Qué es la lectura rápida y qué ventajas comporta
Los estudiantes que practican la lectura rápida son capaces de leer textos con una velocidad superior a la media manteniendo el nivel de comprensión de la información.
Este tipo de lectura permite identificar los conceptos clave del texto, procesar y entender grandes cantidades de información en un tiempo mucho menor del que se suele invertir con los métodos de lectura tradicionales.
Se estima que el promedio de lectura de un adulto es de entre 200 y 300 palabras por minuto (ppm). Con la práctica de ejercicios de lectura rápida la velocidad puede incrementarse hasta superar las 400 palabras por minuto.
Si te encuentras en época de exámenes o te estás preparando para superar una prueba, este incremento de la velocidad lectora puede conllevar beneficios importantes:
- Ahorro de tiempo. Cuando procesas la información con más agilidad puedes aprovechar mejor el tiempo e invertirlo en otras actividades o en el estudio de otros temas.
- Menos distracciones. La lectura rápida requiere de un alto nivel de concentración, lo que permite fijar y mantener la atención en el material de estudio.
- Mejores resultados académicos. Al optimizar la gestión del tiempo de estudio podrás dedicar a todos los contenidos el tiempo requerido para su correcta asimilación.
- Aumento de la capacidad de aprendizaje. La práctica regular de la lectura rápida puede contribuir al desarrollo cognitivo general, ya que mejora la agilidad mental y la concentración.
Recomendaciones para mejorar la velocidad lectora
Para mejorar la velocidad de lectura es importante poner en práctica ejercicios de lectura rápida y ser constante en su aplicación.
Ten en cuenta que el entrenamiento de la velocidad lectora requiere tiempo y dedicación, por lo que deberás tener paciencia y ser perseverante para poder mejorar.
Si quieres desarrollar esta habilidad, conviene que sigas las siguientes pautas:
- Minimiza las regresiones. Evita volver a leer lo que ya has leído. Si no se entiende una idea o palabra sigue leyendo, para ver si el texto profundiza o reexplica el concepto más adelante o si el contexto te permite deducir el significado.
- Entrena tus habilidades visuales. Intenta reducir la cantidad de fijaciones o saltos visuales ampliando la cantidad de palabras que abarcas en cada golpe de vista.
- Minimiza la subvocalización. Evita pronunciar mentalmente lo que lees. Reducir este hábito te permitirá incrementar tu velocidad lectora ya que podrás avanzar con más agilidad a través de las ideas del texto.
- Evalúa tu nivel de comprensión. Durante el periodo de práctica de lectura rápida es importante que compruebes si has entendido el texto y sus ideas principales, ya que el objetivo es ganar rapidez sin perder comprensión.
- Reserva un tiempo y un lugar para practicar. Para mejorar en la lectura rápida es importante practicar para ir ganando agilidad. Fija un horario y un espacio adecuado, y en pocas semanas podrás ver los resultados.