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El ambientólogo/ga: un nuevo perfil profesional para los retos medioambientales del siglo XXI
Artículo de opinión
EL MERCADO MEDIOAMBIENTAL La cifra actual del mercado medioambiental a escala mundial, según estimaciones de la OCDE, se sitúa alrededor de los 330.000 millones de euros, y su previsión de crecimiento es espectacular,
El mercado en España se ha visto impulsado de manera significativa a partir de la entrada en la Unión Europea y especialmente en la última década. El incremento de la conciencia medioambiental, la adaptación a los altos estándares de calidad de la UE a través de la transposición de la legislación básica de medio ambiente, así como la inyección de fondos estructurales y de cohesión para financiar inversiones medioambientales, ha incrementado la calidad de nuestro entorno de manera significativa a pesar del crecimiento económico experimentado. En la actualidad, el mercado medioambiental español alcanza un tamaño que le sitúa en los 10.800 millones de euros (1,8 billones de pesetas, 1,6% del PIB), con un empleo superior a las 200.000 personas, vinculados principalmente a la gestión del agua y de los residuos. El 41 % de los trabajadores de este sector tiene una titulación universitaria de grado superior o medio, mientras que el 39% carece de ella.
Aunque se estima que el empleo asociado a las actividades medioambientales representa en torno al 1-3% de la población activa en el ámbito comunitario (1,2% en el caso español), la mayor parte de los puestos de trabajo no corresponden a nuevos perfiles profesionales, sino que constituyen puestos de trabajo tradicionales que actualmente se contabilizan en este sector.
TENDENCIAS EN LA GESTIÓN AMBIENTAL EN LA EMPRESA
La gestión ambiental en la empresa está experimentando importantes cambios. Ello hace que se amplie el ámbito de actuación del Responsable Medioambiental, apareciendo nuevas funciones emergentes.
Según un estudio realizado por la Fundació Fòrum Ambiental en el año 2001 titulado El perfil del profesional del responsable de medio ambiente en las organizaciones (Ronco D. et al, 2001) las principales tendencias en la gestión ambiental en la empresa se centran en:
- Tendencia a la proactividad: Se detecta un cambio en la visión de las empresas hacia a la protección del medio ambiente, que se manifiesta en la tendencia a prevenir riesgos ambientales en lugar de actuar una vez producidos dichos riesgos. La función del Responsable Medio Ambiental adquiere un carácter estratégico, de forma que su peso en las decisiones de la compañía es cada vez mayor. Este cambio de mentalidad requiere necesidades de formación específicas para el Responsable Medioambiental, que ha de tener una visión proactiva y ha de ser capaz de aplicar los conceptos de la mejora continua en el día a día de la empresa, identificando oportunidades de cambio y de mejora para la competitividad de la empresa.
- Tendencia a la integración del medio ambiente, la calidad y la seguridad laboral: La integración de los tres sistemas constituye un fenómeno emergente en las empresas. Las similitudes entre los sistemas no sólo permiten optimizar recursos aprovechando posibles sinergias sino que además posibilitan una mayor vinculación de los sistemas con la estrategia de la empresa y la mejora de la calidad de la gestión. De confirmarse esta tendencia, la formación de los futuros Responsables Medioambientales deberá proporcionar los conocimientos necesarios sobre calidad, seguridad laboral y medio ambiente y sobre cómo gestionarlos de forma integral.
- Carácter trascendente de la función: Las actividades del Responsable Medioambiental trascienden no sólo a su departamento sino incluso a la propia empresa, de forma que para llevar a cabo su trabajo tiene que relacionarse con una gran diversidad de personas, tanto a nivel interno de las organizaciones como a nivel externo. Ello tiene implicaciones importantes para la formación, que ha de reforzar las competencias personales de los Responsables Medioambientales para que puedan relacionarse de forma efectiva con multiplicidad de actores.
