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La clave de la información

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Cristina Hurtado, Directora de Always School of Languages

No existe el curso ideal. Del mismo modo que
no existen reglas mágicas para asegurar la elección perfecta.
Y no resulta sencillo. Habitualmente se marcan objetivos muy ambiciosos o
se tienen unas expectativas que tienden a verse frustradas con facilidad,
sobre todo porque no suelen basarse en datos o referencias objetivas. Son,
en esencia, ilusiones formadas más por deseos que sobre información
contrastable.


Y es probablemente en este aspecto donde debe comenzar un adecuado asesoramiento
o donde debe iniciarse una reflexión. En la información.


Es cierto que, muchas veces, la información que se obtiene de determinadas
fórmulas publicitarias no ayuda precisamente: aprenda idiomas en
horas, sin esfuerzo, sin moverse, casi sin nada ... Y es posible que incluso
en algunos casos se pueda producir el milagro. Pero para la mayoría
de los mortales, la realidad es bien distinta. El aprendizaje requiere
de tesón, perseverancia y una metodología y unas condiciones
que faciliten el máximo aprovechamiento de ese esfuerzo.


Los cursos en el extranjero son una importante contribución para
avanzar y consolidar en el aprendizaje del idioma. La vivencia directa
con la cultura, costumbres, hábitos y estilos de vida de cada país
está íntimamente ligada a su forma de expresarse, a su idioma,
y esto contribuye claramente a asentar su asimilación. Los progresos
son indudables, siempre que se den las condiciones adecuadas. Aceptando
esta base, ¿cómo elegir el curso más adecuado?.


En primer lugar, hay que asumir el reto como una experiencia positiva,.
Ekegido el idioma, existe una variedad de destinos, incluso dentro del
mismo país, cuya elección es muy importante. Sentirse atraída
o atraído por conocer el destino es un primer paso para hacer de
la aventura una experiencia satisfactoria.


En paralelo a esta elección y como parte de ella, el centro, sus
instalaciones, la posibilidad de practicarla afición favorita, o
la posibilidad de practicar un nuevo deporte, la ubicación, las
facilidades de comunicación o distancia a lugares de interés,
junto a cuantos detalles puedan recabarse del entorno, son importantes
a la hora de encontrar el equilibrio entre esfuerzo-aprendizaje y ocio-disfrute.


Por otro lado, el alojamiento. En familias, especialmente si se ofrece
no compartir espacio con otro estudiante del mismo origen, tiende a incrementar
la vivencia directa con el idioma, mientras que la residencia ofrece mayor
seguridad, especialmente a padres de alumnos más jóvenes
al desarrollarse todas las actividades en un recinto más controlado.
Por el contrario, la coincidencia con alumnos del propio país y
la tentación de “refugiarse” en el idioma que se domina,
pueden aumentar. Edad, alojamiento y tipo de curso deben formar parte de
un análisis donde el equilibrio parece la mejor recomendación
posible.


Y, por supuesto, el perfil del curso, asumiendo que la anteriores recomendación
de equilibrio también es aplicable a factores como las horas lectivas,
el número de alumnos por grupo y el coste del curso. Siempre sin
olvidar opciones específicas como los cursos combinados con el aprendizaje
de un deporte, o cursos más especializados en temáticas o áreas
concretas: negocios, marketing, medicina, etc.


En este aspecto, es importante destacar que los cursos en el extranjero
ofrecen enormes ventajas para aquellos alumnos que parten ya con una base
de conocimiento del idioma suficiente, pero no son probablemente la mejor
opción para principiantes absolutos. En estos casos, es recomendable
hacer un test de conocimientos previos de forma que pueda valorarse la
alternativa de iniciarse en el idioma en el lugar de origen, antes de emprender
una aventura con muchas posibilidades de convertirse en una frustración.


Idioma, lugar, entorno, y perfil del curso, son elementos importantes
de elección, aparentemente obvios, pero que conviene separar para
tomar las decisiones de la forma más racional posible. Enumerar
las múltiples opciones de cursos, combinaciones y especialidades
disponibles no tiene ningún sentido en este artículo: probablemente
tantos como cada uno quiera. Para casi todas las edades. En grupos o individuales.
Con alojamiento en familias o en residencias. Con cursos en grupos o individuales.
Solos o combinados con ocio. Como referencia, mencionar que sólo
en Always disponemos de una variedad de más de 100 cursos para casi
todas las edades y todos los gustos. Y existen muchos centros de formación.


La cuestión, por tanto, no parece estar en la oferta, sino en la
elección. En asumir que el mejor curso para cada uno es el que cada
cual elija. En disipar las dudas para afrontar el proyecto con plena confianza.
Sin aceptar necesariamente que la experiencia de algún conocido
sea reproducible en nuestro caso. Y la mejor recomendación para
ello es, sin duda, la información: solicitar detalles del sitio,
el centro, el entorno, el tipo de curso, y detalles de las características
de lo que realmente estamos contratando: lo que incluye y lo que no incluye
el programa. No hay que olvidar que muchas frustraciones se producen precisamente
por una información incompleta o inexacta. Los imprevistos o posibles
incidencias pueden resultar inevitables, pero pueden resolverse. La generación
de una falsa expectativa, difícilmente.


Antes, todavía queda un factor clave: la organización con
la que realzar esta experiencia. La agencia o centro de idiomas con quién
contratamos el curso. En este caso, todas las recomendaciones que se consideran
en la contratación de cualquier servicio serían aplicables:
disponer de referencias, preguntar la pertenencia a asociaciones que velen
por la buena práctica en la gestión de este tipo de servicios,
la fecha de creación, ,los horarios de apertura del centro –importante
para resolver posibles contingencias o imprevistos durante los cursos—y
cualquier otra información que contribuya a que el curso se gestionas
bajo un prisma de confianza y colaboración.


En esto, los cursos de idiomas en el extranjero no son distintos: si la
información es adecuada, la gestión del programa se desarrolla
bajo principios de profesionalidad y servicio, y se logra un clima de confianza
y transparencia, las probabilidades de éxito y de satisfacción
sobre la experiencia de aprendizaje, están casi aseguradas.




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