La meta última de la educación es que la persona se comprometa en la transformación de la sociedad desde un ámbito comunitario, de esta forma, educación y educación en valores son dos términos inseparables. La educación debe tener presente la singularidad personal, es una educación basada en la libertad y para la libertad.
A través del proceso educativo, la persona debe ir descubriendo cuáles son sus valores e ir comprometiéndose con ellos. Los jóvenes se enfrentan a multitud de problemas todos los días, ante los cuales deben optar, tomar decisiones, y en estas decisiones entran en juego los valores como fuerza directiva de la acción.
Responsabilidad compartida en la educación en valores
La tarea de educar en valores no es sólo tarea de la escuela, también la sociedad y la familia deben asumir esta responsabilidad. El cometido de la educación es importante, ya que debe orientar al sujeto a la búsqueda e interpretación de la realidad.
La relación profesor-alumno es decisiva, pero no es el único requisito importante; influye también la metodología, la organización del aprendizaje, los contenidos, los recursos, etc.
Según Paniego, J.A (1999:212 y ss.), "el profesor no se limita a dar información, sino que debe orientar a la búsqueda de información". El docente debe dinamizar las sesiones, motivar, ordenar el análisis de la información, etc. El alumnado debe implicarse en las decisiones del centro, participar en la elaboración de las normas, actividades, evaluación, etc. Debe ser responsable de su propia educación.
Educar en valores implica ayudar al sujeto a crear opciones libremente, y hacerle responsable de cada elección. Que se sienta querido y aceptado tal cual es, en un ambiente cálido y de confianza, facilitarle los medios para establecer un proyecto de vida, ayudarle a conocer, criticar, valorar y vivenciar los valores, hasta hacerlos suyos.
La finalidad, por tanto, es ayudar a la persona a que conozca sus valores y desarrolle a partir de ellos sus opciones de vida.
Posturas actuales sobre la educación en valores
Es fundamental hacer un análisis crítico de las posturas actuales sobre la educación en valores, y podemos resumirlas en estas:
Marín Ibáñez: no hacer nada al respecto
No hacer nada para que el individuo desarrolle sus valores: esto compete a las familias y a las instituciones religiosas, por tanto los profesores y las instituciones educativas deben ser neutrales. Esta postura no puede llevarse a cabo, porque según expresa Marín Ibáñez, R. (1981), el escéptico en el mundo axiológico no existe.
Maslow, A.M.: imponer valores universales
Que implica una enseñanza impositiva de unos valores correctos y deseables. Esta postura genera dos problemas fundamentales: demostrar que existen valores universales, pero según Maslow, A.M. (1979), es difícil justificar que unos valores son universales; y conocer como trasmitirlos; donde Harmin y Simmons (citados por Marín Gracia, M. A. 1987), nos hablan de cinco formas de transmisión:
- Presentar un modelo correcto de valores, con el consiguiente problema de que se origine un conflicto con otros.
- Por medio del premio y el castigo, aún sabiendo que la persona no es moldeable por completo.
- Por medio de la explicación de que son necesarios ciertos valores, tarea difícil cuando existen dos valores deseables en conflicto.
- Por medio de la reprobación, imposición de lo correcto o incorrecto.
- Manipulación del ambiente a favor de ciertos valores.
Kirchenbaum, H.
Kirchenbaum, H. (1973), va en contra del enfoque moralizante. Lo esencial está en preguntarse qué valores y qué proceso utilizar. Según este autor, una buena educación en valores, consiste en ayudar al sujeto a que comprenda cada valor en una situación concreta. La acción educadora tiene un proceso: optar, preferir y adherirse a un sistema de valores.
Benning, A. y Paniego, J.A.
Para Benning, A. (1992:87), los métodos de educación en valores, se resumen en tres grupos. Estos tres métodos, buscan el desarrollo de los tres componentes básicos de la actitud, que define Paniego, J.A. (1999:33): cognitivo, afectivo y conductual.
1. Cognitivos
Consistentes en dar explicaciones, exponer ideas, descubrir relaciones, mostrar consecuencias, etc.2. Afectivos
Comunicando y suscitando sentimientos.3. Demostrativos o conductuales
Dando ejemplo, actuando primero.El concepto de valor
A continuación y antes de comenzar a adentrarnos en la clarificación de valores, consideramos interesante hacer una pequeña aproximación al concepto de valor y todo lo que éste término implica en su formación y desarrollo.
