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Si has decidido irte a estudiar al extranjero, tendrás que superar una serie de retos, antes, durante y después de tu estancia en otro país. Algunos serán retos burocráticos, como todos los trámites necesarios que tendrás que realizar, pero hay retos más personales como adaptarte a la nueva cultura o aprender a ser una persona más autónoma.
A continuación puedes encontrar 10 de los retos a superar durante tu experiencia internacional.
A continuación puedes encontrar 10 de los retos a superar durante tu experiencia internacional.
10 retos de estudiar en el extranjero
1. Preparar la marcha. Una vez tomada la decisión, son muchas las gestiones que hay que llevar a cabo: obtener plaza en el centro de estudios en el extranjero, asegurar la financiación, encontrar lugar en el que vivir, etc. Por suerte, existen recursos online que te facilitarán esta tarea: información sobre los trámites necesarios, portales con recomendaciones sobre movilidad internacional, como el de la Comisión Europea, o páginas web de centros educativos o programas de intercambio, como Erasmus.
2. Superar la soledad. Adaptarte a un nuevo lugar puede ser difícil. Por eso, crear una doble red de apoyo (en casa y en el nuevo destino) es esencial para sentirte arropado o arropada. También es recomendable que aproveches los medios que la tecnología pone a tu alcance para crear nuevas relaciones, como grupos de Facebook o foros de estudiantes de un país, y también para mantener el contacto con tu familia y amistades (WhatsApp, Skype, FaceTime, etc.).
3. Progresar con el idioma. La evolución en el aprendizaje de un idioma no es lineal y los conceptos gramaticales más difíciles pueden resultar frustrantes. Afortunadamente, vivir en el extranjero ofrece alternativas distendidas para seguir aprendiendo: ir al cine o a tomar un café con amigos y amigas locales permiten desconectar sin dejar de aprender.
4. Adaptarte a un nuevo sistema educativo. El sistema de evaluación y de organización del plan de estudios varía mucho de un país a otro. Muchos sistemas, por ejemplo, valoran y exigen frecuentes presentaciones orales. Abandonar la zona de confort en el ámbito académico tiene un premio claro: la adquisición de nuevas habilidades y competencias.
5. Establecer tu identidad cultural. La frontera entre pertenecer a dos culturas y no pertenecer a ninguna es delgada. Vivir fuera fortalece los lazos con tu país de origen a la vez que pone en evidencia aquello en lo que no encajas con su propia cultura. Hablar con otros u otras compatriotas revelará uno de los secretos mejor guardados: pertenecer a varias culturas es una cultura en sí misma. Al abrazar una nueva cultura no dejas de pertenecer sino que pasas a pertenecer a algo nuevo.
6. Reflejar en el CV la calidad del estudio realizado. La calidad o contenidos de un curso, no siempre quedan reflejados en su nombre. Por ello es importante que incorpores en tu currículum vitae (CV) elementos objetivos que den a entender la importancia de la escuela o del programa de estudios (por ejemplo, su posición en rankings internacionales). Es bueno también que aproveches las redes de alumni para contactar a personas con una experiencia parecida o con vínculos con el programa.
7. Gastos de relocalización. Los billetes de avión, el precio de la mudanza y las compras de utensilios básicos para sobrevivir incrementan notablemente el presupuesto de estudiar en el extranjero. Es importante que hagas una inversión proporcional al tiempo que vas a estar: las habitaciones amuebladas, los legados de anteriores estudiantes y la compraventa en mercados de segunda mano te ayudarán a evitar gastos desproporcionados.
8. Visados y trámites. Ser aceptado u aceptada en el centro de destino, reservar la plaza, pagar el curso, tramitar el visado y comprobar el seguro médico son solo algunas de las gestiones que tendrás que hacer para irte al extranjero. Todas ellas requieren mucho tiempo y paciencia. Es recomendable que empieces a informarte sobre los trámites y sus plazos al menos un año antes de la fecha de partida.
9. Equilibrio entre productividad y diversión. El extranjero puede resultar sobre-estimulante: clases y actividades variadas por una parte y una amplia oferta social por otra. Compaginar la activa vida social con el cumplimiento de las obligaciones puede resultarte difícil. Por ello, es importante organizarte bien y tener muy claro el objetivo de la estancia en el extranjero. Puedes escribir una carta para tu "yo futuro" con los objetivos del viaje y releerla cuando tengas dudas sobre qué priorizar.
