Enric Renau. Editor
En España, ni los estudiantes ni los docentes de los estudios que funcionan tendrán que sufrir, para nada, en el proceso de adaptación que ya está en marcha. Al contrario, saldrán beneficiados porque sus estudios y sus competencias profesionales serán homologables. Los centros -públicos o privados- que no hayan hecho los deberes sí que lo pasarán mal, es cierto. Pero no por Bolonia, sino por su incapacidad de dar respuesta a la sociedad que los ha impulsado.
06/04/2009