NECESIDADES DETECTADAS Y PERFIL DEMANDADO DEL RESPONSABLE MEDIOAMBIENTAL
Una de las principales características del perfil de Responsable Medio Ambiental es que para desarrollar correctamente esta función se necesitan tres tipos de competencias: competencias técnicas (competencias puramente técnicas y competencias técnicas estratégicas, organizativas (relacionadas con la gestión del sistema) y relacionales (necesarias para llevar a cabo las funciones de comunicación interna y externa, sensibilización y formación) (Ronco D. et al, 2001). Si bien esta característica es común a la mayoría de los perfiles directivos, el caso del Responsable Medioambiental es especialmente significativo al requerir las tres competencias en una proporción muy similar.
Un análisis del perfil más solicitado en el campo de la naturaleza y el medio ambiente nos permite obtener las siguientes características:
Formación
Titulación universitaria.
· Ingeniería: ingeniero industrial, ingeniero químico, ingeniero agrícola.
· Licenciatura: ciencias ambientales, biología, geología, geografía, química.
Especialización ambiental.
· Máster en materia medioambiental.
· Conocimientos amplios en materia de normativa ambiental.
Experiencia
· Como técnico de medio ambiente o en área de producción en empresas del sector.
· En puestos similares.
· En empresas consultoras de medio ambiente, administración, ingenierías de medio ambiente o instituciones especializadas en este ámbito.
· En certificación de calidad.
· Dominio de energía, impacto ambiental, sostenibilidad, aire, ruido y agua.
Habilidades
· Capacidad de relación.
· Mentalidad analítica.
· Persona planificadora y previsora.
· Capacidad resolutiva y de gestión de conflictos.
· Capacidad de negociación con la Administración.
· Dotes de liderazgo.
· Gestor de equipos humanos.
Funciones
· Diseño de proyectos.
· Visitar clientes.
· Confeccionar ofertas y presupuestos.
· Negociar y cerrar acuerdos.
· Coordinar equipos de trabajo.
OFERTA FORMATIVA
El análisis cuantitativo de los contenidos ofertados en el campo formativo medioambiental en Cataluña para el año 2001 indicaba el siguiente grado de cobertura de las diferentes competencias identificadas por el perfil anteriormente expuesto (Ronco D. et al, 2001).
- Competencias técnicas: 49%
- Competencias organizativas: 32%
- Competencias relacionales: 11%
- Competencias estratégicas: 8%
De la comparación entre la oferta y el perfil ideal propuesto se extraen las siguientes conclusiones (Ronco D. et al, 2001):
· Fuerte inclinación de la oferta hacia los contenidos técnicos y organizativos.
· Enfoque formativo fundamentalmente centrado el interés de las empresas por dar respuesta a sus problemas ambientales, dejándose de lado enfoques más proactivos hacia el medio ambiente.
· Escasa atención a cuestiones que exigen competencias relacionales, como la implementación y gestión de procesos de cambio, las estrategias para la sensibilización y formación o la comunicación interna y externa.
· Las competencias transversales, propias de los perfiles directivos, carecen de un ámbito formativo propio dentro del sector, a pesar de la importancia de la adquisición de competencias que permitan dirigir equipos, impulsar procesos de cambio, organizar el trabajo y comunicar eficientemente.
Las necesidades de formación de las empresas del sector ambiental se encuentran muy repartidas. No obstante, destaca que un buen número de empresas están interesadas en la formación sobre conocimientos generales de la problemática ambiental; esto es debido a la multidisciplinariedad de este sector, que hace que sean necesarias personas que estén formadas en diferentes campos que tengan además una visión general de la problemática ambiental.
El tratamiento de los residuos y del agua son dos campos donde las empresas valoran mucho poseer cualificaciones. De forma coincidente, estos dos subsectores proporcionan actualmente el mayor número de empleos ambientales.