10. Volver a casa. Pasar de la libertad de la vida en el extranjero a la vuelta a las normas de la casa familiar puede ser un proceso duro. La comunicación y la paciencia son esenciales en este punto: hay que intentar ponerse en la piel del otro y readaptarse a la nueva o "reencontrada" situación.
2. Superar la soledad. Adaptarte a un nuevo lugar puede ser difícil. Por eso, crear una doble red de apoyo (en casa y en el nuevo destino) es esencial para sentirte arropado o arropada. También es recomendable que aproveches los medios que la tecnología pone a tu alcance para crear nuevas relaciones, como grupos de Facebook o foros de estudiantes de un país, y también para mantener el contacto con tu familia y amistades (WhatsApp, Skype, FaceTime, etc.).
3. Progresar con el idioma. La evolución en el aprendizaje de un idioma no es lineal y los conceptos gramaticales más difíciles pueden resultar frustrantes. Afortunadamente, vivir en el extranjero ofrece alternativas distendidas para seguir aprendiendo: ir al cine o a tomar un café con amigos y amigas locales permiten desconectar sin dejar de aprender.
4. Adaptarte a un nuevo sistema educativo. El sistema de evaluación y de organización del plan de estudios varía mucho de un país a otro. Muchos sistemas, por ejemplo, valoran y exigen frecuentes presentaciones orales. Abandonar la zona de confort en el ámbito académico tiene un premio claro: la adquisición de nuevas habilidades y competencias.
5. Establecer tu identidad cultural. La frontera entre pertenecer a dos culturas y no pertenecer a ninguna es delgada. Vivir fuera fortalece los lazos con tu país de origen a la vez que pone en evidencia aquello en lo que no encajas con su propia cultura. Hablar con otros u otras compatriotas revelará uno de los secretos mejor guardados: pertenecer a varias culturas es una cultura en sí misma. Al abrazar una nueva cultura no dejas de pertenecer sino que pasas a pertenecer a algo nuevo.
6. Reflejar en el CV la calidad del estudio realizado. La calidad o contenidos de un curso, no siempre quedan reflejados en su nombre. Por ello es importante que incorpores en tu currículum vitae (CV) elementos objetivos que den a entender la importancia de la escuela o del programa de estudios (por ejemplo, su posición en rankings internacionales). Es bueno también que aproveches las redes de alumni para contactar a personas con una experiencia parecida o con vínculos con el programa.
7. Gastos de relocalización. Los billetes de avión, el precio de la mudanza y las compras de utensilios básicos para sobrevivir incrementan notablemente el presupuesto de estudiar en el extranjero. Es importante que hagas una inversión proporcional al tiempo que vas a estar: las habitaciones amuebladas, los legados de anteriores estudiantes y la compraventa en mercados de segunda mano te ayudarán a evitar gastos desproporcionados.
8. Visados y trámites. Ser aceptado u aceptada en el centro de destino, reservar la plaza, pagar el curso, tramitar el visado y comprobar el seguro médico son solo algunas de las gestiones que tendrás que hacer para irte al extranjero. Todas ellas requieren mucho tiempo y paciencia. Es recomendable que empieces a informarte sobre los trámites y sus plazos al menos un año antes de la fecha de partida.
9. Equilibrio entre productividad y diversión. El extranjero puede resultar sobre-estimulante: clases y actividades variadas por una parte y una amplia oferta social por otra. Compaginar la activa vida social con el cumplimiento de las obligaciones puede resultarte difícil. Por ello, es importante organizarte bien y tener muy claro el objetivo de la estancia en el extranjero. Puedes escribir una carta para tu "yo futuro" con los objetivos del viaje y releerla cuando tengas dudas sobre qué priorizar.
10. Volver a casa. Pasar de la libertad de la vida en el extranjero a la vuelta a las normas de la casa familiar puede ser un proceso duro. La comunicación y la paciencia son esenciales en este punto: hay que intentar ponerse en la piel del otro y readaptarse a la nueva o "reencontrada" situación.
Sigue informándote sobre cómo estudiar en el extranjero: qué trámites tienes que hacer, becas para financiar tus estudios o las razones para tomar esta decisión.