Enric Renau. Editor
Si las escuelas y universidades de verano no existiesen, tendríamos que inventarlas, más o menos igual. Hay una importante oferta de formación para el que quiera especializarse, para quien quiera escuchar puntualmente a alguien que le estimula o le atrae. También sirven como escaparate para toda la fauna que alimenta y se alimenta de los medios.
12/05/2008