La motivación como clave de éxito para estudiar con eficacia

¿Qué es la motivación?

La motivación es la fuerza o determinación que te impulsa a emprender acciones y a alcanzar metas específicas.

Cuando la motivación te acompaña en tu proceso de estudio es un factor que favorece la consecución de tus objetivos académicos y profesionales.  

Hay dos tipos de motivación:

• Intrínseca: proviene del interior de cada persona y se manifiesta a través de las ganas de superación y el interés por aprender, por ejemplo. No depende de incentivos externos. Busca la satisfacción personal.
• Extrínseca: se genera a partir de estímulos externos como el reconocimiento de compañeros o familiares. La acción está condicionada por la obtención de recompensas que suelen ofrecer otras personas. 

La motivación intrínseca suele ser más persistente, ya que depende de la propia voluntad.

No obstante, conviene aplicar estrategias que contribuyan a potenciar los dos tipos de motivación para que el estudio sea más llevadero y provechoso.

Estrategias para aumentar la motivación durante el estudio

Aplicarse en los estudios no siempre es sencillo.

Para lograrlo, es útil seguir algunas recomendaciones que te ayudarán a mantenerte motivado durante el estudio:

 

Tener presente tu meta

Recordar la finalidad última de tu esfuerzo te ayudará a ser constante.

Tu meta puede ser estudiar la carrera universitaria que te gusta, obtener una plaza de empleo público, acceder a un ciclo de FP o conseguir buenas notas en los exámenes finales del curso, entre otras.

Tener en mente tu destino te permitirá recorrer tu itinerario académico con dedicación.

 

Establecer objetivos alcanzables

Divide tu meta en tareas manejables y define objetivos claros y específicos, planificando la fecha en la que conviene alcanzar cada objetivo.

Algunos ejemplos de objetivos realistas y específicos que te ayudarán a mantener la motivación son:

• Estudiar un tema en profundidad cada semana.
• Practicar con un ejemplo de examen cada día.
• Aprender 20 nuevas palabras en inglés cada semana.
• Resumir una asignatura completa cada 15 días.

Evita los objetivos difusos y no medibles, como por ejemplo, "Ser mejor en Matemáticas", "Saber más de Literatura". Estos propósitos indefinidos no permiten evaluar tus avances con precisión.

Consulta las pautas para diseñar un plan de estudio eficaz.

 

Buscar intereses personales

Sera más fácil estudiar si puedes relacionar el contenido de estudio con temas que te apasionan. 

Antes de elegir itinerario académico es esencial profundizar en el autoconocimiento para descubrir aquellos temas que te interesan más.

Existen herramientas como el Test GR de Educaweb que te permitirán llevar a cabo esta exploración.

No siempre es viable conectar los temas de estudio con tus intereses, ya que algunos contenidos se pueden alejar de tus preferencias. En ese caso deberás aplicar el resto de estrategias de motivación para afrontar el estudio con la energía necesaria.

 

Monitorear el progreso

Comprobar los logros alcanzados motiva para continuar estudiando y completar la planificación.

Para ello, es recomendable:

• Llevar un registro: usa un calendario o listas para registrar tus avances y verificar cuánto has logrado.
• Evaluar regularmente: tómate un tiempo para revisar el cumplimiento de tus objetivos y ajustar tu plan de estudio si es necesario.

 

Crear un sistema de recompensas

Establece pequeñas recompensas al completar tareas, como ver un episodio de tu serie favorita, jugar a un videojuego que te guste o salir con tus amigos y amigas.

Esto dará todavía más sentido a tu esfuerzo, sobre todo en las materias más alejadas de tus intereses.

 

Ajustar la dificultad de los retos

Intenta enfrentarte a retos de aprendizaje que sean alcanzables pero que también te empujen a esforzarte.

En el caso de que el nivel de dificultad sea demasiado elevado, pide ayuda a profesores o profesionales de la educación para que te guíen en tu estudio.

 

Rodearte de apoyo

Complementar el estudio individual con el acompañamiento de otros estudiantes o adultos de referencia puede aumentar tu motivación.

Algunas de las prácticas útiles para conseguir el apoyo necesario durante el estudio son:

• Participar en grupos de estudio: estudiar con amigos o compañeros puede hacer que el proceso sea más agradable y fructífero.
• Buscar mentores: habla con profesores o tutores que puedan ofrecerte orientación y apoyo.
• Compartir el proceso de aprendizaje con familia y amigos: comparte tus dudas, metas y logros con tu entorno más cercano, ya que pueden ofrecerte ánimo y apoyo emocional, y también vías para resolver posibles bloqueos.

 

Confiar en tus propias posibilidades

Confía en tus capacidades y el esfuerzo realizado durante el tiempo de estudio. Confía en que el tiempo invertido en el estudio dará sus frutos.

Reconoce tus logros pasados, ver tu progreso te recordará de lo que eres capaz.

 

Aprender de tus errores

Durante tu proceso de estudio pueden surgir obstáculos: suspender un test, obtener una puntuación más baja de la esperada en un examen, etc.

Afronta estas situaciones como un reto más del aprendizaje. Analiza el motivo de tus fallos e intenta corregirlos, para aprender de los errores y que no sean un impedimento para alcanzar tus objetivos.

 

Hay que tener en cuenta que el estrés generado por una carga de trabajo inasumible, una mala organización o el uso de técnicas de estudio inadecuadas para ti puede provocar una desmotivación por los estudios.

Es importante que para estudiar pruebes diferentes técnicas de estudio y descubras cuáles se adaptan mejor a tu forma de estudiar. También es importante que planifiques unos buenos hábitos de estudio que se ajusten a tus necesidades y rutinas.

Te recomendamos que leas sobre cómo gestionar tu tiempo durante el estudio y las técnicas de concentración que te pueden ayudar a estudiar, así como la influencia de las emociones en tu aprendizaje.

 

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