Mobbing, burn-out, riesgos laborales, intermediación en la negociación colectiva, políticas de desarrollo local, yacimiento de empleo, buscador on-line de ofertas de empleo, son algunas de las palabras que hace 20 años no estaban en los diccionarios. En algún caso, la Academia de la Lengua aún no las ha incorporado. En cambio forman parte del lenguaje popular de una buena parte de los ciudadanos. Este desfase filológico evidencia la revolución que ha sufrido el mercado de trabajo y, por lo tanto, las disciplinas académicas que pretenden comprenderlo o, al menos, intentarlo manejar de la forma más eficiente posible.
Antes de la democracia, todo lo que tenía que ver con el trabajo era pura aplicación mecánica de la normativa laboral. Las relaciones empresa-trabajador estaban sometidas a una visión cuando clasista o paternalista, según los casos y, la gestión de los recursos humanos prácticamente no existía.
En la actualidad, en cambio, como señala muy bien Sergi Serrano en uno de los artículos de este monográfico las disciplinas del ámbito del trabajo y las relaciones laborales pretenden preparar a profesionales que adquieran competencias en tres aspectos del mundo laboral: la gestión de la información, la gestión de los recursos humanos y la gestión del entorno en el que se mueve.
Un profesional que "...identifica, recoge y elabora información...” de tipo laboral para desempleados, empleados, empresas y administraciones.
Un profesional que mediante su iniciativa, su capacidad de comunicación, de empatía y de trabajar en equipo colabora desde su puesto en la mejora de las organizaciones y las condiciones laborales desde la visión que su capital humano es la pieza clave para el éxito de todos.
Un profesional capaz de detectar los cambios en el entorno y comprender que consecuencias tienen para su organización y/o las personas. Por ejemplo, porqué interpreta adecuadamente como nos afectará la integración de la economía española en la Europa de los 25 a partir de la Cumbre de Lisboa y en un mundo globalizado. O también porqué sabe comprender que lo que se ha llamado Responsabilidad Social Corporativa tras el Pacto Mundial de las Naciones Unidas de 31 de enero de 1999 debería mejorar el quehacer de su empresa, para mejorar las buenas prácticas empresariales, y quizás, entre todos, cambiar el paradigma de las relaciones laborales en el mundo.
En definitiva, un profesional del ámbito del trabajo útil y necesario, a pesar de la heterogeneidad de sus posibles funciones.
