso dentro del mismo país, cuya elección es muy importante. Sentirse atraída o atraído por conocer el destino es un primer paso para hacer de la aventura una experiencia satisfactoria. En paralelo a esta elección y como parte de ella, el centro, sus instalaciones, la posibilidad de practicarla afición favorita, o la posibilidad de practicar un nuevo deporte, la ubicación, las facilidades de comunicación o distancia a lugares de interés, junto a cuantos detalles puedan recabarse del entorno, son importantes a la hora de encontrar el equilibrio entre esfuerzo-aprendizaje y ocio-disfrute. Por otro lado, el alojamiento. En familias, especialmente si se ofrece no compartir espacio con otro estudiante del mismo origen, tiende a incrementar la vivencia directa con el idioma, mientras que la residencia ofrece mayor seguridad, especialmente a padres de alumnos más jóvenes al desarrollarse todas las actividades en un recinto más controlado. Por el contrario, la coincidencia con alumnos del propio país y la tentación de “refugiarse” en el idioma que se domina, pueden aumentar. Edad, alojamiento y tipo de curso deben formar parte de un análisis donde el equilibrio parece la mejor recomendación posible. Y, por supuesto, el perfil del curso, asumiendo que la anteriores recomendación de equilibrio también es aplicable a factores como las horas lectivas, el número de alumnos por grupo y el coste del curso. Siempre sin olvidar opciones específicas como los cursos combinados con el aprendizaje de un deporte, o cursos más especializados en temáticas o áreas concretas: negocios, marketing, medicina, etc. En este aspecto, es importante destacar que los cursos en el extranjero ofrecen enormes ventajas para aquellos alumnos que parten ya con una base de conocimiento del idioma suficiente, pero no son probablemente la mejor opción para principiantes absolutos. En estos casos, es recomendable hacer un test de conocimientos previos de forma que pueda valorarse la alternativa de iniciarse en el idioma en el lugar de origen, antes de emprender una aventura con muchas posibilidades de convertirse en una frustración. Idioma, lugar, entorno, y perfil del curso, son elementos importantes de elección, aparentemente obvios, pero que conviene separar para tomar las decisiones de la forma más racional posible. Enumerar las múltiples opciones de cursos, combinaciones y especialidades disponibles no tiene ningún sentido en este artículo: probablemente tantos como cada uno quiera. Para casi todas las edades. En grupos o individuales. Con alojamiento en familias o en residencias. Con cursos en grupos o individuales. Solos o combinados con ocio. Como referencia, mencionar que sólo en Always disponemos de una variedad de más de 100 cursos para casi todas las edades y todos los gustos. Y existen muchos centros de formación. La cuestión, por tanto, no parece estar en la oferta, sino en la elección. En asumir que el mejor curso para cada uno es el que cada cual elija. En disipar las dudas para afrontar el proyecto con plena confianza. Sin aceptar necesariamente que la experiencia de algún conocido sea reproducible en nuestro caso. Y la mejor recomendación para ello es, sin duda, la información: solicitar detalles del sitio, el centro, el entorno, el tipo de curso, y detalles de las características de lo que realmente estamos contratando: lo que incluye y lo que no incluye el programa. No hay que olvidar que muchas frustraciones se producen precisamente por una información incompleta o inexacta. Los imprevistos o posibles incidencias pueden resultar inevitables, pero pueden resolverse. La generación de una falsa expectativa, difícilmente. Antes, todavía queda un factor clave: la organización con la que realzar esta experiencia. La agencia o centro de idiomas con quién contratamos el curso. En este caso, todas las recomendaciones que se consideran en la contratación de cualquier servicio serían aplicables: disponer de referencias, preguntar la pertenencia a asociaciones que velen por la buena práctica en la gestión de este tipo de servicios, la fecha de creación, ,los horarios de apertura del centro –importante para resolver posibles contingencias o imprevistos durante los cursos—y cualquier otra información que contribuya a que el curso se gestionas bajo un prisma de confianza y colaboración. En esto, los cursos de idiomas en el extranjero no son distintos: si la información es adecuada, la gestión del programa se desarrolla bajo principios de profesionalidad y servicio, y se logra un clima de confianza y transparencia, las probabilidades de éxito y de satisfacción sobre la experiencia de aprendizaje, están casi aseguradas.
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