Según Pascual Acosta, A., citado en las Actas del Seminario Comisión Española de la UNESCO (1992:12), "son aquellos ideales que actúan a modo de causas finales. Motor que pone en marcha nuestra acción. Meta que queremos alcanzar una vez puestos los medios adecuados. Los valores son finalidades y no medios".
García Guzmán, J.M,
Citado en las Actas (ob.cit 1992:89) valor es "aquella cualidad o actividad que se considera, por el individuo, o por una comunidad, como preferible a otra en determinadas circunstancias y para bien del sujeto".
Foulquié, P. (1961:14)
Define el valor como el "carácter de una cosa estimada como deseable". Los valores, por tanto, lo son en función de las apetencias y necesidades de la persona.
Término de valor
Ha existido una evolución en el empleo del término valor según Cobo Suero (1993:170). Se ha pasado de considerar al valor como predicado "algo tiene valor", hacia un uso del valor como sustantivo "esto es un valor para mí".
Los valores hacen referencia a los pensamientos y a las ideas que mueven a una persona a actuar y relacionarse con el entorno de una forma determinada. Según esto, podemos observar cómo los valores, son la base que constituirá la personalidad del niño, del adolescente, adulto, etc. Dichos valores se encontrarán siempre organizados en función de sus prioridades, necesidades, etc., y es entonces cuando hablaremos de jerarquía de valores.
Según el autor, si queremos hablar de valor, es necesario considerar los siguientes elementos:
Figura 1. Elementos que hacen posible el término "Valor".
(Cobo Suero, 1993:172) La clarificación de valores
Raths y sus colaboradores propusieron la alternativa de la clarificación de valores en un libro titulado Values and Teaching, donde se exponía en qué consistía esta técnica, impulsando el interés sobre el tema.
La propuesta de la clarificación es opuesta a las técnicas anteriores de inculcación o adoctrinamiento de valores humanos. Su idea es que los jóvenes no deben ser adoctrinados, sino que el individuo es libre de elegir sus propios valores cualesquiera que estos sean, por tanto, niega que existan valores mejores que otros, sino que todo depende de la jerarquía de valores que cada persona tenga.
Otros seguidores, como Howe, L. W. (1977) y Kirschenbaum, H. (1982), han hecho al respecto de Raths, L.E. (1967) aportaciones muy importantes, en el sentido de que han conectado dicha metodología con algunas actitudes que Rogers, C.R. (1978) considera necesarias para favorecer el desarrollo humano, tales como: autenticidad, aceptación y empatía.
Una de las aportaciones de este método, consiste en que la persona identifique claramente los valores que tiene y los que le gustaría poseer, así como las numerosas estrategias creadas para la educación en valores.
Pascual, A. (1988:31) afirma que "la clarificación de valores es una acción consciente y sistemática del orientador o maestro que tiene por objeto estimular el proceso de valoración en los alumnos con el fin de que estos lleguen a darse cuenta de cuáles son realmente sus valores y puedan, así, sentirse responsables y comprometidos con ellos".
Su finalidad es provocar en el educando una reflexión en la búsqueda de lo que consideran y desean en el ámbito de los valores. De cualquier forma, gracias a unos u otros autores, la clarificación de valores ha sido objeto de una gran difusión, empleándose en numerosos centros escolares de distintos países, incluido España.
Origen de la clarificación de valores
Si nos adentramos en el origen de la clarificación de valores, es de todos sabido que en épocas anteriores tenía mayor relevancia el progreso socio-cultural, que el cultivo de la persona, de su humanización. Este aspecto quedaba claramente reflejado en el sistema educativo, donde se preocupaban en exceso de que los alumnos aprendieran aspectos culturales y fundamentalmente académicos, dejando de lado aspectos de desarrollo personal y social.
Hoy las cosas han cambiado, y la educación en valores se ha convertido en un pilar fundamental a tener en cuenta en cualquier materia. Pero la educación en valores puede tener su origen en una formación de valores objetivos o universales, donde se da prioridad a los derechos humanos, de otra corriente más relativista, que afirma que los valores son fruto de una experiencia de vida, y que por lo tanto, son subjetivos. Ambas corrientes deben tenerse en cuenta en cualquier trabajo que se realice en el campo de la educación en valores.
Fruto de esta necesidad social de incluir la formación de valores en educación, empezaron a surgir una serie de problemas fundamentales a la hora de hablar de la organización en la escuela, como eran el verticalismo, que obliga a establecer una correcta jerarquía de valores, y la separaticidad, donde se deja claro la necesidad de mantener una relación con el entorno si queremos obtener resultados certeros.