La implantación de sistemas de gestión medioambiental, los estudios de impacto ambiental (EIA), las técnicas de prevención y las auditorías medioambientales son aspectos muy demandados y poco tratados en la actual oferta formativa universitaria (con la excepción del EIA que cuenta en los programas de la licenciatura en Ciencias Ambientales y en algún otro programa universitario); y todos ellos van más allá de las medidas correctoras de la contaminación -donde se situaba hasta hace algunos años la casi totalidad de la actividad ambiental- dirigiéndose hacia una política de prevención. Son campos medioambientales desarrollados en su gran mayoría por las empresas de consultoría y se espera que experimenten un fuerte crecimiento en un futuro próximo.
Además existen numerosos aspectos donde se considera importante la formación como en temas legislativos, desarrollo de modelos de gestión y nuevas tecnologías, estudios de eficiencia, gestión de las empresas, protección de la naturaleza, y otros aspectos.
PREVISIONES DE DEMANDA
Según las previsiones de algunas encuestas realizadas al sector empresarial (García-Ormaechea, S. Alonso, C. 2004, Fundación Entorno, 2001), la mayor demanda de nuevos profesionales en el sector ambiental se centra en el nivel de titulados superiores universitarios, que en conjunto suponen un 45% de las previsiones de nuevos empleos. De estos, más de la mitad, (el 25% del total), son titulados de carreras científicas (ambientólogos, biólogos, geógrafos), el 17% proceden de carreras técnicas (ingenieros). La presencia de estos titulados aumentará en este sector, ya que actualmente ocupan únicamente el 26% del total de los empleos.
En relación a los sectores de actividad en los cuales existe una mayor demanda de perfiles profesionales relacionados con el medio ambiente se obtienen los siguientes resutados (García-Ormaechea, S. Alonso, C. 2004):
· Consultoría y evaluación de impacto ambiental (21%).
· Sistemas de gestión de la calidad y medio ambiente (21%).
· Tecnología ambiental industrial (20%).
· Gestión del medio natural (10%).
· Gestión ambiental en la administración (8%).
· Formación y educación ambiental (5%).
· Investigación (3%).
· Otros (3%).
EL AMBIENTÓLOGO/GA COMO NUEVO PERFIL PROFESIONAL
A raíz de lo expuesto con anterioridad surge la necesidad de buscar un perfil multidisciplinar y transversal que sea capaz de comprender y asimilar los diferentes lenguajes que el medio ambiente lleva incorporado. Dicha necesidad hizo surgir en el año 1994 la licenciatura en Ciencias Ambientales (que dos años antes se había empezado a impartir como título propio en la Universitat Autònoma de Barcelona, UAB). El nuevo perfil profesional del ambientólogo permitió la integración de todo un conjunto de disciplinas científico-técnicas (biología, geología, geografía, física, química, sociología, economía, política, etc.) para dar respuesta a los nuevos retos medioambientales: la aplicación de una legislación ambiental cada vez más estricta y atrevida, el surgimiento de nuevas problemáticas y realidades ambientales, la aparición de nuevas tecnologías y el florecimiento de nuevas preocupaciones y percepciones socioambientales.
Esta nueva figura profesional, que se encuentra entre las licenciaturas con uno de los crecimientos más rápidos en todo el país (como se ha comentado en 1992 se iniciaron los estudios en la UAB como título propio mientras que hoy, en 2004, ya son 33 las universidades españolas que imparten la licenciatura, y son cerca de 3.000 los nuevos licenciados que aparecen anualmente en todo el estado), se encuentra en pleno auge en relación a su incorporación en el mercado laboral.
Un estudio sobre los campos de actividad profesional de los licenciados en Ciencias Ambientales realizado por la Associació Catalana de Ciències Ambientals (ACCA) en el año 2004 rebeló que existían más de 80 campos de actuación, repartidos en 22 áreas temáticas, en las que de dicho profesional podía trabajar en relación con el medio ambiente. Es por ello que en la actualidad no existe ninguna figura profesional de corte generalista en el sector medioambiental que converja con los actuales estudios de Ciencias Ambientales. A pesar de ello, existen otras licenciaturas que, como es evidente, tienen en el medio ambiente su ámbito de actuación (biología, geología, geografía, ingeniería agrícola, etc.) y su acción no debe, en ningún caso, verse restringida por la nueva aportación del ambientólogo/a, sino que debe observarse éste último como un complemento a los actuales equipos de trabajo del sector.
