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¿Cuál es la formación competencial técnicamente ideal para directivos y colaboradores del s.XXI? ¿Cómo impartirla y tutelarla, con apoyo eLearning?

El principal reto para aplicar adecuadamente un programa por competencias pasa por la definición clara de los objetivos de aprendizaje.

Ser competente implica no sólo poseer conocimientos teóricos para el ejercicio de una profesión, sino que conlleva un saber práctico que va más allá de la experimentación en un contexto académico. La cualificación profesional se adquiere no sólo a través de las vías formales de formación, sino también a través de la experiencia laboral

Pocos dudan ya del interés conceptual de las competencias. Pero muy pocos saben cómo formar y orientar en competencias. La práctica cotidiana no las utiliza habitualmente. No se evidencian suficientemente en la selección de personal, no se tienen en cuenta en las ofertas de empleo, no se ponen en el esquema de la orientación profesional. Existen, pero no se usan.

El joven que tiene una carrera profesional que desarrollar, ¿No es mejor darle las herramientas de formación (idiomas, por ejemplo), información y orientación, programas de estímulo (Erasmus, Erasmuns Mundus, Youth on the move, etc,) para estudiar o trabajar fuera de su ciudad natal durante un tiempo que resignarle a aceptar los tiempos difíciles en términos de empleo?