Según establece Pascual, A. (1988), es necesario contar con unas instrucciones básicas que nos permitan trabajar aquellos valores que estén dentro de una cultura. Es fundamental para ello, evitar el adoctrinamiento y favorecer la autonomía y la reflexión. Es necesario buscar un modelo interaccionista para descubrir todas las posibilidades de la persona, incluso aquellas no descubiertas.
El método de clarificación de valores se ha difundido ampliamente por el mundo escolar, ayudando al alumno a identificar los valores que vive y los que quiere vivir. De esta manera, este método, según manifiesta Quintana Cabanas, J.A (1998:293), pretende "ayudar al alumno para que, por sí mismo, se percate de sus propios valores, se aclare sobre ellos y, constituyéndolos así en objetivos personales, sea capaz de afirmarlos y de traducirlos en obras".
Cada día hay más personas que no tienen claro hacia donde se dirigen, viven sin orientación ni sentido, están poco motivados y resulta difícil hacerlos reflexionar sobre su escala de valores. La clarificación de valores debe ofrecerles un procedimiento que les permita analizar sus vidas, asumir la responsabilidad de su comportamiento, articular valores definidos, y actuar de acuerdo con los mismos.
Pero es evidente, que este proceso de valoración sigue momentos o fases distintas en función de los autores. Según la teoría de Raths, L. (1967:33), considerado uno de los pedagogos más significativos de su tiempo y pionero en la elaboración de estrategias para esta clarificación, el proceso por el que aceptamos unos valores es el que dicta los pasos a seguir en este método. Para el autor, el proceso de formación de valores consta de tres momentos, cada uno de los cuáles comprende varias condiciones o peculiaridades:
Selección de los valores
- hecha con libertad,
- entre varias alternativas,
- tras considerar sus consecuencias.
Estimación de los valores:
- apreciar y disfrutar la opción hecha,
- estar dispuesto a afirmarla públicamente.
Actuación según esos valores
- actuar de acuerdo con nuestra elección de valores,
- y hacerlo repetidamente en nuestra vida.
El problema mayor que se le ha achacado al autor, es que los 7 subprocesos parecen insuficientes para comprender el proceso de valoración. Es por ello, que Kirschenbaum, H. (1982:19) elabora un concepto más amplio: "es un proceso por el cuál aumentamos la probabilidad de que, ya sea nuestra forma de vida en general o alguna decisión en particular, tengan, en primer lugar, un valor positivo para nosotros y, en segundo, sean constructivas dentro del contexto social".
Dimensiones relacionadas por Kirschenbaum
Kirschenbaum considera que el proceso de valoración implica cinco dimensiones relacionadas, que no pueden ser identificadas como etapas sino como procesos, las cuales se exponen a continuación:
Pensamiento
Ayudar a los alumnos a que aprendan a pensar, ya sea favoreciendo un pensamiento crítico (Raths, L. E. 1967), un razonamiento moral (Kohlberg, L. 1986), etc.
Sentimiento
Aclarar lo que apreciamos o deseamos. Ayudar a los jóvenes a reforzar el concepto de sí mismos y a manejar sus sentimientos.
Elección
Elección de alternativas y consideración de consecuencias. Es necesario establecer unas metas, reunir los datos disponibles, elegir una alternativa y considerar las consecuencias de la decisión. A la hora de tomar la decisión u optar por una alternativa podemos hacerlo libremente, identificando las consecuencias de una decisión subjetiva, de lo que creemos que es mejor; o planear las distintas estrategias que me ayudarán a incrementar la probabilidad de alcanzar esas metas.
Comunicación
Los valores evolucionan gracias a un proceso de interacción social. Es necesario mandar mensajes claros, escuchar activamente lo que el otro quiere decir, etc.
Acción
Actuar repetida y consistentemente para alcanzar nuestras metas, ayudar al individuo a adquirir un sentido positivo en su vida y actuar hábilmente en las áreas de acción para conseguir beneficio personal y social.
Estructuradas las fases de esta forma, Pascual, A. (1995:16) piensa que "el desarrollo de la valoración capacita a las personas para hacer sus opciones desde su responsabilidad y libertad, lo cual fundamenta el compromiso ético con los valores".