En una encuesta realizada a nivel estatal a 105 empresas del sector ambiental se destacaba la presencia de dicho profesional, ya que en el 52% de las organizaciones se afirmaba disponer de al menos un ambientólogo en su equipo de trabajo. Así, a nivel estatal la tasa de desempleo entre los licenciados en Ciencias Ambientales es del 8%, mientras que en el último estudio de inserción laboral realizado en Cataluña (ACCA, 2003) se constataba que el 89% de los licenciados de esta Comunidad estaban trabajando en temas de medio ambiente (y tan sólo un 4% se encontraba en situación de desempleo). Es más, si analizamos el período de tiempo en el cual el ambientólogo/a finaliza sus estudios y encuentra su primer trabajo ambiental observamos que un 48% del total lo hace en un periodo comprendido entre los 0 - 3 meses, un 20% entre los 4 - 6 meses y un 19% entre los 7 - 12 meses. Es decir, un 87% de los ambientólogos/as encuentra su primer trabajo ambiental en el transcurso del primer año de licenciado/a.
A pesar de que un 75% de los ambientólogos/as considera que es necesario realizar formación complementaria para mejorar su formación en el campo ambiental, un 75% de ellos considera que sus estudios universitarios han sido imprescindibles o bastante útiles de cara a desarrollar su actual trabajo.
En relación a los sectores de actividad en los que se distribuyen los licenciados en Ciencias Ambientales podemos observar un claro predominio en:
· Sistemas de calidad y gestión ambiental en la empresa (22%).
· Gestión ambiental en la administración (15%).
· Consultoría y evaluación de impacto ambiental (14%).
· Formación y educación ambiental (14%).
· Investigación (11%)
· Tecnología ambiental industrial (9%).
· Gestión del medio natural (7%).
De este modo, si comparamos los sectores de actividad en los cuales el sector empresarial demanda profesionales podemos comprobar que se corresponden de forma casi análoga a los sectores en los cuales están trabajando actualmente los ambientólogos/as. Por ello, podemos deducir que el perfil profesional del ambientólogo/a ha permitido satisfacer buena parte de las nuevas tendencias aparecidas en el sector ambiental empresarial, así como también en la administración pública.
Por otra parte, y dejando a un lado los conocimientos y capacidades científico-técnicas propios de los ambientólogos/as, destacan sus capacidades relacionales y actitudinales como: su vocación interdisciplinar, su dinámica de trabajo en equipo, su gran capacidad de adaptación y flexibilidad, su polivalencia y multifuncionalidad y su capacidad de síntesis y de resolución de problemas ambientales integrando criterios científicos a las necesidades socioeconómicas.
Con la finalidad de ordenar la profesión y velar por la correcta implementación de la labor del profesional de las Ciencias Ambientales nació, el pasado mes de mayo de 2004, el Col·legi d'Ambientòlegs de Catalunya (COAMB), el primero en todo el Estado Español. Le siguen la creación de los Colegios de Andalucía y la Comunidad Valenciana, los cuales se prevé que puedan entrar en un funcionamiento en un par de años.
Precisamente una de las funciones del Colegio es velar por los contenidos de la licenciatura y procurar realizar propuestas y aportaciones que permitan favorecer la conexión entre las bases teóricas y metodológicas estudiadas en la universidad con las demandas del mercado laboral ambiental. Es por ello que en la nueva propuesta de Grado en Ciencias Ambientales, fruto de la adaptación al nuevo Espacio Europeo de Enseñanza Superior, se incluyen nuevas materias (Sistemas de Gestión Medioambiental, Energías renovables, Auditorías ambientales, Comunicación y educación ambiental, etc.) para cubrir, precisamente, estos vacíos detectados. Con ello se espera que este perfil, de reciente creación, pueda contribuir, en la medida que le sea posible, en la resolución y gestión de los nuevos retos medioambientales que se plantean en este siglo XXI.
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