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¿Formación ...o... educación ambiental?

Artículo de opinión

La diferencia expresada en el título nos introduce directamente en lo que entendemos que es el fondo de la cuestión, al insinuar que los conocimientos, y aún mejor las actitudes ambientales, de un profesional de empresa no deberían nacer de la formación que recibe a posteriori de su incorporación al mundo empresarial, si no de la educación que asume durante su formación básica anterior.


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Alfredo Garcí García-Blanco, Ingeniero Industrial, Director del MEC@ (Master en Empresa y Calidad Ambiental) de la Salle. Campus Barcelona
Como de lo que debería ser a lo que realmente es media un gran trecho. Hoy en día los responsables empresariales no han recibido todavía esa educación básica ambiental, por lo que no queda más remedio que capacitarlos para sus nuevas responsabilidades ambientales mediante la adecuada formación post-grado en estas complejas materias. No obstante insistimos en que ésta es más una cuestión de actitudes básicas que no de aptitudes adquiridas.

Vamos a profundizar un poco más en todo ello a base de reflexionar en qué consiste esta moda del Medio Ambiente y cómo tratábamos en generaciones anteriores esta temática. Comencemos por afirmar que la visión actual del Medio Ambiente no es otra cosa que la reciente percepción de un grave problema que afecta tanto a la presente generación, que es la que ha tomado conciencia de la gravedad de la situación, como sobre todo a las futuras generaciones. En síntesis: El Medio Ambiente no existe, es sólo la percepción actual de un grave problema de carácter global.

Además las causas de esta nueva y negativa situación son exclusivamente de origen humano y en cambio sus efectos afectan gravemente a todas las especies del planeta. Es un atentado a la vida cometido por la especie humana.

La cuestión clave es cómo corregir estos efectos sin retroceder en el desarrollo de nuestra sociedad: el famoso desarrollo sostenible. Llegados a este punto debemos ser radicalmente optimistas al reconocer todo lo que en sólo cincuenta años se ha detectado e incluso corregido. Por solamente citar el último ejemplo significativo recordemos la reciente adhesión de Rusia al Protocolo de Kyoto, con lo que se alcanza el quórum necesario para que esta ambiciosa política de lucha efectiva contra el cambio climático pueda entrar en vigor.

La generación que está a punto de abandonar el mundo laboral activo aún recordará que en su infancia estudiaba una asignatura que más o menos respondía al nombre de Urbanidad, en la que se recibía la educación necesaria para saber convivir en la urbe sin dificultades de relación con el medio urbano y con sus pobladores. En cambio las generaciones que ahora se incorporan al mundo laboral no recibieron ni siquiera esta educación básica, cuando el problema actual es infinitamente superior. Ahora ya no hablamos de la urbe si no de la aldea global (el planeta), y tampoco hablamos de convivencia si no de algo mucho más trascendente: la supervivencia de las especies y por tanto de la sociedad humana.

Desde el MEC@ (Master en Empresa y Calidad Ambiental) de La Salle facilitamos a los nuevos gestores empresariales los conocimientos necesarios para combatir con éxito los efectos de la contaminación que su empresa padece y evitar las causas de la que genera. Pero es el conjunto de la sociedad quién debe inculcar desde la infancia los valores necesarios para que esta problemática ni tan solo llegue a manifestarse como grave problema empresarial.
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