Desde nuestro punto de vista y observando con detalle los pasos que ambos autores (Raths y Kirschenbaum) consideran fundamentales para poner en práctica el proceso de valoración, creemos posible unificar ambas metodologías y establecer los pasos esenciales de ambas posturas. Para responder a este planteamiento, nada mejor que mostrar el siguiente cuadro que hace mención a esta cuestión.
Figura 2. Metodología de Rarths y Kirschenbaum
Según esta amplia concepción, Kirschenbaum, H. (1982:31) define la aclaración de valores como "una técnica que, a partir de preguntas y actividades, enseña el proceso de valoración y ayuda eficazmente a las personas a aplicar dicho proceso en aquellos aspectos de su vida que sean ricos en valores". El objetivo fundamental que persigue esta metodología, según expresa Hernando, Mª.A. (1997:100), "es ayudar al educando a culminar el proceso de valoración". Que viene a ser lo mismo que Howe, L.W. (1980:31 y ss.) establece: "ayudar a los alumnos a lograr la autodirección".
Conviene también mencionar otros aspectos metodológicos y de procedimientos importantes para llevar a cabo las técnicas que propone la teoría de la clarificación de valores. Según Howe, L.W. (ob.cit), las técnicas de clarificación de valores promueven un clima de libertad y confianza, aceptación y comprensión, en el cual, espontáneamente, se desarrollan las habilidades propias del proceso de valoración, elección, aprecio y acción. Por ello, él propone como objetivo primario para la educación en valores la creación de las condiciones necesarias para que el proceso de valoración se desarrolle, y no la enseñanza específica de valoración.
A continuación, vamos a mostrar un cuadro, donde quedan reflejadas las conclusiones básicas de esta técnica: qué es la clarificación, qué objetivos persigue y qué actitudes se ven favorecidas en el sujeto.
Figura 3. Conclusiones de interés de la metodología de clarificación de valores
Proceso de valoración
Por proceso de valoración entendemos los pasos que la persona debe seguir para captar e interiorizar los valores, y que este proceso de desarrollo valorativo culmine y se traslade a la conducta del individuo. En resumen, que haga suya la escala de valores.
De esta forma, Hernando, Mª.A. (1997:85) ve necesario "utilizar una metodología que ponga en contacto a la persona con su propia experiencia para que sea consciente de sus actitudes ante los valores y sus opciones". Pascual, A. (1988) considera que el foco de valoración está en la propia persona. La inteligencia y afectividad son fundamentales en su desarrollo, pero el mundo de los valores le ayuda a desarrollarse y crecer.
Para clarificar los valores existen diferentes técnicas:
Para reflexionar sobre los valores
-
Los diálogos clarificadores o "respuesta clarificativa"
-
La hoja de valores
-
Para procurar el desarrollo moral
-
Discusión de dilemas morales
-
Siguiendo el proceso de valoración antes mencionado y utilizando ejercicios prácticos que respondan a los intereses y expectativas de los alumnos y por supuesto creando un clima adecuado que permita la comunicación y la reflexión. Los dilemas morales varían en su elaboración y desarrollo en función de la edad de aplicación (infantil, primaria, secundaria...).
A modo de reflexión
De esta forma hemos revisado aspectos básicos en la clarificación de valores y podemos concluir diciendo que esta metodología no pretende educar en valores, pero sí se trabajan valores concretos, en la medida que las valoraciones se sustentan en valores.
Se pretende clarificar, es decir, descubrir las valoraciones y escala de valores de determinadas personas, con objetivos distintos: bien para conocer o bien para intervenir después. Por ello consideramos que puede ser una metodología rica y útil en la medida que permite diagnosticar la escala de valores de un sujeto, y éste es el punto de partida (o debe serlo) de una futura intervención.
Desde este punto de vista, existen detractores de esta metodología al considerar que no existe una opción de valor preferible entre las alternativas propuestas, pero nada más lejos de la realidad, lo cierto es que se deja libertad para que el sujeto opine.
El conocimiento de esa opción acertada por parte del grupo viene del propio grupo, de sus manifestaciones, interpretaciones, etc. En grupos heterogéneos se prevén diversidad de opciones, y esto sitúa al sujeto frente a la diversidad, siendo necesaria la reflexión posterior y la mediación por parte de un profesional, para que ellos descubran por sí mismos esa opción válida en nuestra comunidad. Es necesario el conocimiento de distintas alternativas y sus consecuencias posteriores en la sociedad actual, para que el sujeto sea consciente de esa opción valiosa. De esta forma, no sólo descubre una alternativa válida, sino que además la hace suya.
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