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El papel de los educadores frente a los medios de comunicación social

Artículo de opinión

Según una información recogida por el diario La voz de Galicia del 29 de noviembre de 2004, los niños y jóvenes españoles dedican un promedio de 3,5 horas diarias a ver la televisión, lo que supone más de mitad de la jornada escolar.


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Juan Luis Bravo Ramos, Profesor Titular de Universidad, Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad Politécnica de Madrid
Si sumamos los fines de semana, donde el consumo aumenta, podemos establecer que a lo largo de una semana nuestros niños y ado-lescentes dedican unas 25 horas a ver la televisión frente a unas 30 horas lectivas. A estas horas de televisión hay que sumarle las que dedican a las videoconsolas y juegos de ordena-dor, cada vez más, y, a medida que van siendo mayores y disponen de conexión a Internet, a navegar por la red y a sesiones de charla y mensajería electrónica. Cuando aumenta el tiempo dedicado a esta última ocupación disminuye el que los adolescentes dedican a ver la televisión.
La formación que reciben nuestros alumnos, hace ya mucho tiempo, ha dejado de provenir de la familia y de la escuela exclusivamente. La información se ha universalizado y ha adquirido proporciones inabarcables y, a su vez, gran parte de ella se ha banalizado con el objetivo de llegar al mayor número posible de receptores y hacer que sus mensajes sean asimilados con facilidad. Mientras la televisión apuesta por fórmulas carentes de la más mínima exigencia inte-lectual con el único fin de atraer audiencias masivas, Internet, que se caracteriza por la libertad de expresar ideas y pensamientos y que cualquier ciudadano pueda ser proveedor de conteni-dos, presenta el inconveniente de que toda esta información se publica sin el más mínimo con-traste.
Mientras tanto, la prensa y otros medios de comunicación como la radio mantienen una cierta dignidad en sus planteamientos culturales e informativos pero, casi siempre, al dictado del gru-po de presión que los promueve.
¿Qué podemos hacer los educadores ante esta situación?
Lógicamente, debemos reconocer esta situación y con nuestros alumnos asumir un triple papel que consiste en:

1.Interpretar desde el punto de vista más objetivo posible los mensajes de los medios.
Teniendo en cuenta que nosotros también somos usuarios de ellos que, como tales, esta-mos sometidos a su influencia. En este sentido, hemos de tener presente que los usuarios de los medios tienden a leer y a escuchar aquellas informaciones que están de acuerdo con su forma de pensar y omiten aquellas que se le oponen. Cada cual interpreta de manera dis-tinta los mensajes, lo que depende de sus actitudes, creencias y valores. En este sentido, las variables más significativas son: edad, nivel educativo, filiación ideológica, sexo, lugar de re-sidencia, etc.
Como indicaba el profesor Sarramona en el II Congreso Nacional de Pedagogía (1987), los medios de comunicación de masas tienen, por tanto, un efecto eminentemente reforzador de predisposiciones ya existentes, pero cuando éstas no existen o no están bien fundamentadas, su efecto reiterativamente paradigmático las crea o modifica.
La opinión pública, en muchos casos, no se crea directamente por las informaciones que apa-recen en los medios, sino por la interpretación que otras personas hacen de esas informacio-nes. Son los llamados líderes de opinión, muchas veces interesada, que aparecen en una ter-tulia de radio o que ejercen el liderazgo intelectual en determinados colectivos: amigos, lugar de trabajo, familia, etc.
La función del profesor en este apartado consiste en dar los datos suficientes y bien docu-mentados para que los alumnos puedan interpretar, excluyendo cualquier sesgo, la informa-ción de los medios y que los alumnos puedan tener un pensamiento independiente. El profe-sor actuaría como un líder de opinión, en este caso, desinteresado.

