Tus posibilidades de encontrar trabajo dependen, entre otros factores, de los conocimientos y competencias que tengas relacionados con el trabajo que quieres conseguir.
Si quieres mejorar tu posición en el mercado laboral, debes mejorar tus competencias profesionales, ya sea cursando formaciones específicas o realizando otras actividades que te ayuden a desarrollarlas. Para ello, te aconsejamos que sigas los siguientes pasos:
Define tu valor actual en el mercado de trabajo
Pregúntate: ¿Qué puedo ofrecer?
Si eres consciente de tu valor en el mercado laboral podrás dirigirte a aquellas empresas que más te convengan y te será más fácil convencerlos del valor que tienen tu formación y tu experiencia para cubrir las necesidades y los objetivos de la empresa.
Para definir tus conocimientos, habilidades, capacidades y experiencia, puedes responder a las siguientes preguntas:
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¿Qué conocimientos, habilidades y experiencia de los adquiridos a través de mi formación puedo ofrecer?
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¿Qué conocimientos, habilidades y experiencia adquiridos en trabajos anteriores puedo ofrecer?
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¿Qué cualidades, de las que me hacen destacar sobre los demás, puedo ofrecer en un puesto de trabajo?
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¿Qué capacidades de las que poseo son las más solicitadas en las ofertas de trabajo?
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¿En qué soy realmente bueno o buena?
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¿Qué experiencia adquirida en mi vida cotidiana y en mis actividades de tiempo libre podría aplicar en un puesto de trabajo?
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¿Qué es lo que la gente suele apreciar de mi, aquello por lo que suelen elogiarme?
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¿Qué tipo de formación me ayudaría a mejorar mi posición en el mercado laboral?
Cuando hayas elaborado el listado de habilidades, formación y experiencia, te será más fácil identificar tus carencias y buscar la formación adecuada.
Define tu objetivo de aprendizaje
Pregúntate: ¿Cómo mejorar mi perfil profesional? ¿Qué puedo aprender para que las empresas se interesen en contratarme?
Establecer un objetivo de aprendizaje te ayudará a trazar un camino para mejorar tu posición en el mercado laboral. Puede ser un objetivo a corto, medio o largo plazo.
Ejemplos de objetivos de aprendizaje:
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Utilizar Microsoft Office en un nivel avanzado.
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Dominar el programa Photoshop.
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Adquirir conocimientos sobre Cloud Computing.
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Aprender a leer, escribir y hablar alemán a nivel intermedio.
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Obtener el carnet de carretillero.
Elabora tu plan de acción
Pregúntate: ¿Cómo conseguir mi objetivo?
Para implementar cualquier cambio necesitas un plan. En este caso, para mejorar tu posición en el mercado de trabajo ampliando tus conocimientos y habilidades, debes empezar por definir la situación a la que quieres llegar (por ejemplo, aprender a utilizar el programa de hojas de cálculo Excel).
Una vez definas la situación a la que quieres llegar, puedes definir y desarrollar tu plan. Ten en cuenta que un buen plan debe cumplir con los siguientes requisitos:
Elementos de un plan de acción
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Objetivo. Tiene que estar definido de forma clara y completa sobre aquello que te gustaría lograr.
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Tiempo. Estimación del tiempo que necesitarás para conseguir el objetivo. Establece un calendario realista sobre lo pasos a llevar a cabo hasta lograr el objetivo. A veces el calendario y los plazos vienen ya predeterminados, por ejemplo, por la duración de un curso o por la fecha de un examen oficial.
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Recursos y medios. Es necesario analizar bien y describir todos los recursos (humanos, financieros y materiales) necesarios para lograr tu objetivo y considerar si están a tu alcance. Por ejemplo, qué instituciones o personas pueden ayudarte, dónde puedes adquirir esos aprendizajes y cuánto dinero necesitas.
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Proceso o pasos que te llevarán a la consecución de tu objetivo. Imagina unas escaleras que ascienden hacia tu objetivo. Piensa a corto plazo, teniendo en cuenta qué necesitas conseguir para poder ascender al siguiente peldaño.
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Evaluación. Realiza controles periódicos para evaluar tu progreso.
Durante el proceso: para comprobar si vas en la dirección correcta y a un ritmo adecuado. Si estás aprendiendo un idioma, puedes hacer un test después de terminar una clase, por ejemplo.
Al final del proceso: para comprobar que has logrado tu objetivo. Si es posible, materializado en elementos formales, como por ejemplo en un certificado.
Para definir los criterios de evaluación te ayudará hacerte preguntas del tipo: ¿Cómo sé que he logrado un objetivo? o ¿cuál sería la primera señal de que he conseguido con éxito un objetivo?
Cuanto más claros y específicos sean los criterios de evaluación, más fácil te resultará saber lo cerca o lejos que estás de tu objetivo en cada momento, lo que ya has logrado y lo que te queda por hacer, reforzando así tu motivación.
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Barreras y obstáculos. Analiza las dificultades que te puedes encontrar y cómo superarlas en caso necesario. Por ejemplo, que no haya plazas en el curso que querías, que te quedes sin dinero o que descubras que no puedes conseguir el libro que andabas buscando.
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Fuentes de apoyo que podrías necesitar durante el proceso. Tanto personas cercanas a ti (familiares, amigos o compañeros de clase) que pueden animarte en momentos en difíciles, como expertos, es decir, orientadores y profesionales que puedan ofrecerte la información y el asesoramiento que necesites.
Diseñar un plan de acción no siempre es una tarea fácil, existen servicios de orientación que pueden ayudarte en este proceso.
También es importante que busques bien la formación indicada para alcanzar tu objetivo, y conozcas al detalle todos los criterios que te ayuden a escogerla adecuadamente.
Una vez mejorada tu posición en el mercado laboral, puedes empezar con el proceso de búsqueda de empleo.