El estudio ha evaluado a 85.000 jóvenes de 15 años de 44 países de los cuales 2.709, eran españoles, haciéndoles resolver problemas cotidianos como comprar un billete de metro o elegir muebles de un catálogo comparando marcas y precios, llegando a problemas más complejos con respuestas múltiples que requieren ciertos cálculos matemáticos. En España, el 28% de los estudiantes no alcanza un nivel básico de rendimiento en la resolución de problemas, en comparación con el 21% del conjunto de la OCDE.
El informe muestra que los estudiantes españoles sólo son competentes resolviendo problemas sencillos que no requieren un gran esfuerzo mental y con los que se encuentran familiarizados. Este dato no concuerda con el rendimiento en las competencias de matemáticas, ciencias y lengua, pues es significativamente más bajo de los que cabría esperar.
Además, el informe también destaca negativamente el desempeño de los adolescentes en el uso de las TIC. Así, a pesar que el 96,6% de los adolescentes tiene un ordenador o tableta en casa y un 75,3% las utiliza en clase, muestran un nivel bajo de destrezas para resolver problemas con situaciones y dispositivos electrónicos desconocidos.