2.Desmitificar el medio impulsando su empleo como recurso expresivo.
Los niños son vulnerables a los efectos de la TV y de los videojuegos, tanto por el carácter hipnotizador de estos medios como por su proximidad a la vida real. Pueden cambiar sus es-quemas emocionales cuando estos sean débiles o estén mal integrados en su ambiente so-cial. Lo que les puede llegar a:
-Confundir lo real con lo que aparece en la ficción.
-Simplificar el mensaje en forma binaria: Buenos-Malos.
-Proyectarse sobre los héroes y creer que influyen sobre él.
-Ser incapaces de unir comienzo, nudo y final.
Una manera de desmitificar los medios es utilizándolos y realizando experiencias con ellos. La desmitificación de los medios vendrá, principalmente, de la mano de dos acciones:
·Su empleo en el aula como recursos didácticos. Es decir, la televisión, Internet, la prensa y otros medios de comunicación son fuentes de información y de formación que pueden ser empleados en nuestra labor diaria en el aula. En unos casos, como referentes de la actualidad que nuestros alumnos deben conocer y, en otros, como complemento y suplemento de los temas tratados en clase. En este último aspecto, el vídeo y, sobre todo, Internet son particularmente interesantes. En cuanto a la prensa, puede ser un medio de aprendizaje mediante el estudio y análisis de los contenidos. Donde, además de leer, se puede recortar y pegar, elaborar dossieres sobre distintos temas, hacer viñetas, colorear o trabajar con la palabra impresa, sobre todo los titula-res, emplearla como materia prima en ejercicios de pre-escritura, escritura, elabora-ción de composiciones para folletos, carteles, portadas, etc.
·Su empleo como recursos expresivos para que los alumnos puedan crear sus pro-pios mensajes. Esto, que es fácil con el vídeo (donde los alumnos pueden emplear la cámara y unos pocos medios de edición para expresarse), es especialmente intere-sante con Internet. En la red cabe todo y es muy sencillo crear una página web en el centro educativo con secciones mantenidas por los propios alumnos. Sin descartar otras opciones como las comunidades virtuales o las Weblog.
La prensa como recurso expresivo permite la elaboración de un periódico escolar. Aquí se debe poner de manifiesto todo lo relacionado con la redacción del periódico: secciones, géneros periodísticos, libro de estilo, documentación, investigación, com-posición y maquetación, impresión y distribución.

3.Analizar los contenidos de los medios
Es conveniente que nuestros alumnos y alumnas, además de estar informados, tengan un cono-cimiento lo más científico y completo que sea posible sobre el lenguaje, la estructura y el funcio-namiento de los medios de comunicación.
El análisis de los contenidos tratará aspectos tales como la forma de leer la prensa, ver la televi-sión o navegar por Internet, la objetividad y subjetividad de la información, la orientación y tenden-cias ideológicas de los medios, criterios de selección de los contenidos, análisis de los mensajes publicitarios, etc. El tutor/orientador deberá trabajar con los medios para lograr los siguientes obje-tivos:
·Estructurar, organizar y sistematizar el conjunto de las informaciones.
·Completar y profundizar en algunas de ellas.
·Invitar a contrastar, comprobar e investigar sobre ciertas informaciones.
·Fomentar la actitud crítica y el análisis.
·Fomentar el gusto artístico y estilístico.
·Analizar los papeles de la vida adulta.
·Favorecer el análisis de los programas.
·Ejercitar al alumnado en la expresión del idioma.
Al ser estos medios de comunicación un reflejo de la vida diaria, es muy interesante que el alumno interprete y analice lo que allí se narra. Ello le permite un seguimiento del presente en el que vive y, a la vez, ir forjando su espíritu crítico para que sepa interpretar los medios, que sea capaz de diferenciar entre la información y la opinión, que distinga el carácter de los distintos medios, que interprete los grados de subjetividad con que tratan las noticias, que pueda distinguir entre las distintas secciones y géneros periodísticos, conociendo de antemano las informaciones meramen-te publicitarias y que pueda llegar a discernir entre la verdad, la media verdad y la falsedad y for-mar así su propia opinión.
En el caso de Internet, donde la información es publicada por cualquier persona o entidad sin que nadie le otorgue un certificado de validez, los alumnos deberían ser capaces de discernir entre los contenidos carentes de rigor y aquellos otros que proceden de fuentes bien documentadas.
Este análisis crea nuevas perspectivas en los alumnos:
·Desaparece el "respeto" a la letra impresa y a la televisión como fuente incuestionable y afianza en ellos la lectura.
·Crea curiosidad para indagar en las causas y efectos de los acontecimientos reseñados.
·Produce un acercamiento a las realidades que reflejan los medios.
·Permite la convivencia entre alumnos y la aproximación entre ellos al trabajo con una tarea conjunta.

Conclusiones
La presencia de los medios de comunicación (prensa, televisión, Internet…) en la sociedad actual es incuestionable y nuestra actitud como docentes ante ellos debe ser aprovechar su potencial expresivo dentro de nuestras actividades docentes. Podemos trabajar los contenidos en el modo en el que estos se elaboran para hacerles comprender que los mensajes que vehiculan son una interpretación más de otras posibles. El objetivo es crear personas autónomas y críticas frente a estos mensajes mediáticos, que sean capaces de aprovechar sus contenidos para su formación presente y futura, y que estén preparados para vivir en la sociedad de la información en la que estamos inmersos.
La televisión e Internet son los medios más poderosos a la hora de influir en nuestros alumnos, pero si un niño se acostumbra a manejar la prensa y ve que es objeto de comentarios y un ele-mento estimulador de encuentro entre los mayores, se acercará paulatinamente a ésta.
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