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Editorial
Las sociedades complejas requieren respuestas múltiples a fenómenos múltiples. En nuestro sistema educativo actual coinciden distintas necesidades y demandas al mismo tiempo y no existe una fórmula mágica que, de golpe, solucione todos los problemas.
Cuando se habla mucho de educación, pero los presupuestos prácticamente no crecen, algo falla. Cuando las leyes se tienen que reformar cada legislatura, algo falla. Cuando el informe PISA de la OCDE sitúa los conocimientos comparados de matemáticas, comprensión lectora y cultura científica de los estudiantes españoles en estrato inferior, algo falla. Que aún el 25% de los jóvenes no obtenga el título de graduado en educación secundaria a la edad teórica que corresponde, significa que algo falla.
De todas maneras, este mismo informe señala, por el lado positivo, que el sistema educativo español es de los más igualitarios.
La cuestión es conseguir que la igualdad del sistema educativo, conlleve una igualdad de oportunidades, pero también en un marco "competitivo” internacional. En un mundo donde la formación y el conocimiento serán uno de los elementos diferenciales de las sociedades. En un mundo donde se valora el esfuerzo y la asunción de responsabilidades, pero también el apoyo a los que necesitan un trato o unas herramientas distintas a la media.
La recomendación de la OCDE sugiere que se impulse la autonomía de los centros y la descentralización de las competencias educativas a las autoridades más cercanas a los estudiantes, familias y docentes.
Esta mayor autonomía y acercamiento puede facilitar una acción de personalización de las respuestas a las necesidades particulares.
¿Qué tipo de necesidades y que tipo de soluciones, puede uno preguntarse?
El informe una educación de calidad para todos y entre todos es la propuesta para el debate que el Ministerio de Educación y Ciencia ha puesto encima de la mesa.
Con un talante distinto al de su antecesora, la actual ministra María Jesús San Segundo propone en un informe una serie de preguntas a partir de un diagnóstico a mi parecer certero y no sesgado. En él, la prevención de las desigualdades y el trato de la diversidad tienen un rol central.
En relación con la educación primaria, la principal propuesta del informe sugiere la necesidad de adoptar medidas preventivas específicas para el alumnado con especiales dificultades de aprendizaje, desde el momento en que se detecten estas necesidades en el proceso de evaluación continua. Las posibles soluciones son los llamados grupos flexibles, una oferta de más horas de trabajo en el centro, actividades complementarias, planes especiales de refuerzo para los meses de verano o, incluso, permanencia de un año más (máximo) en el mismo ciclo. Un examen en el cuarto curso de primaria serviría para diagnosticar la evolución de los aprendizajes del alumnado. En la propuesta se apela al imprescindible compromiso de cooperación pedagógica entre padres y profesores.
En relación con la educación secundaria, las palabras clave serán Flexibilidad y Diversificación en las opciones y programas educativos, según necesidades, aptitudes e intereses. Se pretende que cada alumno que lo necesite pueda adaptar su currículo a la división o desdoble de los grupos en matemáticas y lengua extranjera y a la oferta de materias optativas. Se sugiere que las administraciones educativas podrán proponer medidas de refuerzo complementarias a las ya citadas, con programas de tutorías por pares y de mentores.
Se busca también, desde este informe para el debate, que los jóvenes mayores de 16 años y menores de 21 que no consigan los objetivos mínimos ni ningún título puedan seguir programas de iniciación profesional o la realización simultánea o sucesiva de pasarelas formativas para obtener una cualificación profesional de primer nivel, para luchar contra la exclusión social.
La cuestión está en que los 178 estudiantes de primaria y secundaria de origen extranjero que hay actualmente en las aulas del Estado requieren un apoyo especial. Como lo requieren todos aquellos adolescentes que en esta etapa de cambio no se encuentran bien en los institutos y caen en lo que llamamos "fracaso escolar”. También tenemos que pensar en los estudiantes que por discapacitación de cualquier tipo o por ser superdotados requieren soluciones distintas a las generales.
Hay respuestas de dos tipos: las de carácter psicopedagógico y curricular y las que tienen que ver con la organización de las aulas y los centros.
En esta monografía de Educaweb encontraremos algunas ideas interesantes planteadas por personas que. día a día, se encuentran con la dura, pero a su vez, gratificante tarea de dar herramientas y consejos a cada uno de sus alumnos y sus familias.
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